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jueves, 1 de agosto de 2013

Estupideces prácticas de la significación material | §1. Estupideces prácticas

§1. Estupideces prácticas[i]

Los argumentos son solo propios del arte.
Aristóteles, Retórica, 1354a.

Si no existiesen los poetas.

Todo en la filosofía serviría, todo tendría por efecto en máquina una función de sujetarse los argumentos en poder.

Los argumentos en poder.[ii] La composición del sentido común y la capitalización del error por instrumental; nacen en conjunto las tradiciones, la mística, los imperios.

Imagen representativa del gráfico usado por la...
Imagen representativa del gráfico usado por la PEGI para designar material con "lenguaje obsceno". (Photo credit: Wikipedia)
Los imperios. Para algo así como condiciones materiales primero tiene que haber algo tal como la materia. La materia no es, la materia no existe, la materia se forma, es un concepto. Los conceptos asisten a la constitución de la intención por razón; toda razón es lenguaje.

La razón se conforma, luego la materia. ¿Cómo es la materia lo que es al interior del lenguaje?

En forma, al pensar el lenguaje, ya siempre atendemos al lenguaje como realidad efectiva de las prácticas de lenguaje. Allí las formas. A las prácticas de lenguaje se levanta un objeto tal como la lingüística.[iii] Luego la experiencia.[iv]

Luego los discursos y luego las razones. Allí entonces así, de ahí, las doctrinas.

Esto es un argumento:

El sinsentido es una pretensión de la subjetividad por objeto fundamental de la razón y su verdad;[v] el argumento, el sentido en propiedad de lo verdadero, su función.[vi]

A la representación efectiva de la lingüística y sus saberes –figuras de la forma, la visión de mundo pretendida que detenta como comprensión de la historia a la historicidad misma-, cabe comprender que la lingüística comprende tanto de la historicidad como la biología se representa por realidad efectiva la existencia de los grandes procesos de extinción y desaparición de entidades biológicas, eso que la teoría de los animales denomina especie.[vii]

Al interior de la significación del evento, el hecho, [BP1] la contextura de su elaboración, es el único escenario dispuesto y disponible a la significatividad de los acontecimientos[BP2]  que una representación historiográfica estatuye.[viii]

La trama, constitución de sentido y elaboración efectiva de la significatividad historiográfica de la representación, determina por comienzo de principio la realidad significante a la efectividad de sus símbolos. Confrontemos a Wittgenstein al respecto de la lógica simbólica,[ix] a Frege  al respecto de la institución de la lógica simbólica,[x] el autocomprenderse de los poetas malditos ante el simbolismo francés –esa generación de europeos en la cual Marx se inscribe-, y la historia del alfabeto en la remoción de los paradigmas realistas decimonónicos,[xi] vg.r., la Nación. ¿Resultados?
               
Sólo así Quine puede sostener una interpretación metafísica fundamental como la que se explica diciendo que ser es ser la posición de una variable.[1] De ello en Palabra y objeto se emplaza en idealidad de sentido el acontecimiento de la palabra, p.17:
                                                            
Los objetos materiales corrientes pueden no ser todo lo real, pero son admirables ejemplos de ello.

¿Qué sanciona de ello al respecto de la palabra? Una corriente:

La entificación empieza ya en el entorno inmediato;[2] los puntos de condensación del esquema conceptual primordial son ya cosas percibidas, no percepciones. No es cosa que pueda asombrar. Cada uno de nosotros aprende su lenguaje de boca de otros, a base de la articulación verbal y observable de palabras en muy precisas circunstancias intersubjetivas. Lingüísticamente, y, por tanto, conceptualmente, las cosas puestas en el foco más preciso son aquellas que resultan suficientemente publicas como para hablar públicamente de ellas, y comunes y perceptibles en medida suficiente para que se hable de ellas con frecuencia, y suficientemente cercanas al sentido como para que resulten fácilmente identificables y se puedan aprender por el nombre; a esas cosas se aplican las palabras por de pronto y sobre todo.

Uno no puede apercatarse, al trascurso del mundo, que toda la interpretación de la antropología, la lingüística y las ciencias sociales en la impronta pragmática del método,[3] tiene por razón naturalizar las categorías lógicas del análisis filosófico del nominalismo y su crítica para con la experiencia de la duda en la institución del relato de la memoria. El entorno inmediato es el mundo de la historiograficidad; en el tránsito histórico de la totalidad cosas percibidas-percepciones, el dilema huevo-gallina ya siempre elide de la historiograficidad la temporación por origen del comienzo: plástica de principios, y recién así hablamos de cosas. A todo principio, por comienzo, asiste un Gallo.

Sólo del símbolo la acción.

¿Lenguaje? La cosa es que no se aprende, uno no aprende su lenguaje, uno es aprehendido a él; ser es, de aprender, sólo se aprende a hablar, el mundo acontece, su comprensión es acaecer. No es ningún ente, menos así una entidad, quien habla. Quine entonces habla de esto como “método de la sociedad” y una naturalidad demónica lo asiste por efecto de resistencia en sentido. Referir ya lo lingüístico por sí a lo conceptual es haber asumido por mundo, en realidad efectiva,[4] la metafísica trascedental kantiana en tanto crítica del conocimiento. Será menester constreñir la significatividad de sociedad al respecto del propio Imanuel Kant, y es que la pretensión de la lingüística, su advocación en naturalidad a la descripción de la realidad efectiva del entorno de lo existente por parte de, digamos, un aborigen australiano, sólo es válida en el posicionarse del dispositivo científico –el concepto- por ser de la apropiación en signo del evento, ciertamente el preámbulo de una conquista espiritual. Hablamos de la historia inmaterial, atemporal, espiritual, de todo materialismo: la cantidad.

Allí entonces de sí lo público, ordenamiento moral en relación a los quanta de acción social  condicionados en acontecimiento de la presentación del sentido del ser del ente por cosa en un Censo, dato del quanta concesionado que ya siempre ha dispuesto, al evento cuantificador de la variable técnica de objetividad,  la totalidad del mundo del aborigen por mediación simbólica de la propiedad de la verdad para con el científico, el analista, el médico. Una ideología por talero de transcurso es el Método.

Así entonces la emergencia de la palabra en el mundo siempre preserva en conjunto la intención de poder del mundo en su descripción para la totalidad del ello que sólo de la palabra discurre. Ellos hacen filosofía trascendental, tienen esquemas de lógico:

“Ay” es una sentencia de una sola palabra que un hombre puede educir de vez en cuando, como lacónico comentario al espectáculo que pasa.[5] Las ocasiones correctas de su uso son las correspondientes a una estimulación dolorosa. Ese uso de la palabra, igual que el uso correcto del lenguaje en general,[6] se inculca al individuo mediante un entrenamiento por la sociedad; y la sociedad lo consigue a pesar de no compartir el dolor del individuo. El método de la sociedad consiste en principio en premiar el uso de “Ay” cuando el que habla muestra alguna otra evidencia de repentino malestar, como un respingo, por ejemplo, o cuando se le ve sufrir violencia; y en penalizar el uso de “Ay” cuando es visible que el que habla no sufre lesión ni agitación en su actitud.

Allí los humanos,[7] estimulación dolorosa de lo público para todo pueblo “rezagado”, el programa de viaje de la plástica neoclásica por el romanticismo hasta la eclosión de todas las vanguardias, dos guerras mundiales, la violencia. Estatutos críticos del sistema-mundo, Kant, Antropología en sentido pragmático, Prólogo:

Todos los progresos de la cultura a través de los cuales se educa el hombre tienen el fin de aplicar los conocimientos y habilidades adquiridas para emplearlos en el mundo; pero el objeto más importante del mundo a que el hombre puede aplicarlos es el hombre mismo, porque él es su propio fin último. El conocerle, pues, como un ser terrenal dotado de razón por su esencia específica, merece llamarse particularmente un conocimiento del mundo, aun cuando el hombre sólo constituya una parte de las criaturas terrenales.
Una ciencia del conocimiento del hombre sistemáticamente desarrollada (Antropología), puede hacerse en sentido fisiológico o en sentido pragmático. –El conocimiento fisiológico del hombre trata de investigar lo que la naturaleza hace del hombre; el pragmático, lo que él mismo, como ser que obra libremente, hace, o puede y debe hacer, de sí mismo. – Quien cavile sobre las causas naturales en que puede descansar, por ejemplo, la facultad de recordar, discurrirá acaso (al modo de Cartesio) sobre las huellas dejadas en el cerebro por las impresiones que producen las sensaciones experimentadas, pero tendrá que confesar que en este juego de sus representaciones es un mero espectador y que tiene que dejar hacer a la naturaleza, puesto que no conoce las fibras ni los nervios encefálicos, ni sabe manejarlos para su propósito, o sea, que todo discurrir teórico sobre este asunto es pura pérdida.-Pero si utiliza las observaciones hechas sobre lo que resulta perjudicial o favorable a la memoria, para ensancharla o hacerla más flexible, y a este fin se sirve del conocimiento del hombre, esto constituirá una parte de la Antropología en sentido pragmático, y ésta es precisamente aquella con que aquí nos ocupamos.
Una Antropología semejante, considerada como un conocimiento del mundo que debe completar los conocimientos de la escuela, no se llama todavía propiamente pragmática, cuando encierra extensos conocimientos sobre fas cosas del mundo, por ejemplo, sobre los animales, las plantas y los minerales de los diversos países y climas, sino cuando encierra un conocimiento del hombre como ciudadano del mundo. – De aquí que no se cuente ni siquiera el conocimiento de las razas humanas, como productos que entran en el juego de las fuerzas de la naturaleza, entre los conocimientos pertenecientes al conocimiento pragmático del mundo, sino sólo al teórico.
Hay más. Las expresiones: conocer el mundo y tener mundo difieren bastante en su significación, pues el que conoce el mundo se limita a comprender el juego que ha presenciado, mientras que el que tiene mundo ha entrado en juego en él.---En cuanto al llamado gran mundo, la clase de las personas distinguidas, encuéntrase el antropólogo, para juzgarlo, en una posición muy desfavorable, porque dichas personas se encuentran demasiado cerca entre sí, pero demasiado lejos de los demás.
A los medios para ensanchar el volumen de la Antropología pertenece el viajar, aun cuando sólo consista en la lectura de libros de viajes. Pero es menester haber adquirido un conocimiento del hombre antes, en la propia casa, mediante el trato con los ciudadanos o paisanos (a), si se quiere saber qué es lo que se debe buscar fuera para ensanchar el volumen de la Antropología. Sin un plan semejante (que supone ya un conocimiento del hombre), siempre resultará muy limitada la Antropología del ciudadano del mundo.

