§1.
Estupideces prácticas[i]
Los argumentos son solo propios del
arte.
Aristóteles, Retórica, 1354a.
Si
no existiesen los poetas.
Todo
en la filosofía serviría, todo tendría por efecto en máquina una función de
sujetarse los argumentos en poder.
Los
argumentos en poder.[ii] La
composición del sentido común y la capitalización del error por instrumental;
nacen en conjunto las tradiciones, la mística, los imperios.
Imagen representativa del gráfico usado por la PEGI para designar material con "lenguaje obsceno". (Photo credit: Wikipedia) |
Los
imperios. Para algo así como condiciones materiales primero tiene que haber
algo tal como la materia. La materia no es, la materia no existe, la materia se
forma, es un concepto. Los conceptos asisten a la constitución de la intención
por razón; toda razón es lenguaje.
La
razón se conforma, luego la materia. ¿Cómo es la materia lo que es al interior
del lenguaje?
En
forma, al pensar el lenguaje, ya siempre atendemos al lenguaje como realidad
efectiva de las prácticas de lenguaje. Allí las formas. A las prácticas de
lenguaje se levanta un objeto tal como la lingüística.[iii]
Luego la experiencia.[iv]
Luego
los discursos y luego las razones. Allí entonces así, de ahí, las doctrinas.
Esto
es un argumento:
El
sinsentido es una pretensión de la subjetividad por objeto fundamental de la
razón y su verdad;[v] el
argumento, el sentido en propiedad de lo verdadero, su función.[vi]
A
la representación efectiva de la lingüística y sus saberes –figuras de la
forma, la visión de mundo pretendida que detenta como comprensión de la
historia a la historicidad misma-, cabe comprender que la lingüística comprende
tanto de la historicidad como la biología se representa por realidad efectiva
la existencia de los grandes procesos de extinción y desaparición de entidades
biológicas, eso que la teoría de los animales denomina especie.[vii]
Al interior de
la significación del evento, el hecho, [BP1] la
contextura de su elaboración, es el único escenario dispuesto y disponible a la
significatividad de los acontecimientos[BP2]
que una representación historiográfica estatuye.[viii]
La
trama, constitución de sentido y elaboración efectiva de la significatividad
historiográfica de la representación, determina por comienzo de principio la
realidad significante a la efectividad de sus símbolos. Confrontemos a Wittgenstein
al respecto de la lógica simbólica,[ix]
a Frege al respecto de la institución de
la lógica simbólica,[x]
el autocomprenderse de los poetas malditos ante el simbolismo francés –esa
generación de europeos en la cual Marx se inscribe-, y la historia del alfabeto
en la remoción de los paradigmas realistas decimonónicos,[xi]
vg.r., la Nación. ¿Resultados?
Sólo
así Quine puede sostener una interpretación metafísica fundamental como la que
se explica diciendo que ser es ser la posición de una variable.[1]
De ello en Palabra y objeto se
emplaza en idealidad de sentido el acontecimiento de la palabra, p.17:
Los objetos materiales corrientes pueden no ser todo lo real, pero
son admirables ejemplos de ello.
¿Qué
sanciona de ello al respecto de la palabra? Una corriente:
La entificación empieza ya en el entorno inmediato;[2]
los puntos de condensación del esquema conceptual primordial son ya cosas
percibidas, no percepciones. No es cosa que pueda asombrar. Cada uno de
nosotros aprende su lenguaje de boca de otros, a base de la articulación verbal
y observable de palabras en muy precisas circunstancias intersubjetivas. Lingüísticamente,
y, por tanto, conceptualmente, las cosas puestas en el foco más preciso son
aquellas que resultan suficientemente publicas como para hablar públicamente de
ellas, y comunes y perceptibles en medida suficiente para que se hable de ellas
con frecuencia, y suficientemente cercanas al sentido como para que resulten fácilmente
identificables y se puedan aprender por el nombre; a esas cosas se aplican las
palabras por de pronto y sobre todo.
Uno
no puede apercatarse, al trascurso del mundo, que toda la interpretación de la
antropología, la lingüística y las ciencias sociales en la impronta pragmática
del método,[3]
tiene por razón naturalizar las categorías lógicas del análisis filosófico del
nominalismo y su crítica para con la experiencia de la duda en la institución
del relato de la memoria. El entorno inmediato es el mundo de la
historiograficidad; en el tránsito histórico de la totalidad cosas
percibidas-percepciones, el dilema huevo-gallina ya siempre elide de la
historiograficidad la temporación por origen del comienzo: plástica de
principios, y recién así hablamos de cosas. A todo principio, por comienzo,
asiste un Gallo.
Sólo
del símbolo la acción.
