§ 9. La doctrina del hecho
El águila
La función esencial del lenguaje
es afirmar o negar los hechos.
Bertrand Russell
El
lenguaje prosaico organiza reflexiones,
argumentos,
hechos; en el fondo, organiza sobre todo hechos.
Michel
Houellbecq
Y los hechos son los hechos. Allí con
ellos la idealidad de correspondencia entre experiencia y entendimiento.[i]
¿Razones? De la verdad simplemente la constatación. Otra cosa es la
Ciencia.
El hecho procede del hombre, es el
acaecer de la hora de la exigencia de constatación;[ii]
su acontecimiento es la correspondencia.[iii]
El hombre allí entonces se comporta irrelevante.[iv]
Y es que la Ciencia es una inducción instrumental de provecho desde lo razonado
por correspondencia de la experiencia y el entendimiento en el hecho: la
acción.[v]
Sólo
allí la pureza, la ingeniería y la crítica de instituciones. Hablemos del
hecho.
El hecho, interior de la significación del evento,[vi]
es la contextura de su elaboración, único escenario dispuesto y disponible a la
significatividad de los acontecimientos que una representación historiográfica
estatuye.[vii]
El hecho, en su totalidad, es éxtasis de expectación debida al
núcleo de asistencia de la explicación por experimentarse. A la norma del
discurso, hecho es quien difiere realidad de la ficción.[viii]
De sí entonces el hecho es la instancia del develamiento, allí
donde la hipótesis se consume y el hecho mismo, en pos de su producto, se
legitima del entendimiento para con el ser en calidad de su presencia efectiva.[ix]
El hecho entonces a la razón, su único escenario, es unidad de ser
en entidad atenido por espacio-tiempo al ethos del representarse.[BP1] [x]
Por categoría, pretensión[BP2]
trascendental de la propiedad de su conocimiento, el hecho pretende estatuir la
legitimidad de sus procedimientos de designación y asignación de sentido para
con los datos de conferencia en quien instituye el sentido, las sustancias del
discurso.
Hecho es apropiación metodológica de las designaciones y
asignaciones en curso para el sentido y reconocimiento de la experiencia en
comprobación de categorías analógicas de identidad: Ser.
El hecho es una ulterioridad de certeza para con la teoría
retórica.
Todo
concepto empleado en conferencia de hecho de diferencia, es una palabra, un
concepto eventual, poseedor por sí del mismo carácter trascendental que posee
cualquier otro fenómeno, cualquier otra temporalidad, una trascendentalidad
pura que por esencia es la unidad misma del poder a su voluntad:
representación.
El irse del ser-ahí en la cuestión ontológica,
a la distinción del sí mismo del historiador para el levantamiento referencial
de la historicidad reflexiva del propio pensarse, estatuye el HECHO. [xi]La dimensión
histórica es una idealidad.[BP3] [xii]
Concepto:
recepción del ser ante la vista de todos los que oyen del hecho la sanción de
la razón misma.
Hecho es la condición de duda para con el discurso explicativo.
Hecho es la verdad puesta a consideración por la hipótesis. La
hipótesis contiene al hecho por la condición de certeza. Y es que la
explicación cree que está el [por qué] y luego la [razón]; así entonces la
doctrina.
El argumento, la cosa del arte, es por el arte la condición lógica
de la coacción del método. Allí entonces la imaginación por comienzo de la
doctrina; un comprenderse en entendimiento de un algo que no es nosotros, es la
doctrina.
El hecho es un resultado, no una condición.[xiii]
De toda condición de certeza el calibrarse por figura de la
medición y su medida –ante la marca y marca, una idea, la presencia: el hecho
es la condición de facto de la presencia, su realidad.
El hecho es condición de referencia.[xiv]
El hecho, en la genealogía de las instituciones lógicas, es la
intersección de dos secuencias argumentales; un absurdo, un conocimiento sin
figura.
La figura es razón pura. De la figura en apropiación la forma.
El hecho en sí, absurdo, es conocimiento carente de forma aguarda
de la lógica razón, explicaciones. Así luego los símbolos.
El hecho es la coacción a toda la razón de la lógica, elemento
fundante de la doctrina retórica, ¿qué consideración comporta para Platón?
El hecho es en la metafísica de occidente la imposición de la
interpretación británica a la metafísica, el hecho, del nominalismo su esencia,
el experimentarse de lo material.
De la forma la trascendentalidad del trascedente, cuerpo.[xv]
Allí entonces en la Edad media la mutación de la materia, a ser
por razón el espíritu hasta ser en Inglaterra las manos del hombre.
Escritura. El hecho se fabrica.
Berkley, Shakesperare,
Milton, Newton, Hume, Blake, Byron, Darwin.
Allí Inglaterra- Inglaterra y el perfil por lógica de su
institución científica.
Entonces Carlos Marx; ahí devienen J.S. Mill y Kelsen. Ahí la
apertura en la influencia del
pragmatismo americano, Whitehead, Russell, Quine y el americanismo de Wittgenstein.
Entonces, si para Russell la principal función del lenguaje es
afirmar o negar los hechos, del hecho, por el hecho, dispone al hecho por
totalidad de efecto, un allí “eterno” que no posa en “lenguaje”.
Russell es el nihilismo. Hecho es hecho, reclama. Todo es el
sustrato de la doctrina de la experiencia.
¿Nosotros?
Genealogía al sustrato de la experiencia.
Arqueología al sustrato de la experiencia
Destrucción hermenéutica de la historiograficidad. El problema que
emplaza la apercepción temática[xvi]
–temporespacialidad .
Nietzsche; Voluntad de poder:[xvii]
Se quiere la debilidad: ¿por que?... La mayor parte de las veces,
porque se es necesariamente débil. La debilitación como tarea: la
debilitación de los apetitos, de las sensaciones de placer y desplacer, de la
voluntad de poder, del sentimiento del orgullo, del tener-y-querer tener- mas;
la debilitación como humillación; la debilitación como creencia: la
debilitación como repugnancia y vergüenza de todo lo natural, como negación de
la vida, como enfermedad y debilidad habituales...; la debilitación como
renuncia a la venganza, a la resistencia, a la enemistad y a la cólera.[xviii]
El emplazamiento de estructura corre
de la obertura maquinista, categórica y conceptual de la cuantificación. Toda
cuantificación, una cantidad, supone por apertura de plazo la totalidad.
Sólo a la totalidad se emplaza la
estructura.
De la totalidad a sí el horizonte y su
aspergencia. La aspergencia es el abrirse del vernos venir.
Del sol su corazón, la llama y su
verdad. Vida y la escena que tiendes a tus anchas, la expectativa
Sal de mar y el ave nos mira juntos,
sol de sueño y sueño de sol,
mar azul y la noche de brisa
ahí la Paz,
todo es quieto y la noche nos respalda;
luego el vuelo.
Al trigo reparo sueño,
y de nosotros en venir nosotros dos
todos juntos,
y así el deseo que te consume habla pronto y calla,
siempre tempestad es la Cruz,
ocaso de noche sin amanecer en vado amor,
mar abierto.
La escena y el presentarse; de la
escena y el presentarse, la apercepción; la historiograficidad elidida a
condición de aparecer por naturaleza es la objetividad.
Todo objeto viene definido de antemano
en artefacto. Todo objeto.
¿Qué no es y no constituye el campo
por espectro del objeto?, es decir, ¿qué se elide por total de la totalidad?
El elidirse de la totalidad por lo
total es la Tierra. Aparece el Mundo, entonces la lógica.
De la totalidad la comprensión por
comprensión de totalidad, ser ahí a tanto aniquilación fenoménica de la
identidad.
Así entonces ¿qué y cómo qué aniquiló
Platón? ¿Qué y cómo qué Kant?[xix]
Es decir ¿cómo entonces y cuándo a la
escritura la suscita un pensar, un mentir, un elidir y voltear atrás?
Detrás y verte sucio corredor en sucio pasillo,
Así la palabra.
Así la sonrisa.
Allí donde la historia se desteje y la totalidad te reclama
Leyes de la ley; la Norma Mexicana; la
mexicanidad. Rabasa, Ramos, Paz v.s. Plutarco Elías Calles.
Territorio donde más y mejor se firman
los contratos y se entretejen las sonrisas.
De allí, de donde se reclaman las
marcas. El afincarse de los tratos:
Artículo 3o.- Las leyes,
reglamentos, circulares o cualesquiera otras disposiciones de observancia
general,(1) obligan y surten sus efectos tres días después de su publicación en
el Periódico Oficial. En los lugares distintos del en que se publique el
Periódico Oficial, para que las leyes, reglamentos, etc., se reputen publicados
y sean obligatorios, se necesita que además del plazo que fija el párrafo
anterior, transcurra un día más por cada cuarenta kilómetros de distancia o
fracción que exceda de la mitad.
(1)
[debida publicación y observancia]
La observancia es una categoría para la autoridad de la ley; el que tiene que
observarla es aquel que debe hacerla valer, ella misma siendo por sí todo el
ser, luego entonces la prescripción para ley; sólo entonces el deber.
¿Ha hecho usted un juramento?
Bandera de México,
Legado de nuestros héroes,
Símbolo de la humildad de nuestros padres y nuestros hermanos,
Te prometemos,
Ser siempre fieles,
Jóvenes en lealtad de la música y la alegría.