La teoría epistemológica, su derivación materialista en la teoría social, gusta de distinguir de entre sus respectos instrumentales una múltiple derivación de instituciones cognitivas. Así se habla de conocimiento histórico confrontado al conocimiento, de la conciencia histórica confrontada a la conciencia, el mundo histórico ante el mundo natural; el habla de la teoría epistemológica y la teoría social suponen que hay y existe un conocimiento per se, trascendental, a priori, que detenta la idealidad de sus respectos, las sustancias que por verdad sus discursos científicos refieren.[xii]

El fundamento de esta suposición es solamente una creencia, una consideración que parte del hecho estructural que distingue tres órdenes fundamentales de significación para el lenguaje de sus discursos: hombre, historia, naturaleza.

Toda pureza, la estructura, es historiograficidad abstraída de sentido.[xiii]

*             *             *

Al momento de hablar de hecho estructural, la primera condición de la hermenéutica historiográfica es romper la propia ingenuidad epistemológica quien en la categoría de hecho pretende estatuir la legitimidad de sus procedimientos de designación y asignación de sentido para con los datos de conferencia en quien instituye el sentido, las sustancias del discurso.

¿Cómo así la hermenéutica historiográfica tiene que quebrar de sí, al interior de sus respectos, la ingenuidad misma de su interpretarse del sentido del ser del ente?

El valor, el contenido vivo que comprende la representación, es para el poeta la palabra, de sí al ser por ser a ser la donación.

Comprensiones.
De ello en tempestad el azul y su medida.


[1] Ser es ser la posición de valor de una variable. La pretensión de un mundo racional es, en efecto su definición, un mundo irracional.
[2] La lógica no lo puede pensar. Cual la condensación, todo su entendimiento se remite por analogía del evento al ser de su mecanismo clásico de presentación, una Física que sanciona sus emociones y afectos; es la condición de incredulidad para con los historiadores. Cfr. Nietzsche,  Aurora, 340:

340. La evidencia está en contra del historiador. Está totalmente demostrado que los hombres salen del vientre de su madre, a pesar de lo cual los niños se hacen mayores y los vemos junto a su madre; de este modo, hacen que las hipótesis de su crecimiento resulte absurda; tiene la evidencia en contra.
[3] Que Aristóteles nos explique. Retórica, 1354a:

[…] los que han sintetizado los tratados del bien hablar, de ningún modo, por así decirlo, nos han transmitido ni una parte de ella [la Retórica]; pues los argumentos son solo propios del arte, y todas las demás cosas son aditamentos; y nada dicen de los silogismos, lo cual es el cuerpo del argumento, y en cambio pragmatizan en torno a lo exterior del ejercicio retórico las más de las veces; pues la aversión, la compasión, la ira y otros sentimientos del alma no afectan al asunto, sino al juez. De manera que, si acaeciera en todos los juicios lo que sucede en algunas ciudades, y más en las que gozan de buenas leyes, nada tendrían los tratadistas que, decir; pues todos creen conveniente defender así las leyes, y algunos además lo hacen efectivo y prohíben hablar al margen del asunto, como en el Areópago, y tienen razón en esto; pues no se debe desviar al juez, inclinándolo a la ira, al odio o a la compasión; pues sería lo mismo que si uno torciera la regla de que debe servirse.

[4] Para el negocio de la analítica, aquello que ha sido constatado por cantidad, un algo cuantimétrico, del mundo.
[5] Un hombre, el hombre, es aquí un universal.
[6] Lo particular en la comprensión analítica de la singularidad ha transferido la apercepción por sentido del apercatarse en percepción; una cosa del mundo tan sólo. Nada por todo.
[7] Así Deleuze y Guatari, ¿Qué es la filsosofía? p. 136-137

La lógica es reduccionista, y no por accidente sino por esencia y necesariamente: pretende convertir el concepto en una función de acuerdo con la senda que trazaron Frege y Russell.[1] Pero, para ello, es preciso primero que la función no se defina sólo en una proposición matemática o científica, sino que caracterice un orden de proposición más general como lo expresado por las frases de una lengua natural. Por lo tanto hay que inventar un tipo nuevo de función, propiamente lógica. La función proposicional «x es humano» señala perfectamente la posición de una variable independiente que no pertenece a la función como tal, pero sin la cual la función queda incompleta. La función completa se compone de una o varias «parejas de ordenadas». Lo que define la función es una relación de dependencia o de correspondencia (razón necesaria), de modo que «ser humano» ni siquiera es la función, sino el valor de f(a) para una variable x.[2]
Que la mayoría de proposiciones tengan varias variables independientes carece de importancia; y también incluso que la noción de variable, en tanto que vinculada a un número indeterminado, sea sustituida por la de argumento, que implica una asunción disyuntiva dentro de unos límites o de un intervalo.[3] La relación con la variable o con el argumento independiente de la función proposicional define la referencia de la proposición, o el valor-de-verdad («verdadero» o «falso») de la función para el argumento: Juan es un hombre, pero Bill es un gato...[4] El conjunto de valores de verdad de una función que determinan unas proposiciones afirmativas verdaderas constituye la extensión de un concepto:[5] los objetos del concepto ocupan el lugar de las variables o de los argumentos de la función proposicional para los que la proposición resulta verdadera, o su referencia cumplida.[6] De este modo el propio concepto es función para el conjunto de objetos que constituyen su extensión.[7]
Todo concepto completo es un conjunto en este sentido, y posee un número determinado; los objetos del concepto son los elementos del conjunto.[8]
Todavía quedan por fijar las condiciones de la referencia que marcan los límites o intervalos en el interior de los cuales una variable entra en una proposición verdadera: X es un hombre, Juan es un hombre, porque ha hecho esto, porque se presenta de este modo... Unas condiciones de referencia de esta índole constituyen no la comprensión, sino la intensión del concepto. Se trata de presentaciones o de descripciones lógicas, de intervalos, de potenciales o de «mundos posibles», como dicen los lógicos, de ejes de coordenadas, de estados de cosas o de situaciones, de subconjuntos del concepto: la estrella de la noche y la estrella del alba. Por ejemplo, un concepto de un único elemento, el concepto de Napoleón I, posee como intensión «el vencedor de Jena»[10], «el vencido de Waterloo»[11]... Queda perfectamente claro que no hay en este caso ninguna diferencia de naturaleza que separe la intensión y la extensión, puesto que ambas tienen que ver con la referencia, siendo la intensión únicamente condición de referencia y constituyendo una endorreferencia de la proposición, constituyendo la extensión su exorreferencia.[12] No se desborda de la referencia elevándola hasta su condición; se permanece dentro de la extensionalidad. El problema consiste más bien en saber cómo se llega, a través de estas presentaciones intencionales, a una determinación unívoca de los objetos o elementos del concepto, de las variables proposicionales, de los argumentos de la función desde el punto de vista de la exorreferencia (o de la representación): es el problema del nombre propio, y la cuestión de una identificación o individuación lógica que nos haga pasar de los estados de cosas a la cosa o al cuerpo (objeto), mediante operaciones de cuantificación que tanto permiten asignar los predicados esenciales de la cosa como lo que constituye por fin la comprensión del concepto.[13]

[1] Lo operativizado en sí, aún sin comprensión técnica suficiente, es el propio pensamiento.
[2] Ahora recuerdo cómo, en la enseñanza técnica de las matemáticas, en la idealización iusnaturalista de un universal antropológico que sancione en varacidad la adquisición técnica de un conocimiento –eso que se llama EXAMEN-, la función de la función es evidenciar el acaecer natural, claro y sencillo de la maquinaria misma del instrumentar, el símbolo, por realidad efectiva de un todo. Nada en todo, nunca entendí sus referentes.
[3] La “asunción disyuntiva dentro de unos límites o de un intervalo”, ello que por cantidad de la variable se remueve a la categoría “argumento”, es la Tragedia.
[4] Ello mismo que sabe hacer el coro a la intención de sentido del trágico que condiciona por evento la totalidad de la representación y todas sus representaciones. Cfr. Nietzsche, Aurora, 177, Aprender a estar sólo:

¡Pobres parias, los que vivís en las grandes ciudades de la política mundana, jóvenes de talento, martirizados por la vanidad! Consideráis que tenéis la obligación de dar vuestra opinión respecto a todo lo que sucede (pues siempre sucede algo). Cuando habéis levantado una polvareda y armado mucho escándalo, creéis que sois el carro de la historia. Estáis constantemente escuchando, a la espera de poder dirigir la palabra al público, y por eso perdéis toda verdadera fecundidad. Por muy ardiente que sea vuestro deseo de realizar grandes obras, no llega a vosotros el profundo silencio de la incubación. El suceso del día os arrastra como una brizna de paja, aunque sois tan pobres diablos que os hacéis la ilusión de que impulsáis al acontecimiento. Cuando se quiere representar en escena el papel de héroe, no hay que ser uno del coro, ni siquiera hay que saber corear.