¿Lenguaje? La cosa es que no se
aprende, uno no aprende su lenguaje, uno es aprehendido a él; ser es, de
aprender, sólo se aprende a hablar, el mundo acontece, su comprensión es
acaecer. No es ningún ente, menos así una entidad, quien habla. Quine entonces
habla de esto como “método de la sociedad” y una naturalidad demónica lo asiste
por efecto de resistencia en sentido. Referir ya lo lingüístico por sí a lo
conceptual es haber asumido por mundo, en realidad efectiva,[4]
la metafísica trascedental kantiana en tanto crítica del conocimiento. Será
menester constreñir la significatividad de sociedad al respecto del propio
Imanuel Kant, y es que la pretensión de la lingüística, su advocación en
naturalidad a la descripción de la realidad efectiva del entorno de lo
existente por parte de, digamos, un aborigen australiano, sólo es válida en el
posicionarse del dispositivo científico –el concepto- por ser de la apropiación
en signo del evento, ciertamente el preámbulo de una conquista espiritual.
Hablamos de la historia inmaterial, atemporal, espiritual, de todo
materialismo: la cantidad.
Allí entonces de sí lo público,
ordenamiento moral en relación a los quanta de acción social condicionados en acontecimiento de la
presentación del sentido del ser del ente por cosa en un Censo, dato del quanta
concesionado que ya siempre ha dispuesto, al evento cuantificador de la
variable técnica de objetividad, la
totalidad del mundo del aborigen por mediación simbólica de la propiedad de la
verdad para con el científico, el analista, el médico. Una ideología por talero
de transcurso es el Método.
Así entonces la emergencia de la
palabra en el mundo siempre preserva en conjunto la intención de poder del
mundo en su descripción para la totalidad del ello que sólo de la palabra
discurre. Ellos hacen filosofía trascendental, tienen esquemas de lógico:
“Ay” es una sentencia de una sola palabra que un hombre puede
educir de vez en cuando, como lacónico comentario al espectáculo que pasa.[5]
Las ocasiones correctas de su uso son las correspondientes a una estimulación
dolorosa. Ese uso de la palabra, igual que el uso correcto del lenguaje en
general,[6]
se inculca al individuo mediante un entrenamiento por la sociedad; y la
sociedad lo consigue a pesar de no compartir el dolor del individuo. El método
de la sociedad consiste en principio en premiar el uso de “Ay” cuando el que
habla muestra alguna otra evidencia de repentino malestar, como un respingo,
por ejemplo, o cuando se le ve sufrir violencia; y en penalizar el uso de “Ay”
cuando es visible que el que habla no sufre lesión ni agitación en su actitud.
Allí
los humanos,[7]
estimulación dolorosa de lo público para todo pueblo “rezagado”, el programa de
viaje de la plástica neoclásica por el romanticismo hasta la eclosión de todas
las vanguardias, dos guerras mundiales, la violencia. Estatutos críticos del
sistema-mundo, Kant, Antropología en
sentido pragmático, Prólogo:
Todos los progresos de la cultura a
través de los cuales se educa el hombre tienen el fin de aplicar los
conocimientos y habilidades adquiridas para emplearlos en el mundo; pero el
objeto más importante del mundo a que el hombre puede aplicarlos es el hombre
mismo, porque él es su propio fin último. El conocerle, pues, como un ser
terrenal dotado de razón por su esencia específica, merece llamarse
particularmente un conocimiento del mundo, aun cuando el hombre sólo constituya
una parte de las criaturas terrenales.
Una ciencia del conocimiento del
hombre sistemáticamente desarrollada (Antropología), puede hacerse en sentido
fisiológico o en sentido pragmático. –El conocimiento fisiológico del hombre
trata de investigar lo que la naturaleza hace del hombre; el pragmático, lo que
él mismo, como ser que obra libremente, hace, o puede y debe hacer, de sí
mismo. – Quien cavile sobre las causas naturales en que puede descansar, por
ejemplo, la facultad de recordar, discurrirá acaso (al modo de Cartesio) sobre
las huellas dejadas en el cerebro por las impresiones que producen las
sensaciones experimentadas, pero tendrá que confesar que en este juego de sus
representaciones es un mero espectador y que tiene que dejar hacer a la
naturaleza, puesto que no conoce las fibras ni los nervios encefálicos, ni sabe
manejarlos para su propósito, o sea, que todo discurrir teórico sobre este
asunto es pura pérdida.-Pero si utiliza las observaciones hechas sobre lo que
resulta perjudicial o favorable a la memoria, para ensancharla o hacerla más
flexible, y a este fin se sirve del conocimiento del hombre, esto constituirá
una parte de la Antropología en sentido pragmático, y ésta es precisamente
aquella con que aquí nos ocupamos.
Una Antropología semejante,
considerada como un conocimiento del mundo que debe completar los
conocimientos de la escuela, no se llama todavía propiamente pragmática,
cuando encierra extensos conocimientos sobre fas cosas del mundo, por
ejemplo, sobre los animales, las plantas y los minerales de los diversos países
y climas, sino cuando encierra un conocimiento del hombre como ciudadano
del mundo. – De aquí que no se cuente ni siquiera el conocimiento de las
razas humanas, como productos que entran en el juego de las fuerzas de la
naturaleza, entre los conocimientos pertenecientes al conocimiento pragmático
del mundo, sino sólo al teórico.