Símbolo de la unidad de nuestros
padres, a los principios de libertad y de justicia, toda ley una negociación:
las leyes; en éstas lo fantástico e
infantil tiene mas fuerza [Aristóteles, ley, Metafísica, 995ª]
Crítica a la razón práctica,
estructura de emplazamiento, Aristóteles, Metafísica, 981a, 13 y ss.:
A efectos prácticos, la experiencia no parece diferir en absoluto
del arte, sino que los hombres de experiencia tienen mas éxito, incluso, que
los que poseen la teoría, pero no la experiencia (la razón esta en que la
experiencia es el conocimiento de cada caso individual,[xx]
mientras que el arte lo es de los generales, y las acciones y producciones
todas se refieren a lo individual: desde luego, el medico no cura a un hombre,
a no ser accidentalmente, sino a Calias, a Sócrates o a cualquier otro de los
que de este modo se nombran, al cual sucede accidentalmente que es hombre; así
pues, si alguien tuviera la teoría careciendo de la experiencia, y conociera lo
general, pero desconociera al individuo contenido en ello, errara muchas veces
en la cura, ya que lo que se trata de curar es el individuo). Pero no es menos
cierto que pensamos que el saber y el conocer se dan mas bien en el arte que en
la experiencia y tenemos por más sabios a los hombres de arte que a los de
experiencia, como que la sabiduría acompaña a cada uno en mayor grado según el
nivel de su saber. Y esto porque los unos saben la causa y los otros no.
Efectivamente, los hombres de experiencia saben el hecho, pero no el porque,
mientras que los otros conocen el porque, la causa. Por ello, en cada caso consideramos
que los que dirigen la obra son más dignos de estima, y saben más, y son
más sabios que los obreros manuales: porque saben las causas de lo que se esta
haciendo. A los otros, por su parte, los consideramos como a algunos seres
inanimados que también hacen,[xxi]
pero hacen lo que hacen sin conocimiento como, por ejemplo, quema el fuego, si bien los seres
inanimados hacen cosas por cierta disposición natural, mientras que los obreros
manuales las hacen por habito. Con que no se considera que aquellos son mas
sabios por su capacidad practica, sino porque poseen la teoría y conocen las
causas.[xxii]
En general, el ser capaz de ensenar es una señal distintiva del
que sabe frente al que no sabe, por lo cual pensamos que el arte es más ciencia
que la experiencia: los que poseen aquel son capaces, mientras que los otros no
son capaces de ensenar.
El hombre, nótese entre Aristóteles y Kant, es un suceso de
accidente. [xxiii]
¿Qué resta de Hume y el giro metafísico británico después de Wittgenstein?
Nietzsche, Voluntad de poder, 825:
Entendamos entonces que la
metahistoria de Hayden White es algo así como la ciencia historiográfica no de
la historia, tampoco de la historiografía, sino en el plazo trascendental por
concesión a mentira –la retórica y la afección de efectos (1). Metahistoria es
el programa analítico de la modernidad.
Moral,[xxiv]
es estatuirse de la institución; después entonces el Contrato social.
Otra cosa es el Estado.
[i]
También así su norma y legalidad. Toda la doctrina del derecho contemporáneo
surge, de la modernidad, tras la apropiación del poder de la sentencia –y la
correspondiente atención de obediencia- contra el orden jurídico por la
sujeción católico-eclesiástica de la ACCIÓN –y su contextura aristotélica- para
el establecimiento onto-teológico del HECHO como propiedad cognitiva del poder
de la sentencia y comienzo del Estado.
[ii]
El hecho demanda en consistencia la lógica, sólida presencia que anuncia un
todo. Todo es la renuncia por totalidad a la cosa, nada después en siempre, el
hecho tan sólo en la pureza de su régimen. Es tal lo que acontece en toda
práctica del estructuralismo. En la historiografía de la Constitución de 1917,
su producto como fuente de la Revolución mexicana hasta la elisión de la
Revolución y su instauración cognitiva al plazo de movimiento social. [cfr.
Jorge Carpizo y la huella historiográfica de la Constitución en la producción
académica de la Facultad de Derecho de la UNAM en el siglo XX]
El constar del hecho es para el hombre, en
presunción, un existenciario. Cuestión de método. En la socialidad, si esto
comporta un error en Heidegger, no quiera usted imaginar sus consecuencias para
cualquier profesor de asignatura en cada una de nuestras facultades de Derecho
en América Latina.
Más el constatar es el constatar de una
asistencia –la asistencia, no el hecho, es evento.
Presunción es expectación de resultado. Al
interior del hecho, su ethos de establecimiento, es la historiograficidad por
estructura quien emplaza el resultado. De la imaginación, una especulación de
miras.
Es decir, allí donde la coacción imaginativa
irrumpe en la construcción del horizonte de posibilidad categorial, la
comprensión por posibilidad y no por realidad de lo aseverado condicionalmente
por posibilidad, es al tránsito explicativo del todo y de su tiempo el
movimiento de la convención del creerse.
A todo ello el representar atraviese inerme.
Así la Ciencia. Imaginación en CONCIENCIA, TIEMPO Y REPRESENTACIÓN, PARA UNA
HISTORIA CULTURA DE LA FILOSOFÍA HERMENÉUTICA:
[…] al ser
la conciencia histórica una categoría analítica, dicha categoría opera para
estudiar la forma en que procede la imaginación histórica mediante una figura
retórica específica. [p.24]
[…]
cuál es la diferencia de hecho que existe entre la categorización implicada en la conciencia
histórica frente a la imaginación histórica. [p.25]
Metahistoria
no es sólo un tratado de los
componentes que hacen posible lo que denomina como conciencia e imaginación
histórica; al tiempo, es una historia del pensamiento histórico. [p. 25]
Para
poder responder a lo anterior, nada mejor que estudiar la investigación histórica
que el propio White lleva a cabo. Por ello, si su historia es la historia de la
conciencia e imaginación histórica del siglo XIX, lo primero que requerimos
conocer es dicha historia para comprender cómo la construye White. [p. 27]
En Metahistoria
los tropos, como pudimos observar, funcionan para clasificar las llamadas
formas estructurales profundas en que la imaginación histórica opera sobre el
registro histórico para constituir campos históricos de saber.[p. 32]
Es
esta supuesta separación de los códigos del sentimiento y la emoción, con
respecto a sus objetos, ¿qué clase de objetos hemos de presuponer comprende
Jameson? ¿algo tal cómo el sentimiento en sí? ¿expresión o manifestación de la
psique humana? El propio Jameson con algo así, ¿no estaría presuponiendo la
sentimentalidad como un núcleo de realidad? Con esto ¿no estaría replegando la
fundamentación de su modelo al tratamiento trascendental kantiano reformulado
acorde a la imaginación trascendental, antes de las formas lógicas trascendentales siendo la subjetividad en término de
irrepresentabilidad tal páramo? [n. 45,
p. 102]
No
queremos decir que la disgregación en tanto diferenciación y separación no haya
ocurrido, pero no es así como se significa el proceso de contemplarse desde la
prácticas creativas fundamentales, pues una vez nos aproximemos a algunos
ejemplos de ellas, encontraremos
posibilidades de imaginación que difícilmente podríamos comprender de encerrar
nuestro entendimiento en la pauperización de los cánones clásicos para representar
o disponer lo cultural. Por ello esta hipótesis intenta responder o señalar las
condiciones de posibilidad que de hecho deben ser las mismas que habilitan un
pensamiento como el de la Metahistoria de White. [p. 129-130]
El no
tomar en cuenta el ser de la forma, su temporalidad, constituye el motivo
fundamental de la insuficiencia de todo análisis que tome las formas o los
contenidos de las formas como aquello que se busca comprender, pretendiéndose
además en ello, dar cuenta del fenómeno de la imaginación o de la emergencia de
la conciencia histórica. Pues cuando el análisis cree llegar a la verdad de una
estructura ideal-típica de la obra histórica que sirva para clasificar toda
representación en potencia, sólo arriba al donde o al sobre lo cual opera la
primera ¡y sólo la primera! parte de la conformación de sentidos, entre los que
efectivamente cabe concebir a la conciencia histórica. Tal ejercicio, pese a su
acercamiento, se mantiene a las puertas de la comprensión del acontecer del ahí
del Dasein, ignorando por tanto la temporalización y permaneciendo nada
más en el supuesto orden temporal en que ocurren los acontecimientos, es decir,
lo cronológico. [p. 149]
Una
innovación en el campo de posibilidad categorial nunca es producto de un solo
individuo o siquiera de un grupo. La transformación del ámbito de posibilidad
categorial tampoco acontece de súbito en una especie de mutación metafísica.