[5] Me dejé mi volumen de Sófocles olvidado en el departamento de un amigo como para citar ahora los versos propicios a bien trazar, en la totalidad debida de líneas racionales, la institución histórica de la totalidad de transcurso afectivo para con el método y sus pragmatismos.
[6] La mónada es clara, destinar el destino.
[7] Hybris sanciona la tradición por pecado. Es sólo la atemperancia de quien cursa la totalidad del sentido por acontecimiento en el evento de la escena, el suscitarse del diálogo en argumento. [cfr. Yocasta y su impiedad al tranquilizar por lo Claro la totalidad del sentido de ser a sí Edipo] [Madre, y la tragedia lo es todo, luego allí el Pólemos al decurso de su anunciación. Que Brecht luego pregunte dónde así quien construyó los muros de Tebas, la de las siete puertas, no es sátira, es Kitsch.] [Así también la Stasi y toda policía secreta]
[8] La filosofía ha muerto, larga vida al sin-sentido. El Caos impera.
[9] Más todavía restan… y esto es una paráfrasis a Hölderlin. Más cuando ante esto se paran patanes como estos que hablan por comienzo de algo tal como “imposturas intelectuales”, bueno, ¿para qué poetas en tiempos miserables?
[10] Historiograficidad para con Hegel, sabido condiscípulo de Gymnasium de Hölderlin.
[11] Historiograficidad para con Wellington, de quien no sabríamos nada si no fuera por el emperador, el ser de la derrota.
[12] Solipsismo consumado, ello mismo que como momento álgido de la historia de la filosofía –cualquier cosa eso signifique- va de Descartes a Hume en elisión de historiograficidad para con el momento histórico del quantum apropiado por Russell al gestar el modelo pragmático en la consideración de los argumentos y la función enunciativa del conocimiento histórico para con el trabajo de Hempel y su modelo nomológico deductivo. Cfr. Proceso y realidad, el emplazamiento intensional-extensivo de la historiograficidad de comienzo a la plástica de principios. [estructura argumental y estructura narrativa de su hermenéutica historiográfica], Whitehead:

Estas conferencias se apoyan en un retorno a aquella fase del pensamiento filosófico que empezó con Descartes y terminó en Hume. El esquema filosófico que tratan de explicar se denomina “Filosofía del organismo”. No hemos expuesto ninguna doctrina que no pueda citar en su defensa alguna aserción explícita de un filósofo de ese grupo de pensadores, o de uno de los dos fundadores de todo el pensamiento occidental, Platón y Aristóteles. Pero la filosofía del organismo está en condiciones de poner de relieve precisamente aquellos elementos de las obras de esos maestros que fueron dejados a un lado por los sistematizadores subsiguientes. El autor que más cabalmente anticipó las principales posiciones de la filosofía del organismo es John Locke en su “Essay”, especialmente en sus últimos libros.

[13] Totalitarismo liberal anglosajón. No hay sistema, es sólo política.


[i] La PRACTICA elide del ser el acontecimiento. A la elisión, lo suyo de sí dispuesto, encuentra al ente; el evento yace por recuerdo en el olvido. Toda verdad que la antropología descubre es de suyo el recuerdo del olvido. Lo olvidado, apropiarse… bueno, la tragedia se suscita por sentido en medio del todo para las generaciones posteriores.
Formas, formas puras como siempre avanzan, la generación entonces, bueno, tan sólo un recuerdo.
La elisión del ser, el acontecimiento, dispone de la elisión lo mismo por figura de la apercepción. En la apercepción del acontecimiento, la elisión del ser ya es el resto por diferencia en identidad del respecto lógico interno que determina del acontecimiento su sentido.
[ii] El poder sería.

Y entonces sí, el poeta compone,
la música subsiste,
y él sólo el interprete maldito de una invocación alada,
silencio que por los dioses el abismo le conmina.

Azul,
azul seguramente todo recuerdo del Aedo en la antigua Grecia,
sumergida por el negro templo de la inspiración del recuerdo,
Cruel memoria,

Perras locas de ira el círculo fatal de arrogancias
y la noche,
quien pregunta las causas por secreto
en piel herida de todo su desvelo.

[iii] Ello que de sí al ser puede reconocerse. Nada es falso, todo es mentira.
[iv] Su experiencia, Triste espacio,
silbido secreto e invocación.
Cada palabra,
su existencia específica es el campo de significación por imagen al plexo de lo creado,
Eso que se nombra sistema y que se distiende por sobre el todo,
Presencia efectiva de invocación y asistencia.

Esto esto, éste aquél,
Sí señor, los mismos.
[v] Traslademos la determinante metódica para la conceptografía de Frege en la inconsistencia de la denuncia de  Nietzsche para con la lógica y la filosofía por método como ciencia de la verdad – la moral del error.

El argumento de Frege, de sí, para sí, el ser:

La aprehensión de un contenido como función de un argumento surte el efecto de una aprehensión formadora de conceptos.

El interpretarse del argumento a la razón de su propiedad, ya siempre preescribe la validez del argumento a la razón del aprehenderse.  Así la interpretación no es fundamento y queda descrita su operación como la sanción del reconocer en sujeción de voluntad para con la verdad del ser.
Por función, la aprehensión de un contenido, es aprensión formadora de conceptos. Así el concepto es reconocido simplemente como institución estética.

Lo aprendido, el simple aprehenderse es aprehenderse de referencias en totalidad de identidad por signo. Así la lógica remonta toda enunciación al principio efectivo-práctico de la función en su operarse; de la representación el ser a sí conferido.

Contenido es confección de ser en representarse. Argumento es la institución de enunciación de la función de confección en referirse y así totalizarse.

Todo contenido habita la condición del error. “Aprehensión formadora de conceptos” y sólo así la forma, la formación, el ser-ahí de la forma por función, el formarse de la formadora representación- la confección, no es, es no-ser y en su no-ser por verdad se impone.

Nietzsche, Aurora, 149:

¡El burdo error! Porque no hay nada más esencial que cuando lo que ya es poderoso, tradicional y reconocido razonable: ¡recibe así en ojos de todos los que oyen del hecho la sanción  de la razón misma! ¡Respeto vuestras opiniones! ¡Pero las pequeñas acciones divergentes tienen más valor!
Concepto: recepción del ser ante la vista de todos los que oyen del hecho la sanción de la razón misma.

Lo puesto por escena al canto, al paso trágico del ser.

[vi] Cfr. Tractatus lógico philosophicus:

5.5571 Si yo no puedo indicar las proposiciones elementales a priori, querer indicarlas debe llevar a un obvio sinsentido.

El surrealismo sólo puede llegar a ser ahí donde se consumen todas las disposiciones lógicas del trascurso del ser para con lo moderno en la prescripción del espectador por observación de lo no observado en el transcurso de su mirar. El símbolo por ocaso de un juego de perspectivas. Entonces Marcel Proust ha muerto. Que sea el filósofo Habermas [Teoría de la acción comunicativa] quien hable por nosotros en sus balances y ajustes de juego epistémico:

En nuestro contexto nos importa sobre todo uno de los resultados de este debate, a saber: el descrédito de la tentativa de encontrar leyes evolutivas para la cultura, tras haber interpretado ésta en términos naturalistas. El historicismo destacó la peculiaridad de la cultura como un ámbito objetual constituido mediante nexos de sentido, que ciertamente obedece a una legalidad de tipo estructural, pero no a una legalidad nomológica ni mucho menos a la legalidad que el evolucionismo naturalista suponía. No deja de ser irónico que fuera precisamente este desgajamiento que el historicismo llevó a cabo de las ciencias de la cultura respecto del modelo de la biología y de las ciencias de la naturaleza en general lo que movió a Max Weber a plantear el problema del nacimiento y evolución de las sociedades modernas desde el punto de vista enteramente ahistoricista de la racionalización. Si había que tomar en serio la crítica historicista, las mutaciones orientadas capaces de inducir procesos acumulativos tenían que hacerse derivar de la lógica interna de los nexos de sentido, de las ideas, y no mecanismos evolutivos de los sistemas sociales; tenían que explicarse en términos estructuralistas y no en virtud de leyes de la evolución social. Por otro lado, esta herencia historicista impidió a Weber hacer justicia al funcionalismo sistémico en sus aspectos metodológicamente no tan discutibles.

Lo más importante, la comunicación, es lo que menos nos debe importar, que justo es lo que contamos por ser en confianza. ¿Teoría de la acción comunicativa? Claro, de la estrategia la instrumentación de la razón a ser. De ello por comienzo toda sentencia, el saber un deber ser:

                En nuestro contexto nos importa sobre todo uno de los resultados de este debate, a saber…

No olvidemos entonces, muy simple, que todo es historiograficidad en curso.

[vii] Extinciones masivas, en referencia al pasado, claro que disponen categorías absolutas: 150 millones de años.
De ello siempre el ser, por experiencia, se constituye al ocaso.

[viii] Y hablar de representación historiográfica seguramente es una estupidez que la representación, todo representar, representarse, es historiograficidad. Así luego hablan de hechos.
Hecho es interior de la significación del evento,
Unidad de ser en entidad atenido por espacio tiempo al ethos del representarse.
Ser de sí contenido es la realidad de la función de toda proposición.
[¿Y cual es la identidad del contenido de sí comprendido por la totalidad del ser a su transcurso?]
[ix] Tractatus lógico-philosophicus:
3.318 Yo concibo la proposición como –Frege y Russell- como una función de las expresiones que contiene.
3.32 El signo es la parte del símbolo perceptible por los sentidos.
5.55 Debemos ahora responder a priori a la cuestión de todas las posibles formas de las proposiciones elementales.  La proposición elemental consta de nombres, pero así como no podemos dar el número de los nombres con diferente significado, tampoco podemos dar la composición de las proposiciones elementales.

5.551 Nuestro principio fundamental es que toda cuestión que pueda revolverse por, la lógica, puede resolverse sin más. (Y si llegásemos a una situación en que tuviésemos necesidad de contemplar el mundo para poder responder a un tal problema, esto sería señal de que seguíamos un camino fundamentalmente equivocado.)

5.552 La «experiencia», de la que, tenemos necesidad para entender la lógica, no es que algo ocurra de tal y tal modo, sino que algo es; pero esto no es experiencia.  La lógica precede a toda experiencia –que algo es así. Es antes que el cómo, no que el qué.

5.554 La indicación de cualquier forma especial sería enteramente arbitraria.

5.5541 Se debe poder determinar a priori, por ejemplo, si yo podría encontrarme en la necesidad de designar algo con el signo de una relación de 27 términos.

5.5542 Pero ¿podríamos hacernos semejante pregunta? ¿Podríamos establecer una forma de signo sin saber si podría corresponderle algo?
¿Tiene sentido la pregunta: Qué debe ser, para que algo acaezca? 

5.555 Es claro que nosotros tenemos un concepto de la proposición elemental, prescindiendo de su especial forma lógica.  Pero donde se puedan construir símbolos según un sistema, es este sistema lo lógicamente importante, y no los símbolos particulares.  Y como puede ser posible que yo haya de ocuparme en lógica de formas que puedo inventar, yo debo, pues, ocuparme de aquello que me permite inventarlas.

5.556 No puede haber uña jerarquía de las formas de las proposiciones elementales. Sólo aquello que nosotros mismos construimos puede preverse.

5.5561 La realidad empírica está limitada por la totalidad de los objetos. El límite aparece de nuevo en la totalidad de las proposiciones elementales.  Las jerarquías son y deben ser independientes de la realidad.

5.5562 Si por razones puramente lógicas nosotros sabemos que debe haber proposiciones elementales, entonces esto debe saberlo cualquiera que entienda las proposiciones en su forma no analizada.

5.5563 Todas las proposiciones de nuestro lenguaje corriente están efectivamente, tal y como son, ordenadas de un modo completamente lógico. La cosa más simple que nosotros debemos indicar aquí no es una imagen de la verdad, sino la propia vendad completa. (Nuestros problemas no son abstractos, sino quizá los más concretos que hay.)

5.557 La aplicación de la lógica decide qué proposiciones elementales hay.  La lógica no puede anticiparse a aquello que se encuentra en su aplicación. Esto es claro: la lógica no puede entrar en conflicto con su aplicación.

5.6 Los límites de mi lenguaje significan los límites de mi mundo.
[x] [el funcionalismo es una instrumentación lógica de gobierno –dialéctica del amo- en la sujeción por objeto de la crítica kantiana de la razón pura por constitución metafísica del decurso]

Funcionalismo, dilusión analítica del servicio en la capitalización del sometimiento por objeto kantiano del subjectum cartesiano. [¿cuáles son sus transcursos para con la esencia de la libertad al acontecer del ente por esencia de la verdad?] TÉCNICA [allí se fundan las metodologías contables del capitalismo, también así sus instrumentaciones informáticas]

Frege, la conceptografía:

Creo poder hacer muy clara la relación de mi conceptografía con el lenguaje común(1) si la comparo con la que hay entre el microscopio y el ojo.(2) Este último, por el campo de su aplicabilidad y la movilidad con que se sabe adaptar a las más diversas situaciones, posee gran superioridad frente al microscopio. Considerado como aparato óptico, muestra sin duda muchas imperfecciones,(3) las cuales pasan desapercibidas, por lo común, sólo como consecuencia de su estrecha conexión con la vida mental. Pero tan pronto como los propósitos científicos establecen mayores exigencias en la precisión de las distinciones, el ojo resulta insuficiente. Por el contrario, el microscopio es de lo más apropiado para tales fines, aunque, por ello, no es utilizable para otros.
Así, esta conceptografía ha sido ideada como un auxiliar para determinados propósitos científicos y no se la puede sentenciar porque no sirva para otros. Si de algún modo corresponde a estos fines, no importa que se puedan echar de menos verdades nuevas en mi trabajo. Me consolaría, sobre esto, la conciencia de que también un desarrollo del método hace prosperar a la ciencia. Pues Bacon consideró preferible inventar un medio por el cual se pudiera descubrir fácilmente cualquier cosa, a descubrir algo particular, y, por cierto, todos los grandes progresos científicos recientes han tenido su origen en un perfeccionamiento del método.(5)
También Leibniz conoció la ventaja de un modo de simbolización adecuado. Su idea de una característica general, de un calculus philosophicus o raciocinator,2 era tan gigantesca que el intento de desarrollarla hubo de quedarse en los meros preparativos. El entusiasmo que prendió en su creador cuando ponderó el inmenso incremento de la capacidad mental humana que podría surgir de un método de simbolización apropiado a las cosas mismas,(6) lo hizo estimar demasiado estrechamente las dificultades que se oponen a una empresa así. Pero si tampoco se puede alcanzar tan alta meta en un intento, no hay que desesperar de obtener una aproximación más lenta, paso a paso. Si una tarea parece irresoluble en su plena generalidad, provisionalmente se la ha de limitar; pues, tal vez, se la logre vencer por medio de ampliaciones graduales. En los símbolos aritméticos, geométricos, químicos, se pueden ver realizaciones de la idea leibniziana respecto a campos particulares.(7) La conceptografía aquí propuesta, además, añade una nueva a éstas, y ciertamente una situada en el medio paredaño a las otras. A partir de aquí, por tanto, se abren las más amplias perspectivas para llenar las lagunas de los lenguajes de fórmulas existentes, para conectar en un solo dominio campos separados hasta ahora y para ampliarse a campos en los que tal lenguaje faltaba.
Sobre todo, confío en una feliz aplicación de mi conceptografía cuando deba ser puesto un valor especial en la precisión de una prueba, como cuando se trata de los fundamentos del cálculo diferencial e integral.(8)
Me parece todavía más fácil extender el campo de este lenguaje de fórmulas a la geometría. Sólo se han de añadir algunos símbolos para las relaciones intuitivas que ahí aparecen.(9) De esta manera se obtendría una especie de analysis situs.(10)
El paso a la teoría del movimiento puro, y aun a la mecánica y a la física, podrían seguirse de aquí. En los últimos campos, donde junto a la necesidad racional se hace valer la necesidad natural, es donde primero es de prever un mayor desarrollo del modo de simbolización de acuerdo con el progreso del conocimiento.(11) Pero, por eso, no es necesario esperar hasta que parezca excluida la posibilidad de tales transformaciones.(12)
Si es una tarea de la filosofía romper el dominio de la palabra sobre la mente humana al descubrirlos engaños que sobre las relaciones de los conceptos surgen casi inevitablemente en el uso del lenguaje,(12) al liberar al pensamiento de aquellos con que lo plaga la naturaleza de los medios lingüísticos de expresión, entonces mi conceptografía, más desarrollada para estos propósitos, podría ser un instrumento útil a los filósofos. Ciertamente, tampoco volverá puros a los pensamientos, como que no es posible otra cosa con un medio de presentación externo; pero, por una parte, se pueden limitar estas discrepancias a aquellas inevitables e inocuas y, por otra parte, en virtud de que son de un tipo totalmente distinto al de las que son propias del lenguaje, se ofrece ya una protección contra, una influencia unilateral de este medio de expresión. La mera invención de esta conceptografía, me parece, ha hecho prosperar a la lógica. Espero que los lógicos, si no se dejan intimidar por una primera impresión frente a lo extraño, no negarán su asentimiento a las innovaciones a que me vi impelido por una necesidad inherente al asunto mismo.(14) Estas discrepancias con lo tradicional encuentran su justificación en que la lógica, hasta ahora, siempre se ha ajustado muy estrechamente al lenguaje y a la gramática.(15) En especial, creo que la sustitución de los conceptos de sujeto y predicado por los de argumento y función, se acreditará con el tiempo.(16) Es fácil ver cómo la aprehensión de un contenido como función de un argumento surte el efecto de una aprehensión formadora de conceptos. Más aún, la demostración de la conexión entre los significados de las palabras sí, y, no, o, existe, algunos, todos, etc., merece atención.