Por el contrario, la transformación del ámbito de posibilidad categorial
acontece en el proceso mismo en el cual una cultura busca nuevas herramientas y
nuevos usos de aquellas ya disponibles. La pregunta en todo caso es ¿cuándo se
procede en el claro del uso continuo, a la creatividad, a la búsqueda de nuevas
formas expresivas, de nuevos modos de lectura de la realidad? ¿Qué herramientas
se disponen en tan peculiar empresa, y cómo se utilizan? En relación a estas
interrogantes es que la cuestión por la imaginación no es sino la pregunta por
la innovación técnica. [p. 153-154]
Los
artículos de 1905 de Albert Einstein donde postuló el principio de la
relatividad serán expuestos en el capítulo III de esta investigación. La teoría
del campo unificado es una consecuencia directa posterior de la relatividad,
pues cuando ésta, al plantear la equivalencia entre sistemas de medidas de
longitud con los sistemas de medida temporal -lo que implica la noción año luz
es muestra de ello - tornó inestables ontológicamente los conceptos de masa y
energía. Así, la teoría del campo unificado busca desarrollar toda un nueva física
que en la generación de nuevos conceptos y nuevas categorías, reúna lo que aparece
como opuesto, justo por la inadecuación actual del ámbito de posibilidad
categorial heredado desde Newton, obteniendo así toda una nueva disciplina que
para estudiar la Physis, brinca las aporías que resultaron, finalmente,
de la inadecuación categorial. Estas palabras del propio Einstein en 1917
apuntan en la dirección de la dificultad por determinar lo temporal como si
fuese lo más sencillo del mundo y entendible mediante una línea ascendente, una
sucesión progresiva o cualquier esquema que se nos venga a la simple
imaginación: Para el físico, un concepto sólo tiene valor cuando es posible
discernir, en el caso concreto, si conviene o no. Por lo tanto, debe existir
una definición de la contemporaneidad, la cual suministre el método para
reconocer mediante experiencias si dos resplandores han sido o no
contemporáneos, dados al mismo tiempo. Hasta tanto no se cumpla esta condición,
yo, como físico (y también como no físico) me confío a una ilusión si creo
poder anexarle un significado a la expresión de contemporaneidad. Albert
Einstein, Teoría de la relatividad general y especial, Madrid, R.B.A,
1983, § 8. ¿Si resulta así en la física aún a la fecha, que se puede esperar de
la historia? ¿Por qué ella tendría que tener asegurados sus modos de
entendimiento de lo temporal al ser, finalmente, el existir humano un ámbito
igual o tal vez mucho más complejo que cualquier disciplina física? [n. 39, p. 157]
¿Nuestra mayor dificultad? Cristalizar el
momento del trance para deparar el nunca más de su retorno, una sapiencia
absoluta del giro en totalidad. El viento sopla luego entonces.
Hubo un Dios:
Del fuego y la
tierra se hace el cristal,
ahí inscribe Dios
los cantos de todas las eras.
Del tiempo se
hace humo
y de la espera
certeza;
del vínculo
futuro,
y de la certeza
llama eterna.
Ahí Dios hizo un
mundo
del
frenesí de sus letras.
[…]
Hubo
un Dios que ya siempre traicionó sus voces.
[iii]
En su voluntad de poder, sólo de la correspondencia lo correcto. Una labor del
entendimiento para con la Moral:
Correlato de evento al
acontecimiento del hecho –su acaecer- entre determinaciones político-económicas
y formas académicas tras la segunda guerra mundial.
[iv]
Es el transcurso del pragmatismo americano que va de Charles Sanders Pierce y
su teoría semiótica en la era de la guerra de secesión americana, hasta la
consumación estatal en términos de doctrina política que un matemático como
Alfred North Whitehead puede establecer por sistema en Realidad y Proceso para
el s. XX, justo al trance americano de hegemonía en el periodo de entreguerras.
[v] Su
reflexión es el carácter deductivo que, al pragmatismo, permite extraer remisas
generales que denomina Teoría, permiso así que confiere el establecimiento
existencial del hecho a razón de Mundo en la elisión de la estructura del
emplazamiento que la presencia efectiva del entendimiento puede llamar y
reivindicar para sí, en propiedad, [experiencia].
[vi]
El evento es la asignación de sentido por significado, a cualquier toma, un
re-encuentro. Y es que es entonces ahí al reconocerse donde la verdad se elide.
Posa a razón de ser lo verdadero. Allí del ser, la categoría, es un
emplazamiento.
Doctrina del evento:
La lógica general
que cabe establecer por órganon del trabajo de Aristóteles, la lógica
trascedental que afinca la propiedad técnica al emplazamiento racionalista del
mundo por el proyecto Ilustrado en Kant bajo la determinante “método
analítico”, no racionalizan la peculiaridad del ser signo al ser del evento del
filosofar del filósofo en su historicidad
La descripción ante el relato del evento. Sólo
así la física y su mecánica en fuerza de acaecer por propiedad en
acontecimiento. Así recién se atienen en palabra las cosas. El poema se
osifica.
De la descripción, la prescripción palabra por
palabra de la dimensión de lo real. Del ser signo al ser del evento –la
dimensión del acontecimiento es cruce -, cruce es evento.
De todo lo real, por necesidad, la posibilidad
se elide.
Y es que la posibilidad, el horizonte de
certeza de toda proposición, es su espectáculo.
Así entonces la ley que presume la posibilidad
de razón de ser dispone por argumento de la totalidad del todo, sólo él, no es
el ente, sino un ser por evento cosificado: Juicio de la razón.
Luego entonces, muera el rey.
Al evento se superpone la dialéctica. De la
percepción del evento su apercepción; a su correlato el evento se elide. El
sistema crítico de la presencia a bien
atener el ente en su entidad, el método analítico kantiano, no retorna del útil
por lo impropio al decurso total de lo universal, de la identidad hace bien y
lo retiene; a ello lo nombra propiedad:
El primero que demostró el triángulo
isósceles (háyase llamado Thales o como se quiera), percibió una luz
nueva; pues encontró que no tenía que inquirir lo que veía en la figura o aún
en el mero concepto de ella y por decirlo así aprender de ella sus propiedades,
sino que tenía que producirla, por medio de lo que, según conceptos, él mismo
había pensado y expuesto en ella a priori (por construcción), y que para
saber seguramente algo a priori, no debía atribuir nada a la cosa, a no
ser lo que se sigue necesariamente de aquello que él mismo, conformemente a su
concepto, hubiese puesto en ella.
[evento y definición] [la apertura del todo de
la palabra a la temporación]
De la temporación el texto es el ámbito por
solidez de su presencia. El texto es la materia de la temporación.
Es cual el trazo de una pincelada.
El trazo, no un elemento, es constitución del
todo. Lo trazado por el trazo, su adscripción al sitial es del trazo por
totalidad, el todo. Igual que un verso.
El paso del poema por la lectura.
Usted está aquí, él allá. La poesía transcurre.
El interior del isósceles, ello mismo que
llamamos triángulo, no existe, es sólo una figura; su demostración es
indemostrable yace por ser en circuito del principio de acuerdo, la
conversación que mantiene un coloquio de pensadores, por ejemplo, allí donde de
facto emerge la pregunta. La demostración es su misma mostración; así del ser
la apariencia.
El hecho comparte con el evento la temporación
de cruce. La pregunta es el presentarse del cruzamiento.
Su presupuesto es la presencia. La pregunta es
razón de evento. La presencia se condiciona en poder a la trama del relato que
el evento refiere. Así el hecho es la confección. Lo conferido en diferencia, estancia de
verdad por espaciamiento.
El nombre espacia.
Hecho es razón de nombre, nombre es razón de
evento. El nombre del evento lo elide, nombre es elisión de evento; la elisión
del evento es por nombre presencia; ahí comienza lo real.
Sólo entonces de lo real, la apertura del
método.
El interior de la significación del evento, el
ocuparse de la interioridad, es el hombre.
El hombre sirve o el hombre comanda.
Allí de sí la palabra en fracaso o en una
fragata,
Pintar el cielo y morir.
[vii]
¿Cuál es la jerarquía del estatuto? Acontece que toda representación es
estructura de historiograficidad. No se hace la representación en la
historiograficidad, no es un suceso, un producto que le sucede a una jerarquía
lógica de sustancias; no, la representación esta hecha de historiograficidad.
Tiempo es tiempo.
A tal sentido, la impostura de la absolución
histórica, es la presencia efectiva de la totalidad en merced del absoluto,
sentido común que le nombran, abeja por panspermia en la corcholata.
¿Sentido común? Lugares comunes.
José Ortega y Gasset, la filosofía del sentido
común:
Y he
aquí la autenticidad de la filosofía aristotélico-escolástica. Es la filosofía
del sentido común, el cual, conste, no es inteligencia, sino asunción
ciega por sugestión colectiva, como todo lo que se llamaba «evidencia» (2).
Esto nos permite
intentar nueva interpretación sobre el verdadero carácter, no entendido ni
explicado, de lo que eran para los estoicos, conjuntamente, el criterio de la
verdad y el acto mental en que el conocimiento se funda: la «fantasía
cataléptica»; es decir, la «idea sobrecogedora o percaptadora» (3). Entiéndase
que es el hombre el sobrecogido y percaptado por la idea, la cual
se nos impone, nos hace fuerza. Pero la idea o imagen —fantasía—
que tiene ese carácter hipnotizador sobre nosotros no es sino la supervivencia
de una o muchas percepciones —aísthesis—. Estas son para ellos el
prototipo del fenómeno mental, con eficacia cataléptica, sugestionadora o
hipnótica. La catalepsia nos hace violencia para que asintamos a algo:
percepción o proposición. El asentimiento —synkatáthesis— es
«libre». En última instancia podemos prestarlo o no a la catalepsia en que
estamos; pero nos costaría mucho esfuerzo rehusarlo (4).
Ahora bien: hubieron de reconocer los
estoicos que las fantasías catalépticas yerran no pocas veces (5). Esto
traía consigo inevitablemente —aunque ellos no lo vieron nunca del todo— que su
fuerza persuasiva, percaptadora, no podía proceder de ellas mismas, esto es, de
su contenido, puesto que este tanto era certero como errado. Mi idea es que el
carácter «convincente» o impositivo —cataléptico— de las sensaciones y de
ciertas proposiciones máximas venía a aquellos y a estas de que era «opinión
reinante», «lugar común», creer en los sentidos y creer en el principio de
contradicción (6). Eran estas dos «verdades tradicionales», dos usos
colectivos. De aquí que se aceptasen como «evidentes» precisamente porque nadie
se hacía cuestión de ellos. Eran «pensar ciego y mecánico», generado por
sugestión e «hipnotización» colectivas; es decir, literalmente lo que hoy, como
entonces, se entiende por catalepsia. El hombre, en cuanto
viviendo los usos colectivos, es un autómata dirigido por la sugestión social;
vive en perpetua catalepsia. Esta no es un efecto psíquico de la percepción,
sino un efecto sociológico de la sociedad sobre el individuo. No, pues, esta
sensación que ahora tengo me cataleptiza, sino la creencia general
en que de antemano estoy de ser fehacientes los sentidos es lo que me entrega
«hipnotizado» a estos. Y la filosofía aristotélico-escolástica, al partir, sin
hacerse cuestión de ello, de la fehacencia de las sensaciones y de la
extracción que en estas se hace de los conceptos por abstracción comunista,
resulta ser una filosofía de catalépticos, esclavos psíquicos del «lugar común»
y víctimas del lugar-comunismo.