(1)   La institución común del lenguaje. La historicidad total por trascurso absoluto del decurso de significación: símbolo. [TRAZA A LA EMERGENCIA DE LA DOCTRINA ESTRUCTURAL]
(2)   Productos de la civilización, del producto el poder; así lo presupuesto en confrontación por analogía, lo natural supuesto [ojo] ante la técnica compuesta de la máquina en instrumento [microscopio]. Así la analogía permite la estabilidad de lo considerado. [lo considerado, lo compartido en participación es, de la doctrina ancestral del método, la remisión pitagórica al número, el eterno retorno de lo mismo]:
(3)   La imperfección sólo es imperfección en la atingencia de la consideración. Lo considerado, thelos del discurso persuasivo que expone de sí la creación, se establece por realidad efectiva del transcurso: el idearse de la idea. [LA CREACIÓN ES UNA IDEOLOGÍA]
(4)   Ideología es quien violenta del método por realidad efectiva de la confección de referencial la extrapolación simbólica para con la norma y regla –gobierno- de lo existente. [ASÍ SE DETIENEN DISCÍPULOS EN FORMACIÓN POR SERVIDORES DE UNA REGLA, EUNUCOS POR SEÑORES DE LOS GRANDES PALACIOS DE LA DIOSA VERDAD]
(5)   Sólo de la pretensión del “perfeccionamiento del método” tiene sentido el habla del [modo].
Del sentido del [modo], por ideología, el [modelo].
(6)   [“método de simbolización apropiado a las cosas mismas”] La cosa misma, el fenómeno, es el ámbito de asignación de sentido en el signo como evento propicio de la significatividad y la significación temporal de la totalidad en transcurso, escrituración de lo escriturable por verdad en ciencia. [cfr. Heidegger sobre Leibniz] [la apropiado, del sujeto el apropiarse, es el subjectum cartesiano en CONCIENCIA DE PROPIEDAD POR ASIGNACIÓN DE DESIGNIO, Yo, el objeto de la crítica trascendental kantiana]
(7)   Así al acontecer por totalidad de la civilización, al lenguaje común la confrontación técnico-ideológica de los [símbolos aritméticos, geométricos, químicos]. La ILUSTRACIÓN, la realidad efectiva de la idea por realización. De todo ello lo obviado que en poder dona el ámbito del despliegue por institución: arte, poesía y decurso institucional del advenir: ESPÍRITU. [símbolo y simbología, ciertamente un estatuto lógico del poder de las academias en la sujeción por objeto de la poesía y sus poetas]
(8)   [Fundamento] es remisión por totalidad del absoluto [civilización] en transcurso de historiograficidad; de la razón, su pureza misma en decurso.
(9)   Del fundamento lo fundamental en apercepción: INTUICIÓN. Allí así el ahí del símbolo, su colocación. En ello Frege ante cualquier poeta decimonónico entre el romanticismo y Rimbaud hacen uno y lo mismo. [allí Wittgenstein, sobre la lógica simbólica, hablando de lo lógico y lo absurdo] [cfr. Absurdo para Deleuze, absurdo para Carroll, absurdo para Camus]
(10) La filosofía analítica es sólo la inversión por totalidad al giro.
(11) El método traspuesto por historicidad, la historicidad por ideología al comienzo del recuerdo, la verdad, lo verdadero. Así la inscripción por lógica fija el sitial de apropiación al sentido; propicio es del signo el símbolo por aliento. [nace también el aliento podrido]
(12) Historiograficidad y la necesidad del esperar.
(13) El [dominio de la palabra] sobre [la mente humana] refiere entonces una reflexión crítica contra el lenguaje común emplazada por estructura desde lo común propio del lenguaje. Así la conceptografía, al decurso ideológico de la Ilustración, es historiografía en disolución de la historicidad del recuerdo en la transposición por espera del transcurso del recurso por absolución de lo total. Un movilizarse que ciertamente recuerda al mesianismo cristiano.
(14) “método de simbolización apropiado a las cosas mismas”. [las innovaciones a que me vi impelido por una necesidad inherente al asunto mismo] La revolución de los conservadores. [Cfr. Nietzsche sobre Aristóteles, la lógica y el discurso de innovación de los conservadores] Gaya ciencia, 29. MENTIRAS RETROSPECTIVAS

Cuando en Francia se empezaron a combatir las tres unidades de Aristóteles, y por consiguiente también a defenderlas, se pudo volver a ver algo a menudo verificable, aunque con malestar; se inventaron razones a partir de las cuales se debían mantener dichas leyes, para no reconocer sencillamente que se estaba habituado a su imposición y que ya no se quería cambiarlas. Lo mismo sucede desde siempre en el seno de toda moral y de toda religión imperantes; las razones y las intenciones que estarían detrás de un hábito no son atribuidas sino por una mentira retrospectiva, desde el momento en que algunos empiezan a criticar un hábito y a interrogarse sobre sus intenciones y sus razones. En esto consiste la enorme falta de probidad de los conservadores de todos los tiempos; son mentirosos retrospectivos.
               
        Así la historiografía vuelve un recurso de verificación en validación de aserciones lógicas.
(15) [Estas discrepancias con lo tradicional encuentran su justificación en que la lógica, hasta ahora, siempre se ha ajustado muy estrechamente al lenguaje y a la gramática.] [LÓGICA, MAQUINISMO E IMPERIALISMO] Esta es la demolición de Aristóteles para con Aristóteles mismo. Así los decorados caen sólo para decorar una vez más. Austria teje grandes palacios, Klimt en el simbolismo pinta nuevos retablos, así luego Nietzsche se entera de lo que cabe enterarse y piensa el ser en el motivo de su acontecer. El lenguaje, las categorías del Órganon, la gramática, los tópicos del Órganon, en la arqueología conservada por pureza de la institución. LA METAFÍSICA.
(16) [argumento] y [función] por [sujeto] y [objeto], así los lectores. De la naturaleza metafísica predicada por Aristóteles, la historiograficidad por lógica inmanente de la CLARIDAD en la acreditación técnica del transcurso operado. En el [argumento] de Frege, en la [función] de Frege, la doctrina del Deux ex maquina por lógica argumental. De allí a Whitehead y Russel, de ahí a Wittgenstein. Así el mentalismo al que se arroja toda la civilización anglosajona en la imposición de su cultura de Mundo. [Wittgenstein diría que no es doctrina, ciertamente un dios oscuro los alumbra] [Y esto es CLARO, no somos nosotros los bizantinos. A la ausencia del diálogo, la paranoia habita todo debate en las escuelas anglosajonas. Cfr. A Kripke, Wittgenstein a propósito de reglas y lenguaje privado. Una exposición elemental, p. 23, n. 8:

Quizá deba hacer una observación con relación a expresiones tales como «Mediante 'más' quise decir cuas (o más)», «Mediante 'verde' quise decir verde», etc. No conozco ninguna convención satisfactoria aceptada para indicar el objeto del verbo «querer decir» («mean»). Hay dos problemas. Primero, si se dice «Mediante 'la mujer que descubrió el radio' quise decir la mujer que descubrió el radio», el objeto puede interpretarse de dos maneras. Puede estar por una mujer (Mane Curie), en cuyo caso la aserción es verdadera sólo si «quise decir» se utiliza queriendo decir me referí a (que es un uso legítimo); o puede utilizarse para denotar el significado de la expresión entrecomillada, que no es una mujer, en cuyo caso la aserción es verdadera cuando «quise decir» se usa en su sentido normal y corriente. Segundo, según queda ilustrado por «me referí a», «verde», «cuas», etc., que nos han aparecido más arriba como objetos de «quise decir», es necesario utilizar de un modo forzado diversas expresiones en posición de objeto, en contra de la gramática normal. (Las dificultades de Frege concernientes a la insaturación están relacionadas con esto). Ante ambos problemas, uno se ve tentado a poner el objeto entre comillas, igual que el sujeto. Pero tal proceder entra en conflicto con la convención de la lógica filosófica según la cual un entrecomillado denota la expresión entrecomillada. Hay algunas «marcas de significado», como las propuestas por ejemplo por David Kaplan, que podrían resultar de utilidad aquí. Si no se tiene reparo en ignorar la primera dificultad y se usa siempre «quiere decir» queriendo decir denota (para la mayoría de los propósitos del presente escrito, semejante lectura serviría al menos tan bien como lo liaría una lectura intensional; a menudo, hablo como si lo que se quiere decir mediante «más» fuese una función numérica), entonces el segundo problema podría llevarnos a nominalizar los objetos («más» denota la función más, «verde» denota el verdor, etc). Barajé la posibilidad de utilizar cursivas («'más' quiere decir más»; «'quiere decir' puede que quiera decir denota»), pero decidí que normalmente (excepto cuando las cursivas sean apropiadas por otra razón, en especial cuando se introduce por vez primera un neologismo como «cuas») escribiré el objeto de «querer decir» al modo de un objeto normal y corriente. La convención que he adoptado resulta forzada en el lenguaje escrito, pero suena de modo bastante razonable en el lenguaje hablado.
Dado que las distinciones de uso y mención son importantes para el argumento según yo lo formulo,(A) procuro acordarme de utilizar comillas cuando se está mencionando una expresión. Sin embargo, también las utilizo para otros cometidos, cuando el español escrito normal, no filosófico, permite recurrir a ellas (por ejemplo, en el caso de «'marcas de significado'», del párrafo precedente; o de «'cuasi-entrecomillado'», en la oración que sigue a ésta). Los lectores a quienes resulte familiar el «cuasi-entrecomillado»(B) de Quine se darán cuenta de que en algunos casos utilizo el entrecomillado ordinario cuando la puridad lógica requeriría usar el cuasi-entrecomillado o algún dispositivo similar. No me he preocupado de ser cuidadoso acerca de esta cuestión, porque confío en que, en la práctica, los lectores no se confundirán.