(1)
La expresión misma no está en ninguno de los fragmentos de los estoicos que
conservamos; pero, por fuerza, tuvo que ser acuñada por alguna de las
generaciones estoicas (que son muchas y siempre activas), como lo demuestra el
hecho de que, sin más, aparezca en Cicerón (De Oratore, III, capítulo
I), el gran transmisor para los renacentistas, y desde ellos para nosotros, de
la gnoseología estoica.
(2)
Entre las cosas cómicas de la infortunada vida intelectual española durante el pasado
siglo, debe contarse que Menendez Pelayo considerase haber dado cima a una
hazaña emigrando, en la madurez, del escolasticismo a la filosofía escocesa del
sentido común, que era cosa pareja a si hubiese decidido salir de Malaguilla
para entrar en Malagón.
(3)
Sospecho —pero no lo he estudiado en detalle para poder aseverarlo— que nuestra
palabra «percatación» es la traducción latina erudita de la «catalepsia», a su
vez término técnico del estoicismo.
(4)
Los estoicos son radicalmente deterministas. Les lleva a ello su interpretación
de la Realidad como Naturaleza. Esta vive y es y se mueve por sí misma; es
absoluta espontaneidad. Por lo mismo, cada parte de la Naturaleza, cada cosa,
tiene su espontaneidad propia, «doméstica»: otxstov (oikeion).
A esa espontaneidad, que no es sino determinismo, llamaban «libertad».
(5) Ya el propio Zenón: «Urgebat Arcesilas
Zenomen, cum ipse falsa omnia diceret, quae sensibus viderentur, Zeno autem
nonnulla visa esse falsa, non omnia.» (Cicerón: De natura deorum, I, 25.)
(6) Pero sí vieron con toda claridad que la catalepsia
de la sensación, imagen o idea se funda en la catalepsia («evidencia»)
de la verdad, la cual no consiste solo en la fantasía cataléptica, sino
«en las ideas (vorjxá) que la rodean y a ella se refieren». (Sexto Empírico, Adv.
Math., VIII, 10.) Para mí este texto, que no suelen entender los
historiadores de la filosofía, es decisivo.
Como
ejemplo de insuficiencia filológica puede verse lo último —creo— que sobre los
estoicos hay, el trabajo de Ernst Grimach: Physis und Agathon in der alten
Stoa, publicado en la colección de más rango científico que existía en
Alemania antes de la guerra. Léase en el Excurs sobre Ttpokq\\.c,
(prólepsis)
De la simple asunción cronológica de la prescripción del dato, es
para todos ellos vinculante, por trasversión de miras, el método analítico
kantiano:
Heidegger, Ortega y
Gasset, Gaos, O´Gorman, Nicol, Gadamer, Koselleck.
Trasversión de miras es trascendentación de
objetivos; más entonces ¿qué es el objeto? La disposición por algo del mirar de
la mirada. Del evento extraer un acaecer y del efectivo acaecer nombrar ahora
un acontecimiento.
Así,
en el tránsito de la escritura, a la convocatoria ciudadana, el trascender por
objeto de la totalidad escrita.
[viii]Y
atendamos que la ficción es presupuesto de toda realidad. Allí entonces David
Hume en la reconvención de la Teología:
Del mismo modo que la ciencia del
hombre es el único fundamento sólido para la fundamentación de las otras
ciencias, la única fundamentación sólida que podemos dar a esta ciencia misma
debe basarse en la experiencia y en la observación.(a) No es una reflexión
asombrosa el considerar que la aplicación de la filosofía experimental a las
cuestiones de moral(b) vendrá después de su aplicación a las de la naturaleza y
a la distancia de una centuria entera, ya que hallamos de hecho que existió
casi el mismo intervalo entre los orígenes de estas ciencias, y que, contando
de Tales a Sócrates, el período de tiempo es próximamente igual al que existe entre
lord Bacon y algunos filósofos recientes de Inglaterra,(d) que han comenzado a
llevar la ciencia del hombre por un nuevo camino y han interesado la atención y
excitado la curiosidad del público.(e) Tan verdad es esto, que, aunque otras
naciones puedan rivalizar con nosotros en poesía y aun superarnos en algunas
otras artes bellas, los progresos en la razón y la filosofía pueden ser
solamente debidos a la tierra de la tolerancia y libertad.(f)
(a)
Por [FUNDAMENTACIÓN SÓLIDA] sólo la
materia, así entonces el antropologicismo. Experiencia y observación son del
hombre toda su voluntad de poder por norma. Así en naturaleza entonces sólo las
jerarquías. Cfr. John Searle, Actos de
habla, Uso y mención:
Uso y
mención. Como hemos observado en la sección anterior, no toda ocurrencia de una
expresión referencial en el discurso es una ocurrencia referencial. Además,
algunas veces las expresiones, ya sean expresiones referenciales o de otro
tipo, aparecen en el discurso sin tener su uso normal, sino que se habla en el
discurso de ellas mismas. Consideremos entonces la diferencia entre:
l .
Sócrates fue un filósofo, y
2.
“Sócrates” tiene ocho letras.
Dos hechos
resultan obvios al comparar esas oraciones: primero, ambas oraciones comienzan
con la misma palabra, y, segundo, el papel que la palabra juega en la emisión
de la oración es completamente diferente en los dos casos, puesto que en 1 tiene su uso
normal para referirse a una persona particular, y en 2 no tiene su uso normal,
sino que se habla sobre ella, como lo indica la presencia de las comillas. En
sus esfuerzos para dar cuenta de la diferencia (A) en tales casos, los
filósofos y los lógicos han llegado algunas veces, de hecho usualmente, a negar
la verdad obvia de que ambas oraciones comienzan con la misma palabra.(2)
Se sostiene
tan comúnmente una explicación tan confusa de la distinción entre uso y mención
de las expresiones, que vale la pena intentar clarificar brevemente el
asunto.(3) Se afirma generalmente por parte de los filósofos y los lógicos que
en un caso semejante a 2, la palabra «Sócrates>> no aparece en
absoluto,(4) sino que más bien lo que aparece es una palabra completamente
nueva: el nombre propio de la palabra.(5) Los nombres propios de palabras u
otras expresiones, afirman ellos, se forman
colocando
comillas de una parte a otra de la expresión o, mejor, de una parte a otra de
lo que sería la expresión si se usase corno expresión y no solamente corno
parte de un nuevo nombre propio.(6) Según esta explicación, la palabra por la
que empieza 2 no es, corno podría suponerse, «Sócrates», es ««Sócrates»». Y,
por difícil que parezca, la palabra que acabo de escribir no es
c««(SócrateSJilJ», sino ((((((((Sócrates,,),,))). (7) Y así sucesivamente, en una jerarquía de nombres,
de nombres, de nombres ...
Encuentro
que esta explicación es absurda.(8) Y creo que no es inocua, sino que reposa
sobre una profunda mala comprensión de cómo funcionan realmente los nombres
propios, las comillas y otros elementos del lenguaje.(9) Además, ha infectado
otras áreas de la filosofía del lenguaje.(10)
Por
ejemplo, se dice erróneamente algunas veces,(11) siguiendo la analogía de la
explicación ortodoxa de uso y mención, (12)
que las cláusulas que comienzan con la palabra «que» son nombres propios
de proposiciones.(13) (14) Existen al menos dos maneras de mostrar que la
explicación ortodoxa de uso y mención debe ser falsa.(15) La primera consiste
en señalar ciertas características
generales de la institución de los nombres propios que están en contra de
ella.(16) La segunda consiste en contrastar lo que seria el
hacer
referencia a expresiones por medio de nombres propios y descripciones definidas
con el modo en que usamos las comillas para presentar la expresión misma.(17)
Si nos preguntarnos a nosotros mismos por qué tenemos la institución de los
nombres propios, la respuesta seria,(18) en parte, que necesitamos un
dispositivo conveniente para hacer referencias identificadoras a los objetos a
los que comúnmente se hace referencia, puesto que los objetos no están siempre
presentes ellos mismos.(19) Pero el dispositivo no tiene razón de ser cuando el
objeto sobre el que queremos hablar es,(20) él mismo, un trozo de discurso y,
dado que es fácilmente producible,(21)
no requiere un dispositivo lingüístico separado para referirse a él.(22)
Con muy pocas excepciones, como las palabras sagradas o las obscenidades, si
necesitamos hablar de una palabra no tenemos necesidad de darle un nombre o
utilizar cualquier otro recurso para referirnos a ella; podemos simplemente
producir (una instancia de) ella. Los casos extraños en los que tenemos
necesidad de nombres para palabras son aquellos casos en los que es impropio,
tabú o inconveniente, producir la misma palabra.(23) Tenemos convenciones en el
discurso escrito, por ejemplo las comi1las, para señalar el hecho de que la
palabra no está siendo usada normalmente, sino que está siendo usada como un
tópico de discusión.(24) En resumen, tenemos la institución de los nombres
propios para hablar en palabras sobre cosas que no son palabras ellas mismas, y
que no necesitan estar presentes cuando se está hablando sobre ellas. Toda la
institución adquiere su objeto a partir del hecho de que usamos las palabras
para referirnos a otros objetos. Un nombre propio solamente puede ser un nombre
propio si existe una diferencia genuina entre el nombre y la cosa nombrada. Si
son la misma cosa, las nociones de nombrar y referir no pueden aplicarse.(25)
(1)
Diferencias de una presencia que ha
elidido a la contemporación del evento de apercepción, la estructura del emplazamiento
en propiedad de cada una de las regiones del ente en entidad que cada sentencia
señala y reivindica.