(a)     El argumento, una ecuación a fórmula. Cuando el juicio llegue a un juego así
No es lógica, es canción.
(b)     Cuasi entrecomillado  a la Quine, vaya, la dictadura de los lectores.
Y cómo toda buena dictadura, su efecto es invisible: de voz se va y de voz se sirve: historia de los afectos y las confesiones de los ex primeros ministros británicos;
El poder vuelve quien viene.
Confrontar ante las sentencias de ecuanimidad de sus reinas y reyes.
Confrontar ahí con los argumentos trágicos de los reyes shakespereanos.
Encargar entonces una morfología del caso.
[Y tienes a diez doctores de letras modernas haciéndote maquila académica pos-industrial]
[bueno, no ello sí tienen trabajo en Quick leaning]

[xi] Cada verso, una letra, es el mundo entero.

Stephan Mallarmé, El azul:

                EL AZUL
LA serena ironía del eterno azul abruma,
Bella indolentemente cual las flores,
Al poeta impotente que su genio maldice
A través de un estéril desierto de dolores.

Al huir, cerrados los ojos, siento que mira,
Con la intensidad de un atroz remordimiento,
Mi alma vacía. ¿Adónde huir? ¿Con qué hosca noche
Ocultar, harapos, su angustiante desdén?

¡Subid, nieblas! Esparcid en el cielo vuestras
Monótonas cenizas que con jirones de bruma
Cubrirá del otoño el lívido pantano.
¡Y levantad un techo vasto y silencioso!

Y tú, Hastío, sal de los estanques leteos
Y recoge al venir limo y pálidos juncos,
Para tapar del todo con mano infatigable
Los huecos azules que hacen con maldad las aves.

¡Más aún: que humeen sin pausa las tristes chimeneas
Y que una errante cárcel de hollín extinga
En medio del horror de sus negras estelas,
El sol amarillento que se pone a lo lejos.

Muerto está el cielo—. A ti acudo, Materia:
Haz que olvide el cruel Ideal y el Pecado
Este mártir que viene a compartir el lecho
Donde el feliz rebaño humano está acostado,

Pues allí quiero, ya que mi cerebro vacío,
Cual pote de afeites dejado al pie de un muro,
Perdió el arte de pulir la Idea sollozante,
Lúgubre, bostezar hacia una muerte oscura...

¡En vano! ¡El Azul triunfa y le oigo cantar
En las campanas! Alma mía, voz se vuelve
Para darnos más miedo con su aviesa victoria,
Y del vivo metal brota en ángelus celestes!

Y, antiguo, rueda por la bruma y atraviesa
Tu natal agonía como una espada firme.
¿Adónde huir en la revuelta inútil y perversa?
Estoy obsesionado. ¡El Azul, el Azul, el Azul!

L'AZUR

DE l'éternel azur le sereine ironie /Accable, belle indolemment comme les fleurs, /Le poëte impuissant qui maudit son génie /A travers un désert stérile de Douleurs. //Fuyant, les yeux fermés, je le sens qui regarde /Avec l'intensité d'un remords atterrant, /Mon âme vide. Où fuir? Et quelle nuit hagarde /Jeter, lambeaux, jeter sur ce mépris navrant?//Brouillards, montez! Versez vos cendres monotones
/Aves de longs haillons de brume dans les cieux / Qui noiera le marais livide des automnes/
Et bâtissez un grand plafond silencieux!// Et toi, sors des étangs léthéens et ramasse/ En t'en venant la vase et les pâles roseaux,/ Cher Ennui, pour boucher d'une main jamais lasse/ Les grands trous bleus que font méchamment les oiseaux.// Encor! que sans répit les tristes cheminées/ Fument, et que de suie une errante prison/ Éteigne dans l'horreur de ses noires tramées/ Le soleil se mourant jaunâtre à l'horizon!//
—Le Ciel est mort—. Vers toi, j'acours! donne, ô matière,/ L'oubli de l'Idéal cruel et du Péché/ A ce martyr qui vient partager la litière/ Où le bétail heureux des hommes est couché, // Car j'y veux, puisque enfin ma cervelle, vidée/ Comme le pot de fard gisant au pied du mur,/ N'a plus l'art d'attifer la sanglotante idée,/ Lugubrement bâiller vers un trépas obscur...// En vain! l'Azur triomphe, et je l'entends qui chante/ Dans les cloches. Mon âme, il se fait voix pour plus/ Nous faire peur avec sa victoire méchante,/ Et du métal vivant sort en bleus angélus!// Il roule par la brume, ancien et traverse/ Ta native agonie ainsi qu'un glaive sûr;/ Où fuir dans la révolte inutile et perverse?/ Je suis hanté. L'Azur! l'Azur! l'Azur! l'Azur!


Arthur Rimbaud, Vocales:

VOCALES*

A negro, E blanco, I rojo, U verde, O azul: vocales
algún día diré vuestro nacer latente:
negro corsé velludo de moscas deslumbrantes,
A, al zumbar en tomo a atroces pestilencias,

calas de umbría; E, candor de pabellones
y naves, hielo altivo, reyes blancos, ombelas
que tiemblan. I, escupida sangre, risa de ira
en labio bello, en labio ebrio de penitencia;

U, ciclos, vibraciones divinas, verdes mares,
paz de pastos sembrados de animales, de surcos
que la alquimia ha grabado en las frentes que estudian.

O, Clarín sobrehumano preñado de estridencias
extrañas y silencios que cruzan Mundos y Ángeles:
O, Omega, fulgor violeta de Sus Ojos.

*[“[…] la mejor muestra de cómo la imbecilidad o la astucia del crítico construyen universos gratuitos cuando la poesía toca el borde chistoso de lo inefable” ]



[xii] El espíritu es el tiempo-espacio que sólo Dios habita.
[xiii] Constructividad de la doctrina de la estructura:

Kant, Crítica a la razón pura, Prólogo 2° edición, N. 10:

Así las leyes centrales de los movimientos de los cuerpos celestes proporcionaron a lo que Copérnico (1) al principio admitió solo como hipótesis, una certeza decisiva, y probaron al mismo tiempo la invisible fuerza que mantiene la estructura del mundo (la atracción de Newton). Ésta hubiera permanecido para siempre sin descubrir, si el primero no se hubiera atrevido a buscar, de una manera contraria a los sentidos pero sin embargo verdadera, los movimientos observados, no en los objetos del cielo, sino en el espectador.

Crítica a la razón pura, Prólogo, 2° edición, referente a la corrección y pruebas de corrección del Texto de la Crítica a la razón pura:

En las proposiciones mismas y sus pruebas, así como en la forma e integridad del plan, nada he encontrado que cambiar; cosa que atribuyo en parte al largo examen a que los he sometido antes de presentar este libro al público, y en parte también a la constitución de la cosa misma, es decir a la naturaleza de una razón pura especulativa, que tiene una verdadera estructura, donde todo es órgano, es decir donde todos están para uno y cada uno para todos y donde, por tanto, toda debilidad por pequeña que sea, falta (error) o defecto, tiene que advertirse imprescindiblemente en el uso.

Crítica  la razón pura, Ibidem, [Del sistema su estructura, la consideración por unidad]

Todo discurso filosófico puede ser herido en algún sitio aislado (pues no puede presentarse tan acorazado como el discurso matemático); pero la estructura del sistema, considerada en unidad, no corre con ello el menor peligro, y abarcarla con la mirada, cuando el sistema es nuevo, es cosa para la cual hay pocos que tengan la aptitud del espíritu y, menos aún, que posean el gusto de usarla, porque toda innovación les incomoda.