La
filosofía analítica de Searle en la tábula rasa del pragmatismo de conciencia,
instaura de dos apercepciones su experiencia por totalidad. Todo lo cubierto
por historia en historiografía e historiograficidad es lo que se emplaza por
bien metodológico en horizonte de posesión de propiedad.
Así
fue como nació el capitalismo.
[pragmatismo
es pragmatismo de conciencia]
(2)
Ya sabemos que al caso de lo obviado
por Searle está el omitir el nombre de San Agustín en el dispositivo lógico
confrontado por lógica la totalidad de la lexis en emplazamiento.
(3)
Léase entonces la naturalidad de la
pena por emplazamiento de estructura del análisis. Ya de todo ello por abandono
del ser, en espaciamiento, la imposibilidad al diálogo. Entonces la guerra.
(4)
Allí entonces la apertura por
condición de determinación del concebirse fundamental de Sócrates por personaje
de ficción. Cfr. Wikipedia. La subversión lógica de todo pragmatismo. Doctrina
del empirismo.
AQUELLO QUE POR EXPERIENCIA SE PUEDE
RECONOCER
AQUELLO QUE POR EXPERIENCIA SE PUEDE
REENCONTRAR.
Allí de sí el ahí del desplazamiento
de la Ilustración entera, desde la Enciclopedia hasta la Enciclopedia.
Después de siempre la verdad y los
hechos.
(5)
Allí todo lo naturalizado es la
doctrina de la propiedad, una reivindicación o un sometimiento de paz en
oquedad. [historiograficidad es naturaleza elidida, después devastada, recién
descubierta] ¿Cuáles son entonces los valores de lo libre?
(6)
Por realidad sólo hablan de la región
de la gramática. El formarse de lo que se ha forma es sólo al interior de su
representar -la gramática-, un necesitando. Al necesitando, la teoría
historiográfica contemporánea habla el discurso de la necesariedad. Lo
necesario de la necesidad es el materialismo.
La necesariedad, su necesario, es emplazamiento a evento de la
estructura, un espaciamiento de la materia de argumento en función mundo –allí
recién la doctrina del Estado. La diferencia no es lógica, en tiempo sólo es
poder. [Cfr. El poder de la voluntad como efectividad de representandos en la
dialéctica del amo y del esclavo de Hegel]
(7)
Si Sócrates no es Sócrates, la
diferencia es tan sólo poder desde lo escrito para la escritura misma. Ficción
entonces. [cfr. La transfluidificación
de Hermes a su figura en el tránsito de los trágicos griegos. Hermes en
Esquilo, Hermes en Sófocles, Hermes en Eurípides.] Allí el bastión de plaza en
fundamento al argumento de la retórica, éste, el de Searle.
(8)
Del reconocer al reencontrar, el
encuentro es una elisión por poder del
encuentro a recordar. Una obligación por el poder a mantenerse en solidez –allí
la soledad- de un sitio. Al sitio yace solidaridad en ordinario. Así advino
experiencia a conciencia. Todo es un mito.
Entonces…
absurdo, un conocimiento sin forma, es del Sombrerero Loco –Russell- y la
liebre de marzo –Wittgenstein -, el la sanción para la locura en el terror del
ratón ante el nombre del Gato en el guión
de Aldous Huxley para la película de Disney, Alicia en el país de las
maravillas.
Del
encuentro por absurdo instrumentar en carencia de teoría las totalidades. Así
Camus. [¿Para qué la negativa al absurdo camusiano por Deleuze?] [la
preservación de Edipo]
(9)
“profunda mala comprensión de cómo
funcionan realmente los nombres propios, las comillas y otros elementos del
lenguaje.” No bueno, más allá de la evidencia totalitarista de la moral al
curso, que explique Searle ahora la historiográfica de esa maldad que no puede
sino acaecer como desobediencia en prioridad para el método de lo verdadero. El
habernos salido de la gracia de su enseñanza. Así luego entonces lo ridículo de
toda la filosofía del lenguaje y de toda la lingüística en el mundo hispánico.
Que nadie ha podido desarrollar una nueva gramática que refundamente las normas
y prescripciones técnicas precisas a bien de honrarse y tenerse por institución
grata y divina.
El
funcionamiento real de la verdad.
La
realidad del funcionamiento de la verdad.
La
verdad del funcionamiento de la razón.
Lo
verdadero de la razón del funcionamiento.
La
función de la razón de la verdad.
La
verdad de la razón del funcionamiento:
Realidad
y razón son una, poder en acción y pensamiento.
A la
presencia
A
la realidad por razón en acción y
pensamiento nombramos idea.
A
la razón por realidad en acción y pensamiento nombramos idea.
Este
es el transtorno en quien ha estado girando todo el malestar económico de esta
era: conciencia.
La conciencia es la idea encarnada en
la soledad de la consciencia –allí se piensa el pensamiento. El asistir por
ingeniería a la instancia pura de la crucifixión, el emplazamiento categórico de la civilización
en signo.
Por
vació entonces el espacio.
De
la forma, el trazo de la línea en figura- isósceles- olvídese de algo.
Así
el álgebra.
Yo
demando una poética de la frase que pueda concluir toda la mathesis del signo
en la idealidad de sus respectos.
Que toda materia posa en un
presentarse, y que todo presentarse, condición, situación o acontecimiento –así
también con ello todo sistema-es solo
simulación de la representación,
Al
poder entonces un simulacro,
A
la víctima en holocausto el terror del abandono de Dios,
Dios
ha muerto.
¿El
sistema de la representación?
Larga
vida a Dios.
El
singo, la elisión del signo, es la expresión.
El
singo es pensamiento, la escritura es expresión,
La
escritura sea contigo.
(10) ¿Qué
puede significar que el pensamiento yerre su pensar? Que el pensamiento piense
el menester del emplazarse por orden de
necesidad.
De
esto entonces ante el error ¿qué? Deseo y nada luego entonces.
(11) ¡Horror
de mis terrores!
(12) ¡Terror
de mis errores!
Que la secuencia lógica de todos los
nombres preserve alguna idealidad de los respectos para el logos es simplemente
idiota, lograrlo, bueno… lograrlo es otra cosa.
Ortodoxia, heterodoxia, son entonces
categorías de la doctrina. La lógica, luego entonces, es otra cosa.
(13) ¡Error
de mis horrores!
Significado, sentido, materia y
espíritu de la idea.
Su experiencia, la comprobación.
[¡Después la herejía!]
[la inversión objetivista de la
objetivación de la subjetividad que Realiza Nietzsche para con la moral en la
Genealogía en subjetividad de la objetivación de la subjetividad en la
Arqueología de Foucault.
Foucault
en LAS PALABRAS Y LAS COSAS realiza la analítica de las jerarquías.
Jerarquía es el espacio de sitio de la
categoría; comprensión de la categoría a sí es historiograficidad.
Alma Foucault habla después entonces.
La dialéctica en sus atribuciones,
elide en materialidad la temporalidad de sus respectos.
A su temporación, experiencia
prescribe, la historicidad una elisión
en adscripción: historiograficidad.
La lógica prescribe en adscripción
historiografidad,
La retórica adscribe en prescripción
temporación,
La retórica hace temporalidad. Hechos
fabrica.
Allí de sí las arquitectónicas de la
ciencia.
Del poder las ruinas después los
palacios, los caballeros y todos los hijos de la tierra.
Jerusalén es una y la misma mil veces
destruida.
[Jesuralén es una y mil veces la misma
destruida]
Así de lejos, por fuera, todo lamento.
Escritura reposa la vida.
(14) Tres
elementos vinculados, ninguno hace verdadero, todos hacen verdad. Son
categorías de pro ceso.
…dice
…algunas veces …que…
Lo
elidido, lo que entonces de suyo se sujeta por análisis, el objeto, es de la
proposición del principio la afirmación positiva de hipótesis. A lo elidido por
todo una presunción… hecho, e historicidad estatuyen.
Allí de sí la
analítica a la analogía de la lógica; la identidad.
(15) “Al
menos”, bien, pero entonces al más… al
más ¿cuántas interpretaciones caben al interpretar? ¿Cuál es entonces la
naturaleza de los respectos que por analítica, a condición de elementos,
podemos seccionar del todo analizado a bien integrar la mecánica de fuerzas en
quien la significatividad culmine?
(16) Por
ejemplo la poesía, una rosa es una rosa y esas mamadas.
Toda interpretación, la tuya, es la
única verdadera. ¡Jerarquías! Luego entonces explica algo. Poder entonces te llamas.
Gravedad ocurre
entonces.
(17) A
la definición de esencia, una poética contra la otra. Es algo así como
Aristóteles V.S. Aristóteles 2099.
Poética del habla del acto V.S. Poética del acto del habla.
Del
poder al espectáculo el escenario sigue siendo el mismo. Una tiranía en
dictadura universal… digo, son humanistas.
(18) Si
una respuesta es en alguna parte, en parte alguna, a) no es ninguna parte y b)
no es una respuesta –que tampoco hay pregunta. Hay una historia elidida por
pregunta y una historiograficidad elidida por respuesta, del diálogo la
realidad es la situación. Al transito en la idealidad de los respectos, tanto
para la analogía como para la atribución del sentido, la historicidad yace
otra. Esto es Lógica.
(19) Si
fuéramos orientales y consideráramos el Damma, claro que sí, más entonces nos
gusta hacernos pendejos con la subjetividad y las retóricas de la conciencia en
las pedagogías de la enseñanza y en sus métodos de sujeción de objeción por
obviedad, digo, voluntad de poder que le llaman. El sentido común es, para mí,
un insulto a toda la dignidad de los Pensadores.
(20) Es
decir, en la naturalización del régimen de clases, someterse o no someterse –la
casta-, servir o no servir –la calidad-, es el ser o no ser de los que no aman
a Shakespeare. Cfr. El valor del valor
Como
hablante nativo del castellano sé que ((oculista es exactamente sinónimo de
“médico de ojos”, que “banco” tiene al menos, dos
significados, que “gato” es un nombre. Que oxígeno es un término no ambiguo,
que “Shakespeare fue mejor dramaturgo que poeta” tiene sentido, que “las
deslizantes tovas giraban” es un sinsentido, que “el gato está sobre la
alfombra” es una oración, etc. Sin embargo, no poseo ningún criterio
operacional para sinonimia, ambigüedad, nominalidad, significatividad u oracionalidad.
Además, cualquier criterio para alguno de estos conceptos ha de ser consistente
con mi (nuestro) conocimiento, o debe abandonarse por inadecuado. El punto de
partida para este estudio es, entonces, que una persona conoce tales hechos
sobre el lenguaje independientemente de cualquier capacidad de proporcionar
criterios de los géneros preferidos para tal conocimiento.
Conocer
tales hechos sobre el lenguaje. ¡Shakespeare, el lenguaje, es sólo un hecho
sobre el lenguaje! Y de los hechos del lenguaje el conocimiento. Vaya, ahora sí
el espectador ha llegado muy lejos.
El criterio luce por verdad el todo. Valor del
valor.
Gentleman, una sociedad de distinción.
(21) Ya
no es razón de ser o trozo de lenguaje es uno mismo. Poeta es ser hecho de
lenguaje.
(22) Un
poema es de sí el poeta. Nada dice nada nuevo. Nada tampoco requiere esa
estructura lingüística sino del método la fenoménica del metro su estructura
por disposición axiológica.
(23) Lógica
entonces de los convenios morales. Allí toda la sociedad, el régimen político,
el derecho, el gobierno, y el Estado Ingles, la Monarquía.
Entendamos
entonces que a cualquier respecto la monarquía no es una forma de gobierno.
[idiotismo]
(24) Seguramente
quien escribe en normalidad no es quien escribe por normalidad. Más entonces atendamos
las jerarquías al dispositivo lógico, la categoría de la categoría.
(25) ¿Cuánta
de la poesía queda entonces proscrita?
Cfr.
La meditación sobre el lenguaje de los novelistas sci-fi británicos y
americanos [Huxley, Orwell, Bradbury, Dick] , los beatniks [Kerouac, Ginsberg,
Burroughs] y los poetas academicistas americanos anteriores [T.S. Elliot y
Pound].
(b)
Norma y control político de las
poblaciones. ¿Cómo subvierte el discurso de la [moral] las disposiciones
teológicas para la vida cotidiana de las comunidades católicas en Inglaterra?
¿Quiénes y cómo incorporan la instancia [moral] como naturalidad del orden
constitutivo de lo que después recién, a la representatividad, es una
“denegeración” al término de las nociones del pecado de la teología católica
para finales del s.XVII?
(c)
El hecho, la institución por
referencia del hallazgo, es la cosa de
la observación, el hartazgo. Una historia sobre la otra. En la casuística de
casos, de la comparación, la prescripción por realidad de una razón. El
artículo y su disposición trascendental posan naturalizados. Allí de sí la
“mutación” del argumento. Desde una instancia de seducción, entretenimiento,
hasta su constitución polémico- gubernamental.
A la verdad sus
afectos.
Aún con
estabilidad estadística de los referenciales, la casuística es la casuística.
Determinar por la
causa y su estatuto lógico epistémico la naturalidad metafísica de los
transcursos.
El artículo toma
por Mundo la verdad de lo sabido.
Así lo sabido es
verdadero ¡y se puede demostrar!.
__________
Figúrese usted,
nomás, la necesidad del demostrar.
(d)
Como la preposición [a-] en la
diferencia aproximarse y proximarse infiere de [a-] la presencia por entidad de
otro sujeto, quien se aproxima del aproximarse no es su proximidad sino la
nuestra misma en relación con ella misma, la proximidad táctica al curso de la
letra. De allí también todas nuestras comprensiones metafísicas, gnoseológicas,
lógicas y gramaticales.
Representaciones
que a bien de explicatividad hacen ideología plena.
A la preposición por
toda verdad poder sancionan, es al plazo de la estructura en presencia, la
legitimación de la legalidad. Al análisis obediencia repliegas.
(e)
Del interés de la atención, de la
excitación del público por certeza, la emergencia de la sociedad. Así entonces
al paso de Hume la construcción del parlamentarismo británico del siglo XVIII
al XIX.
(f)
Los progresos en la razón y la
filosofía pueden ser solamente debidos a la tierra de la tolerancia y libertad.
[ix]
Allí entonces del desprecio que Kant adjudica a la ontología en el medio de su
crítica al entendimiento que denomina razón pura. De la presencia efectiva que
el entendimiento experimenta en el hecho, el establecimiento lógico-formal de
la figura de la presencia efectiva por totalidad del ente en el efectivo
corroborarse de quantum existencial; así la experiencia todo lo domina.
Ontología de la experiencia, la historiografía.
[x]
México y la imaginación. Siglo XX.
El representarse es donde comienza el
conocimiento. Allí entonces toda la Lógica. El SNTE y la CNTE, aún cuando no
hubieran votado los profesores por Enrique Peña Nieto, abandonan la
institucionalidad democrática al poner en entredicho las decisiones de un
gobierno electo por la mayoría.(a) El adversario del SNTEy de la CNTE no es el
Gobierno, es la Ciudadanía, a tanto que no hay Gobierno sino en tanto Gobierno
de la Ciudadanía. Allí en aparición triunfal, los padres de familia.
El curso es el estatuto ontológico que el niño
mexicano refiere para con la estrategia económica de un modelo de miras.
Datos más, datos menos, la historiográfica es
esta:
El Estado mexicano que emerge de la lucha
civil que denominamos Revolución mexicana, emerge a posibilidad, condicionado
en sus efectividades, por la organización laboral de los obreros mexicanos.
Carranza dispone de la Casa del Obrero Mundial, Obregón de la Confederación
Revolucionaria de Obreros Mexicanos (CROM), y Lázaro Cárdenas de la Central de
Trabajadores Mexicanos (CTM) con Vicente Lombardo Toledano en su comandancia.
En la avalancha histórica de los gobiernos
posrevolucionarios, en la consolidación política del Estado mexicano hasta la
muerte de los grandes jerarcas, la víspera de la tan ansiada “apertura
democrática” conduce al PAN a los Pinos y lleva al SNTE de Elba Esther Gordillo
al sitial que antes tuvo Fidel Velázquez.
Hoy el sindicalismo reposa en un hueco.
¿Qué hace en todo ello el respecto de la
cultura mexicana –y no así el antropologicismo que se confiere en la noción
“cultura en México” - en el decurso de socialidad de las clases medias
mexicanas –unas clases medias imaginativamente, creativamente y políticamente
francamente mediocres?
[El dato es la notación del hecho]
Allí entonces la constructiva de la teoría
historiográfica moderna y contemporánea.
¿Ante la Ciencia, qué nos resta?
Azote moral mi querido hermano. Tras la
debacle de la industria cinematográfica mexicana en los años cincuenta, en la
era del nacionalismo que instrumenta los bríos político-patrióticos que la
expropiación petrolera nos legó, la expresión del espíritu mexicano quedó en
manos de un conglomerado de inversionistas que tuvo, control económico
mediante, la dirección cultural de la formación de las clases medias en la
dirección técnico operativa de los medios de entretenimiento. ¿Su trabajo?
Pedagogía, arriba el futbol. Distender y aletargar el brío político-patriótico
mediante nuevas producciones al servicio de capitales extranjeros. Apertura
cultural entonces. Así llegaron a México las caricaturas.
Eran los años cincuenta y el obeso de Diego
Rivera hace pintar a sus asistentes el mural de Domingo en la Alameda donde
ordena escribir luego la fatua sentencia al decurso del espíritu: “Dios no
existe”.(A)
Olvídese de toda la decadencia en estilo que
expresan la Familia Burrón de Abel Quezada, olvídese del arte musical y la
crónica urbana de Chava Flores, olvídese del nihilismo moral del esteta del
existencialismo mexicano que es José Alfredo Jiménez. Disfrute ahora de las
Fantasías animadas de ayer y hoy de la Warner Brothers, de las películas del
asistencialismo moral que Disney legó al mundo y que los gobiernos
posrevolucionarios contuvieron a su exhibición en los años 30´s y 40´s.
Sí,
sabemos que (´s) es un anglicismo, vamos solos, no nos interesa. Octavio Paz
atraviesa todo ello y publica a finales de los 50´s El laberinto de la soledad.
Después vinieron y pasaron los sesentas, el resto es rock and roll history.
Ciudadano Tello.
_________
(a)
¿Qué mayoría? Bueno, mejor me calló.
Yo siquiera voté.
(b)
¿Dios no existe? ¿Qué es una palabra
–lexema-? ¿Dónde así los demás Comunistas?