Immanuel Kant, Prolegómenos a toda metafísica futura que pretenda presentarse en Ciencia, Prólogo:

Pero la razón pura es una esfera tan aislada, tan completamente interconectada en sí misma, que no se puede tocar ninguna de sus partes sin conmover también todas las restantes, y no se puede efectuar nada, sin haber determinado previamente el lugar de cada parte y su influjo sobre las demás: porque, ya que fuera de esta esfera no hay nada que pudiese corregir nuestro juicio dentro de ella, el uso y la validez de cada parte dependen de la relación en que está con las partes restantes en la razón misma y, como ocurre con la estructura de un cuerpo orgánico, la finalidad de cada miembro sólo puede ser deducida del concepto completo del todo.(1) Por eso se puede decir de tal crítica, que nunca será digna de confianza, si no está acabada enteramente y hasta en el menor elemento de la razón pura, y que en la esfera de esta facultad se debe, o bien determinar o establecerlo todo, o no determinar ni establecer nada.(2)

Kant, Prolegómenos, ibídem:

He aquí un tal plan que sigue a la obra acabada, un plan que puede ser trazado ahora según un método analítico, ya que la obra misma debió ser compuesta enteramente según el modo sintético de exposición, para que la ciencia pusiese a la vista todas sus articulaciones en sus conexiones naturales, como la estructura orgánica de una facultad completa y particular de conocimiento. Quien encuentre que también este plan, que antepongo, como prolegómenos, a toda metafísica futura, es a su vez oscuro, considere que no es necesario que todos estudien metafísica; que hay muchos talentos que progresan muy bien en ciencias sólidas y aun profundas, más cercanas a la intuición, talentos, empero, que no alcanzan ese progreso en investigaciones con puros conceptos abstractos; y que, en tal caso, uno debe aplicar sus dotes espirituales a otro objeto; pero que quien se proponga formarse un juicio sobre la metafísica, o aun concebir una tal, debe satisfacer completamente las exigencias aquí expuestas,(3) ya sea que lo haga aceptando mi solución, o refutándola radicalmente y proponiendo otra en su lugar -pues no puede ignorar tales exigencias-; y que, por fin, la oscuridad tan criticada (disfraz habitual de la propia indolencia o estupidez) tiene también su utilidad: pues todos los que guardan un silencio prudente respecto de otras ciencias, hablan magistralmente y deciden con osadía en cuestiones de metafísica, ya que ciertamente su ignorancia no contrasta aquí claramente con la ciencia de otros; pero sí contrasta con principios críticos legítimos, de los cuales se puede decir por tanto con alabanza: Ignavum, fucos, pecus a praesepibus arcent. Virg.

Kant, prolegómenos, § 5, ¿Cómo es posible un conocimiento por razón pura?

Una de las novedades de los Prolegómenos respecto de la Crítica de la razón pura es el empleo del método analítico de exposición.(4) Es muy difícil hallar una proposición dada, que esté muy alejada de los principios de un sistema, si se pretende llegar a ella a partir de esos principios. Habría que recorrer, para ello, largas cadenas deductivas, quedando uno siempre expuesto a errar el camino y a ir a parar a proposiciones alejadas de la que se quería obtener (ya que no siempre se conocen todos los pasos-que ligan la proposición buscada con los primeros principios). Por ello, es preferible proceder al revés: no partir de los principios, sino de la proposición buscada, y retroceder, de ella, a las condiciones de las que depende, y de éstas, a otras anteriores, hasta alcanzar alguna cuya conexión con los principios mismos sea conocida. Así se puede establecer, con menor trabajo, la legitimidad de una proposición. Esto puede resultar más claro si se imagina que el sistema deductivo tiene una estructura arborescente. Supongamos que del primer principio, 1, se dedujesen los principios subsidiarios (teoremas) 2, 3, 4; que del teorema 2, luego, se obtuvieran las proposiciones 5, 6 y 7; que del teorema 3 se obtuvieran las proposiciones 8 y 9; y que del teorema 4 se obtuvieran las proposiciones 10, 11, 12 y 13.

Kant, Crítica a la razón práctica, Prólogo, la disposición de la estructura por argumentación racional del todo [RETÓRICA]:

¿Por qué esta crítica no lleva el título de Crítica de la razón práctica pura, sino simplemente de la razón práctica, a pesar de que el primero parece exigido por el paralelismo de esta razón con la especulativa? Lo explica suficientemente este estudio. Su, propósito es exponer que existe una razón práctica pura, y con este designio critica toda su facultad práctica.(5) Si lo logra, no necesita criticar la facultad pura con el objeto de ver si la razón no va con esa facultad más allá de una mera presunción (como seguramente sucede con la especulativa), pues si como razón pura es realmente práctica, demuestra su realidad y la de sus conceptos mediante hechos, y en vano será todo sutilizar contra la posibilidad de que sea real. (7)

Kant, Crítica  a la facultad de juicio, § LX, De la finalidad objetiva de la naturaleza:

[…] la finalidad objetiva, como principio de la posibilidad de las cosas de la naturaleza, está tan lejos de conformarse necesariamente con el concepto de la misma, que ella es la que se invoca para probar la contingencia de la naturaleza y de sus formas. En efecto; cuando se habla de la estructura de un ave, de las células formadas en sus huesos, de la disposición de sus alas para el movimiento, de la de su cola que le sirve como de timón, después se dice que todo esto es contingente, si se le considera relativamente al simple nexus afectivus de la naturaleza, y no se invoca todavía una especie particular de causalidad, la de los fines (nexus finalis), es decir, se muestra que la considerada como simple mecanismo, habría podido tomar otras mil formas, sin quebrantar la unidad de este principio, y que por consiguiente, no se puede esperar hallar a priori la razón de esta forma en el concepto mismo de la naturaleza, sino que es necesario buscarlo fuera de este concepto.

Kant, Crítica a la facultad de juicio, § LXV Del principio del juicio de la finalidad interior en los seres
organizados

Este principio puede definirse o anunciarse de este modo: una producción organizada de la naturaleza es aquella en la cual todo es recíprocamente fin y medio. Nada hay en ella inútil, sin objeto, esto es, que no deba referirse a un mecanismo ciego de la naturaleza.
Este principio, considerado en su origen, debe, ciertamente derivarse de la experiencia, de esta experiencia que se establece metódicamente y que se llama observación; mas la universalidad y la necesidad que se afirma de esta especie de finalidad prueban que no descansa únicamente sobre principios empíricos, sino que tiene por fundamento algún principio a priori, aun cuando este no sea más que un principio regulador, y estos fines no residan más que en la idea de los que juzgan y no en una causa eficiente. Se puede, pues, llamar este principio una máxima del juicio de la finalidad interna de los seres organizados.
Se sabe que los que disecan las plantas y los animales, para estudiar en ellos la estructura, y poder reconocer por qué y con qué fin les han sido concedidas ciertas partes(9), por qué tal disposición y tal colocación de las mismas, y precisamente esta forma interior, admiten como indispensablemente necesaria la máxima de que nada existe en vano en estas creaciones, y le conceden un valor igual al de este principio de la física general, de que nada sucede por casualidad. Y, en efecto, ellos no pueden rechazar este principio teleológico con más motivo que el principio universal de la física; porque del mismo modo que en la ausencia de este último no habría experiencia posible en general, así también sin el primero, no habría guía para la observación de una especie de cosas de la naturaleza que hemos concebido una vez teleológicamente bajo el concepto de fines de la misma.
En efecto, este concepto introduce la razón en un orden distinto de cosas que el del puro mecanismo de la naturaleza, que no puede aquí satisfacernos. Es necesario que una idea sirva de principio a la posibilidad de la producción de la naturaleza. Mas como una idea es una unidad absoluta de representación, mientras que la materia es una pluralidad de cosas que por sí misma no puede suministrar ninguna unidad determinada de composición, si esta unidad de la idea debe servir como principio a priori para determinar una ley natural para la producción de la forma de este género, es necesario que el fin de la naturaleza se extienda a todo lo que se halle contenido en su producción. En efecto, desde que para explicar un cierto efecto buscamos por cima del ciego mecanismo de la naturaleza, un principio supra-sensible y lo referimos a aquel en general, debemos juzgarle en absoluto conforme a este principio y no hay razón para mirar la forma de esta cosa como dependiente todavía en parte del otro principio, porque entonces, en la mezcla de principios heterogéneos, no habría regla segura para el juicio.
Se puede, sin duda, concebir, por ejemplo, en el cuerpo del animal, ciertas partes como concreciones formadas según leyes puramente mecánicas (como la piel, los huesos, los cabellos). Mas es necesario siempre juzgar teleológicamente la causa que suministra la materia necesaria, que la modifica así y la deja en los sitios convenientes, es decir, que todo en este cuerpo debe considerarse como organizado, y que todo también, en cierta relación con la misma cosa, es órgano a su vez.(10)