[xi]
El estatuto del hecho es toda la crisis y el porvenir de la ciencia
historiográfica en México. Si México entra en servidumbre a la metafísica del
hecho o entra en servidumbre a la metafísica de miras -la subjetividad.
La metafísica de lo mexicano. Bueno, nombre
usted la filosofía. La filología es algo.
[xii]
La inconsistencia. El no ser del ser al no ser el ser, no es, está. Ser es la
incomprensión de la temporalidad afectiva.
Su absoluto pre-comprende.
[xiii]
Allí de sí partir del hecho por totalidad del ente en su representación es el
totalitarismo, quien ha hecho de la violencia de la preocupación por el ente en
totalidad naturalización de miras.
Historiograficidad por cielo.
El hecho es hecho, su naturalidad se hace y se
elide. A la elisión su disponerse en ausencia por transcendente. El hecho ya se
ha ido, posa nominalmente el hueco de su certeza por un todo. Allá entonces el
asesino.
Aparentas en términos sociales, a la noción
del oficio la verdad o la mentira no contemplan términos medios.
Otra cosa es el simulacro y su terror, que al
gobierno haga disciplina.
[xiv]
La doctrina es la posesión por nominalidad ontológica de la significatividad
que le sigue a una palabra, tal como a
un cometa su cola. Es también la luz que luego miras.
Su institución, acaecer de la verdad por
evento al contacto, es al representarse acontecimiento, que toda representación
es representación de un quien.
Ser suscita. La posesión pregunta cuándo.
Hablo, nunca he necesitado de algún idioma.
[xv]
Del formarse de los alumnos de Gaos, la inscripción de la escuela
fenomenológica que hizo de la analítica británica la prescripción de sanción a
la disciplina debida.
Allí después lo quiebres, las disrupciones y
la herencia.
Así después las universidades.
[xvi]
Tema es temporoespacialidad; el causalismo, la preeminencia ontológica asignada
a la materia a tanto régimen categorial de prescripción aditiva al
contextuamiento. La remisión –la salvación judeo/cristeana- es sólo la
transparencia del jesuitismo para con el temporal escenio. De la significancia
a la materialidad, el apuntalamiento categórico-conceptual que emplaza la
estructura.
De las estructuras, la estructura del
emplazamiento.
Así el papel por templo de la escritura. La
modernidad, el emplazamiento, estructura ser y develamiento de
historiograficidad emplazada, a su espacio una consustanciación del mentir e
hipostasiar. ¿Qué da? ¿Quién dijo esas reglas?
[xvii]
Nietzsche, Voluntad de poder, 101: Kant:
Kant: un mediocre psicólogo y mediano
conocedor de los hombres, con fallos enormes en relación con los grandes
valores históricos (la Revolución Francesa); fanático moral a lo Rousseau, con
una corriente subterránea de valores cristianos; completamente dogmático, pero
soportando con gran luslidio esta inclinacion, hasta llegar a desear
tiranizarla, pero cansado también muy pronto del escepticismo; todavía sin
haber sentido el aroma del gusto cosmopolita y de la belleza antigua... Un
retardador, un intermediario nada original como lo era Leibniz, intermediario y
transicion entre el mesianismo y el esplritualismo, como lo era Goethe entre el
(!listo del siglo XVII! y el ≪sentido
historico≫ —que es eseni lilimente
un sentido del exotismo— ; como lo era la música nlcmana entre la musica
francesa y la italiana; como Carloiimgno entre el Imperio romano y el
nacionalismo: un retarilmlor p a r excellance.
[xviii]
En el tránsito de la subversión se nos demanda un régimen de comprobación;
claro.
[xix]
Crítica a la razón pura, Dialéctica
trascendental, De las ideas en general:
A pesar de la gran riqueza de nuestra
lengua, el pensador se encuentra a menudo falto de expresiones que convengan
exactamente a su concepto y no puede por
tanto hacerse entender bien ni de otros ni aun de sí mismo. Forjar palabras
nuevas es una pretensión de legislar sobre la lengua, que rara vez acierta; y
antes de acudir a este medio desesperado, es prudente buscar términos en un
idioma muerto y sabio,(1) pues acaso se halle en él ese concepto con su
adecuada expresión; y aunque la vieja usanza de dicha palabra se haya hecho
algo indecisa, por descuido de los autores del vocablo, siempre es mejor
fortalecer la significación que le era propia (aunque siga siendo dudoso si
allá entonces se le dio este sentido precisamente) que echar a perder lo que se
escribe,(2) haciéndolo incomprensible.
Por eso, cuando para cierto concepto
no se encuentra más que una palabra, la cual, en un sentido ya usado
corresponde exactamente a este concepto, cuya distinción de otros conceptos
afines es de gran importancia, entonces es prudente no abusar de ella y no
emplearla como sinónimo de otras, por variar sino conservarle cuidadosamente su
peculiar significación; pues de otro modo fácilmente ocurre que no ocupando la
expresión particularmente la atención, y perdiéndose en el montón de otros
términos de muy distinto significado, piérdese también el pensamiento que hubiera
debido salvaguardar.
Platón hizo
uso de la expresión idea, de tal suerte que se ve bien que entendía por
idea algo que no sólo no es nunca sacado de los sentidos, sino que excede con
mucho los conceptos del entendimiento, de que se ocupó Aristóteles, puesto
que en la experiencia nunca se halla algo congruente con la idea. Las ideas son
para Platón prototipos de las cosas mismas y no sólo claves de experiencias
posibles, como las categorías. Según su opinión, son oriundas de la razón
suprema, de la cual han pasado a la razón humana; ésta no las encuentra ya en
su primitivo estado, sino que, con trabajo, ha de evocar de nuevo, por el
recuerdo (que se llama filosofía) las viejas ideas, ahora muy obscurecidas. No
voy a meterme en investigaciones literarias para decidir el sentido que el
sublime filósofo diera a su expresión. Solo haré observar que no es nada
extraordinario, ni en la conversación común, ni en los escritos, el entender a
un autor por el cotejo de los pensamientos que exterioriza sobre su objeto,
mejor que él mismo se entendió. En efecto el autor puede no haber determinado
bastante su concepto, hablando o aun pensando a veces en contra de su propio
propósito.
Platón advirtió
muy bien que nuestra facultad de conocer siente una necesidad mucho más elevada
que la de sólo deletrear fenómenos, según la unidad sintética, para poderlos
leer como experiencia; y que nuestra razón se encumbra naturalmente hasta
conocimientos que van tan lejos, que cualquier objeto que la experiencia pueda
ofrecer, nunca puede congruir con ellos; pero que no por eso dejan de tener su
realidad y no son meras ficciones.
Platón halló
sus ideas de preferencia en todo lo que es práctico, es decir, en lo que se
basa sobre la libertad, la cual a su vez se halla bajo conocimientos que son un
producto característico de la razón. El que quisiera tomar de la experiencia
los conceptos de la virtud; el que quisiera convertir en modelo y fuente del
conocimiento lo que en todo caso sólo puede servir de ejemplo para una
imperfecta explicación (cosa que muchos han hecho realmente) haría de la virtud
algo absurdo y ambiguo, mudable según tiempo y circunstancias, inutilizable
para regla alguna.(d) En cambio todos tenemos la convicción de que, si alguien
nos es presentado como modelo de virtud, el verdadero original se halla sin
embargo en nuestra propia cabeza y con él comparamos ese supuesto modelo, y
según esa comparación lo apreciamos.
Tal es en efecto la idea de la virtud,
respecto de la cual todos los objetos posibles de la experiencia sirven, sí, de
ejemplos (que prueban que, puede hacerse, en cierto grado, lo que ordena el
concepto de la razón pero no de prototipos. El hecho de que nunca un hombre
pueda obrar adecuadamente a lo que contiene la idea pura de la virtud, no
demuestra que este pensamiento sea quimérico. Pues todo juicio sobre el valor o
no valor moral es posible exclusivamente por esa idea; por lo tanto sirve
necesariamente esa idea de base a toda aproximación a la perfección moral, por
mucho que puedan tenernos alejados de ella los obstáculos (que no hemos de
determinar en su grado) de la naturaleza humana.
La República de Platón se ha hecho
proverbial como ejemplo contundente de perfección ensoñada, que no puede tener
asiento más que en el cerebro del pensador ocioso; y Brucker encuentra
ridículo que el filósofo sostenga que nunca regirá bien un príncipe, si no
participa de las ideas. Pero mejor fuera proseguir este pensamiento y ponerlo
en nueva luz (ya que el gran filósofo nos ha dejado desamparados) por medio de
un nuevo esfuerzo, antes que arrinconarlo como inútil, bajo el miserable y
nocivo pretexto de que no puede llevarse a cabo. Una constitución de la máxima
libertad humana, según leyes, que hagan que la libertad de cada cual
pueda coexistir con la de los demás (no de la máxima felicidad, pues esa
seguirá ya de suyo) es al menos una idea necesaria, que hay que poner a la
base, no sólo del primer bosquejo de una constitución política, sino de todas
las leyes. Y en esto hay que hacer abstracción, desde un principio, de los obstáculos
actuales, que acaso no provengan inevitablemente de la naturaleza humana, sino
más bien del menosprecio de las ideas auténticas en la legislación. Pues nada
puede haber más dañoso e indigno de un filósofo, que la plebeya apelación a una
supuesta experiencia contradictoria, que no existiría, si se hubieran
establecido a tiempo esas instituciones, según las ideas, y sí conceptos
groseros, precisamente por haber sido tomados de la experiencia, no hubieran,
en vez de eso, aniquilado todo buen propósito. Cuanto más concordantes con esa
idea fueran la legislación y el gobierno, tanto más raras serían las penas; y
entonces es muy razonable pensar (como afirma Platón) que, en una ordenación
perfecta de la legislación y del gobierno, no serían necesarias las penas. Aun
cuando esto último nunca puede realizarse, sin embargo es muy exacta la idea
que establece como prototipo ese maximum, para acercar cada vez más,
según ella, la constitución jurídica de los hombres a la mayor posible
perfección. Pues cual pueda ser el grado máximo en que la humanidad haya de
detenerse, y cuán amplia la distancia que necesariamente haya de quedar entre
la idea y su realización, nadie puede ni debe determinarlo precisamente; porque
es libertad, la cual puede franquear cualquier límite indicado.
(1) El encallar de toda ontología al paso de Kant;
allí de sí a la imposición metodológica del denominar en propiedad la razón y
su pureza, los prolegómenos en prescripción táctica de la certeza; al
transcurso los dividendos.
(2) Este
echar perder lo que se escribe es con razón el emplazamiento. Luego entonces la
cosa esta de la caducidad de las letras.
Esta caducidad,
su razón, es la estructura del emplazamiento.
Temporalidad
presente al caso, en donación de eternidad.
(D) al prejuicio
de la regla entiéndase luego que la libertad no es, o la libertad explicada no
es la libertad comprendida. La libertad que hace y deshace adquiere para la condición de la Necesidad.
Así la
subordinación de la totalidad al signo. Luego entonces un mundo templado por ecuaciones.
Salud a usted
señor, Rodrigo Díaz.
[xx]
El comentarista de Aristóteles –como todos los comentaristas a Aristóteles,
siempre puntuales a su punto-, comenta:
En las líneas siguientes Aristóteles subraya el valor practico de
la experiencia: a) en general, gracias a ella el hombre deja de estar a merced
del puro azar. (Para la referencia a Polo. cf. Platón, Georgias 448c);
b) a menudo el hombre de experiencia acierta mejor y tiene mas éxito que el de
ciencia. * En este capitulo, Aristóteles no distingue explícita y sistemáticamente
el arte (techne) de la ciencia (episteme),
ya que aquí interesa solamente lo que tienen de común frente a la mera
experiencia, a saber, la universalidad de la regla y el conocimiento
de las causas.
La palabra ‘arte’ no traduce
adecuadamente el sentido del termino griego techne. Una techne es
un saber especializado, un oficio basado en el conocimiento: de ahí su
posible sinonimizacion (como en este capitulo) con episteme (ciencia),
así como los ejemplos de artes aducidos por Aristóteles (medicina,
arquitectura). Por lo demás éste, su carácter productivo, es lo que permite oponerla, en
otros casos, a la ciencia (episteme), la cual comporta, mas bien, el
rasgo de un saber teorético, no orientado a la producción, sino al mero
conocimiento.
La experiencia, fundamento, comporta un valor, más si el valor es
valioso y valorable, olvídese luego de la experiencia en tanto y eduque, forme
científicos a la instancia pura y reputada del valor de los valores.
¿Entendemos siquiera un poco de jerarquía de conceptos, jerarquía de la
doctrina de conceptos y dignidad del pensamiento al por pensar del pensador?
[xxi]
O piénsese también el estatuto ontológico que Descartes le asigna a los
animales. De allí que Marx con toda la justeza del caso, refiera cómo los
capitalistas del s.XIX británico consideren a sus obreros empleados capital
constante y sonante para los efectos cuantitativos del valor total de una
empresa.
[xxii]
Wittgenstein; el campeador.
La condición básica de la metahistoria es que la
historiografía es una develación de estructura; por estructura, su confección
teórica, es la observación que de sí confiere la mira por tempestad en
observación.
Sublevación.
¿Qué tanto entonces las estructuras
institucionales mexicanas emplazan por estructura la observación a realidad de
la materialidad predicada en naturaleza de su intención de Justicia: el
argumento de la función?
Sociedad.
La sociedad que emplaza Ejército, ciudadanía,
gobierno.
El régimen social es el que emplaza el
llamamiento a las armas para con el servicio del Estado.
El servicio del Estado, el Estado del
servirse.
Servirse, donación de la verdad, es del
emplazamiento la donación por causa de ello.
Nadie es nadie; papel. Papel, personaje,
subjetividad. Aquí tenemos los tres controles de objeción a toda disputa por el
emplazamiento de la estructura lenguaje a pensamiento.
Estructura es confección teórica; el
estructurarse su conferencia. De la analogía el camino contrario, la
interpretación, el sentirse del sentido.
Del sentido la conferencia en confección. El
sí mismo y el hilo: metafórica del hilo:
Crisis redentor |Abrazarse [el decurso de la
corporeidad]
V Estrofa:
Abrazarse
con desahucio
al hilo frágil de la vida,
cerrar la boca, apretar dientes, puños
y abrazar, abrazar,
que la tristeza muerde los brazos
de quien no abraza,
de quien no peca abrazando
y traición así merece la muerte
y al final…
el abrazo de la tierra.
al hilo frágil de la vida,
cerrar la boca, apretar dientes, puños
y abrazar, abrazar,
que la tristeza muerde los brazos
de quien no abraza,
de quien no peca abrazando
y traición así merece la muerte
y al final…
el abrazo de la tierra.
La tristeza, lo siempre sabido.
La teoría es el emplazamiento de estructura.
Teorizar es emplazar estructuramientos.
Disciplina, ego te absolvo.
[xxiii]
Atiéndase tan sólo sujeción a ley, materia de derecho, función legal y
argumento gubernamental para con la efectividad de la obediencia. Al punto
atiéndase de nuevo a nuestro brillante comentarista en la defensa estoica que
ejecuta para con el humanismo al intentar rescatar para con la tradición
académico-aristotélica esta condición que justo a nosotros nos delega en
proletariado académico:
4 Esta expresion segun la cual a Sócrates o a Calias ≪le sucede
accidentalmente que es hombre≫ (hoi symbebeken anthrdpdi einai) no
debe ser sacada de contexto ni interpretada en un sentido estricto. En general,
la formula kaiu symbebekos (accidentalmente) se opone a la formula kath’auto
(por sí). De acuerdo con el sentido de esta oposición, Calias (y cualquier
individuo humano) no es hombre accidentalmente, sino que lo es por si, ya que
su ser consiste en ser-hombre. (Para el sentido de estas formulas y su oposición,
cf. infra, V 18, I022a24 ss. y también, An. Post. I 4, 73b34 ss.
Para las distintas acepciones de symbebekos (≪accidente≫), también
infra, V 30, 1025a 14-34.) Lo que Aristóteles quiere subrayar aquí (y en
esta explicación sigo a Ross. 1, 118) es que la ciencia se ocupa directamente
de lo universal (del ≪hombre≫) y
solo indirectamente del individuo (del hombre concreto, Sócrates o Calias).
¡Sentido estricto! ¿No es esto la Metafísica? Tendremos
que empezar todo un nuevo tratado sólo al respecto del universal, la
universalidad y la Universidad contemporánea después entonces.
cuando
dice: ≪lo que es justo
para un hombre es conveniente
para otro≫, ≪no
hacer a los demas lo que no queremos para
nosotros
mismos≫; vulgaridad que
quiere fundar todas las
relaciones
humanas en la reciprocidad de la prestacion, de
modo que
toda accion aparece como una especie de pago de
cosa que ha
sido suministrada. En este caso, la premisa es
innoble en
el mas bajo estilo; aqui se presupone en ti y en
mi la
equivalencia de los valores de las acciones; aqui se
anula
sencillamente el valor mas persona! de una accion (o
mejor
dicho, lo que no puede ser compensado o pagado con
nada). La ≪reciprocidad≫
es una gran vulgaridad: precisamente
el hecho de
que lo que yo hago no puede, material ni
moralmente,
ser hecho por otro; el hecho de que no puede
haber
ninguna compensacion (a no ser en la ≪elegantisima≫
esfera de
mis iguales, Inter pare.v); el hecho de que. en un
sentido mas
profundo, no se restituye nunca, porque se es
algo unico
y solo se realizan acciones unicas, este hecho,
esta
conviccion fundamental, contiene la causa del aislamiento
aristocratico
de la multitud, porque la multitud cree
en la ≪igualdad≫
y. por consiguiente, en la compensacion y en
la ≪reciprocidad≫.
[BP1]Los
cuatro movimientos de la historicidad:
El hecho
Unicidad del escenario
Unidad de ser en entidad atenido por espacio tiempo
Ethos del representarse.
El interior de la significación del evento es la
confluencia del representarse a la factura de intención.
Representarse sin factura de intención, lo nado, por
naturaleza elidido en disponible sin más, realidad de facto se habla.
Condición material
Realidad,
Posibilidad,
Necesidad,
Material.
La aniquilación del causalismo en la destrucción
ontológica de la teleología de esquema.
Naturaleza es naturaleza comprendido.
Toda atribución de naturaleza emerge del precipitado de
un predicarse en poder reconocido.
¿Dónde la antropología llega a su consumación? Del
saber de ellos, tener o no tener; la voluntad de Dios al paso reservada.
El mundo en su orquestación a la declaración. El papel,
su intemperancia; el fuego.
No hay voluntad, es representación,
En voluntad de poder, de poder presentarse.
Poder representarse, exigir y demandar en la
encarnación del paso.
[BP2]Su
pretensión es “reconocerse”.
[BP3]El
derecho ciudadano del manifestarse, del protestar, tendría que quedar suscrito
de la voluntad de poder del manifestante, de su protesta, a bien gobernar. Si
usted sostiene que los políticos son corruptos y después se ampara a la
delegación en la tesis kantiana de que el poder corrompe, mejor cállese.