(1)     Aquí se inscribe la readecuación de la metafísica aristotélica a la interpretación de la temporalidad del Mundo por su diferencial; de la hipótesis copernicana al movimiento a la doctrina de la “visión de mundo” por “filosofía” la única diferencia es el nivel de ingeniería del transcurso ideológico. No hay ninguna mantensión a la estructura del Mundo, el mundo es, la gravedad comprende, la estructura se imagina. ¿Descubrimiento? Imaginarse, razón del método. Del imaginar el ser-ahí se comprende; al comprenderse gobierna el decurso en el transcurso lógico de la idea.
El mundo pertenece a quien lo domina; el dominio hace en el nombrarse, al nombrarse explica. El mundo pertenece a quien más y mejor lo explica.
A la doctrina de “visión de mundo” por filosofía, todos los usos de “filosofía” y de lo filosófico por Marx.
(2)     Ya esta simple consideración presupone por historiograficidad del método que uno, nosotros, el yo quien concibe, posea no solo del concepto su verdad en medida, sino por método lo verdadero de lo concepción en una doctrina, la doctrina misma que sanciona en validez de comprobación la totalidad de los respectos y andanzas del método en su verificación y demostración teórico-material.
(3)     Así la razón pura es sólo la sintaxis que los lógicos posteriores detentan como el principio del mundo, su todo. La lógica simbólica es un materialismo que toma de sí, la enunciación, la certeza del enunciado por naturaleza absoluta de la totalidad productora de la naturalidad del conocimiento. [cfr. El “ingreso” del Yo a la filosofía] [atiende de la lírica post-hesiódica al siglo XVII]. Un reconocerse tan simple al fondo del todo. Del sí mismo, el movimiento en totalidad de los saberes, la figuración requiere por necesidad –una única necesidad refiere con ello Wittgenstein- una certeza absoluta. Ahí el organicismo, el órgano y la antropología del cuerpo, su carne, por totalidad verificadora de todo oprobio, ello en que la filosofía misma se detenta: autoridad.
(4)     El satisfacer, la contraparte del goce, es de la dialéctica la totalidad por absumición de la verdad en obediencia, al órgano, el cuerpo de la investigación –el método tan sólo- atiéndase esa antigua indagación que vincula el evento apropiador, la simultaneidad en acontecimiento para con la verdad, desde la disposición sometimiento de lo femenino.
De la sintaxis formal de nuestra lógica, la asignación del signo por símbolo de nuestra arbitrariedad e imposición por sistema  al decurso de las cosas, el trascurso para con la prosa a la legalidad de sus inscripciones para con la adscripción metódica de la esencia de la verdad. Cabe por ser el Estado.
(5)     El método era un método de inducción del pensamiento de uno ante el otro en la explicitación dialogal de los principios activos en la constitución de los planteamientos. ¿Cómo así llegó a regir la totalidad de los esquemas plásticos-doctrinales en la que el supuesto sistema emerge? [cfr. (SISTEMA)] De ello, que si en la Crítica  a la razón pura la cuestión se enuncia “el problema propio de la razón pura está encerrado en la pregunta: ¿Cómo son posibles juicios sintéticos a priori? ” es decir, cómo es posible conocer una razón pura, el planteamiento del problema para los Prolegómenos es y estriba simplemente escandaloso: “¿ Cuestión general de los Prolegómenos: ¿Cómo es posible un conocimiento por razón pura?”. La duda de un planteamiento de investigación es simplemente, para los Prolegómenos, su certeza. De allí luego la transformación de la pregunta en la reificación de los predicados lógicos inducidos por sistema a la exposición misma:
¿Cómo son posibles juicios sintéticos a priori?
¿Cómo es posible un conocimiento por razón pura?
¿Cómo es posible la matemática pura?
¿cómo es posible a la razón humana producir tal conocimiento enteramente a priori? [AQUÍ EL SUPUESTO DEL SER CONOCIDO NO APOYADO NI APOYADO EN EXPERIENCIA] [LA REFERENCIA AL MUNDO POR HISTORIOGRAFICIDAD]
                                               ¿Cómo es posible la ciencia pura de la naturaleza?
¿cómo es posible intuir a priori algo?
¿cómo es posible conocer a priori la conformidad necesaria de las cosas, como objetos de la experiencia, a leyes? ¿cómo es posible conocer a priori la conformidad necesaria de la experiencia misma por lo que respecta a todos sus objetos en general, a leyes? [METAFÍSICA=EXPERIENCIA MISMA, POR LO QUE RESPETA A TODOS SUS OBJETOS EN GENERAL, LEYES] [el sujeto así se espeta, nace del ser-así el imperativo, supresión del ahí por el sistema] [luego la razón, por principio, no es cosa, tampoco entonces los principios] [¿qué se hace de ello a la circunvolución del tiempo?]
¿Cómo es posible la naturaleza misma?
¿Cómo es posible la metafísica en general?
¿Cómo es posible la metafísica como ciencia?

                Piensa entonces cuál es el orden compositivo que la historiografía moderna y contemporánea asume para con
Aristóteles en la inscripción de sus pensamientos  a la precomprensión de lo suyo, la filosofía por ciencia de la verdad, en sistema. La filosofía primera será la última; después en ser, todos los principios.
(6)     La existencia misma de lo supuesto es, a su suposición, existente; a su suposición, su estructura la experiencia, de la experiencia la razón y de la razón su verdad, lo real de suyo es real y todo lo dispuesto. La [EXPERIENCIA], coacción interpretativa de la lógica pura, a la metafísica aristotélica, a la disposición de la lógica por órganon para con la constitución de la lógica trascendental como lógica pura, la experiencia es asumida por totalidad de la conciencia como el Ser. Así de Aristóteles, la lógica y la experiencia para con Kant, a la conciencia y la duda como duda del Yo en la experiencia racional del espacio hasta el espacio racional de la duda como experiencia del Yo. ¿Qué va de ello? La historiograficidad en lo absoluto de su transcurso. NO HAY SENTIDO, EL JEFE ES EL SENTIDO A RAZÓN DE SU ARBITRARIEDAD.  [la estabilidad lógico referencial del Mundo para el Poder] [TODO LO TORCIDO, ES DERECHO, TODO LO ARBITRARIO ESTÁ CUADRADO] [LA NECESIDAD QUE INSCRIBE EL MUNDO A RAZÓN DE DEUDA][ESA NECESIDAD ES LA FORMA, Y ES DEL MUNDO EN TOTALIDAD, SU ÚNICA NECESIDAD] [A LA OBLIGACIÓN POR PODER DE LA FORMA LA TOTALIDAD DE LAS CERTEZAS]
(7)     Si la mentira se devela falsa, todo a su interior es verdadero. Luego por el ser se instrumenta y así, el mundo, coloca por figura las cosas en realidad. Todo lo falso retorna poder, de nuevo es tu poder sobre las cosas. [México FUNCIONA como rancho metafísico de la hondonada] [al poder, el poder mexicano es un poder en México. Nuestro país no existe sino a razón de representarse en el esquema económico de las cosas. Así, por inducción de razones nuestro gobierno. Neoliberales sus políticas los últimos cuatro sexenios] [Ciertamente a la cosas, un rancho de idiotas] [mundo de recetas, mundo por recetas, una cocina de señores sirviendo señores a marineros]
(8)     Y por realidad no se inscribe otra cosa que PRESENCIA EFECTIVA. Lo real, el presentarse en consistencia del ser para con el anuncio de la realidad, es del ser por acontecimiento su medida. Así la experiencia, la estructura lógico interna de la totalidad es absoluta en la disposición de sí a su medida. Medir y ser medido, así luego la prescripción de las doctrinas trascendentales. [los requisitos al emplazamiento de Dios]. La libertad kantiana es la miseria de los miserables:

El concepto de libertad, en la medida en que su realidad pueda demostrarse mediante una ley apodíctica de la razón práctica, constituye la coronación de todo el edificio de un sistema de la razón pura, aun de la especulativa, y todos los demás conceptos (Dios y la inmortalidad) que en ésta carecen de apoyo como meras ideas, se enlazan con este concepto, y con él y gracias a él adquieren existencia y realidad objetiva, es decir, que su posibilidad se demuestra por el hecho de que la libertad es real, pues esta idea se revela mediante la ley moral.

(9)     El estructuralismo es un evolucionismo.
(10) No hay ninguna concesión del ser para con las partes. No hay partes, el cerebro no existe. La observación, justicia de la experiencia, es un representarse del representar representaciones afectivas. La afección, de sí el representarse del ser para con el ahí del ser-ahí, dispone del sí, el sí mismo; la medida del acontecimiento por el ser en totalidad, lo dispuesto por interior, recién así llamado hombre, es el absoluto, ser del ser el abismo en la arbitrariedad de todos los juicios. Al poder, su poder, en el establecimiento del sitio del poder, todo es legal. Autoridad a sí se nombra, del poder se reconoce. Las cuentas cuadran, las instituciones avanzan y el sistema se mantiene. A la Crítica no le importa quién pague los platos rotos.
(11) Nace así la plástica contemporánea. El mayor sueño de nuestras funcionarias públicas, en el Estado Mexicano, es hacerse la lipo, operarse la nariz, ponerse busto y hacerse las nalgas redondas y torneadas. ¿Trabajo? Para ello mi cirujano estudió catorce años y cobra por todo un ojo de la cara. ¿De dónde se cuadren las cuentas? ¡Qué importa! El país es quien lo paga.
¿Qué hemos dicho así por ahí entonces respecto a todos los principios? Del mecanicismo al organicismo, luego así la constitución plástica de los Estados. Metahistoria la nombraron los americanos a principios de los setenta.



 [BP1]Hecho es interior de la significación del evento,
Unidad de ser en entidad atenido por espacio tiempo al ethos del representarse.

Ser de sí contenido es la realidad de la función de toda proposición.

[¿Y cual es la identidad del contenido de sí comprendido por la totalidad del ser a su transcurso?]
 [BP2]La jerarquía del acontecimiento
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