Hay más. Las expresiones: conocer el
mundo y tener mundo difieren bastante en su significación, pues el que
conoce el mundo se limita a comprender el juego que ha presenciado,
mientras que el que tiene mundo ha entrado en juego en él.---En cuanto
al llamado gran mundo, la clase de las personas distinguidas,
encuéntrase el antropólogo, para juzgarlo, en una posición muy desfavorable,
porque dichas personas se encuentran demasiado cerca entre sí, pero demasiado
lejos de los demás.
A los medios para ensanchar el volumen
de la Antropología pertenece el viajar, aun cuando sólo consista en
la lectura de libros de viajes. Pero es menester haber adquirido un
conocimiento del hombre antes, en la propia casa, mediante el trato con los
ciudadanos o paisanos (a), si se quiere saber qué es lo que se debe
buscar fuera para ensanchar el volumen de la Antropología. Sin un plan
semejante (que supone ya un conocimiento del hombre), siempre resultará muy
limitada la Antropología del ciudadano del mundo.
La
teoría epistemológica, su derivación materialista en la teoría social, gusta de
distinguir de entre sus respectos instrumentales una múltiple derivación de
instituciones cognitivas. Así se habla de conocimiento histórico confrontado al
conocimiento, de la conciencia histórica confrontada a la conciencia, el mundo
histórico ante el mundo natural; el habla de la teoría epistemológica y la
teoría social suponen que hay y existe un conocimiento per se, trascendental, a
priori, que detenta la idealidad de sus respectos, las sustancias que por
verdad sus discursos científicos refieren.[xii]
El
fundamento de esta suposición es solamente una creencia, una consideración que
parte del hecho estructural que distingue tres órdenes fundamentales de
significación para el lenguaje de sus discursos: hombre, historia, naturaleza.
Toda
pureza, la estructura, es historiograficidad abstraída de sentido.[xiii]
* * *
Al
momento de hablar de hecho estructural, la primera condición de la hermenéutica
historiográfica es romper la propia ingenuidad epistemológica quien en la
categoría de hecho pretende estatuir la legitimidad de sus procedimientos de
designación y asignación de sentido para con los datos de conferencia en quien
instituye el sentido, las sustancias del discurso.
¿Cómo
así la hermenéutica historiográfica tiene que quebrar de sí, al interior de sus
respectos, la ingenuidad misma de su interpretarse del sentido del ser del
ente?
El
valor, el contenido vivo que comprende la representación, es para el poeta la
palabra, de sí al ser por ser a ser la donación.
Comprensiones.
De
ello en tempestad el azul y su medida.
[1]
Ser es ser la posición de valor de una variable. La pretensión de un mundo
racional es, en efecto su definición, un mundo irracional.
[2] La
lógica no lo puede pensar. Cual la condensación, todo su entendimiento se
remite por analogía del evento al ser de su mecanismo clásico de presentación,
una Física que sanciona sus emociones y afectos; es la condición de incredulidad
para con los historiadores. Cfr. Nietzsche, Aurora,
340:
340.
La evidencia está en contra del historiador. Está totalmente demostrado
que los hombres salen del vientre de su madre, a pesar de lo cual los niños se
hacen mayores y los vemos junto a su madre; de este modo, hacen que las
hipótesis de su crecimiento resulte absurda; tiene la evidencia en contra.
[3]
Que Aristóteles nos explique. Retórica,
1354a:
[…] los
que han sintetizado los tratados del bien hablar, de ningún modo, por así
decirlo, nos han transmitido ni una parte de ella [la Retórica]; pues los
argumentos son solo propios del arte, y todas las demás cosas son aditamentos;
y nada dicen de los silogismos, lo cual es el cuerpo del argumento, y en cambio
pragmatizan en torno a lo exterior del ejercicio retórico las más de las veces;
pues la aversión, la compasión, la ira y otros sentimientos del alma no afectan
al asunto, sino al juez. De manera que, si acaeciera en todos los juicios lo que
sucede en algunas ciudades, y más en las que gozan de buenas leyes, nada
tendrían los tratadistas que, decir; pues todos creen conveniente defender así
las leyes, y algunos además lo hacen efectivo y prohíben hablar al margen del
asunto, como en el Areópago, y tienen razón en esto; pues no se debe desviar al
juez, inclinándolo a la ira, al odio o a la compasión; pues sería lo mismo que
si uno torciera la regla de que debe servirse.
[4]
Para el negocio de la analítica, aquello que ha sido constatado por cantidad,
un algo cuantimétrico, del mundo.
[5] Un
hombre, el hombre, es aquí un universal.
[6] Lo
particular en la comprensión analítica de la singularidad ha transferido la
apercepción por sentido del apercatarse en percepción; una cosa del mundo tan
sólo. Nada por todo.
[7]
Así Deleuze y Guatari, ¿Qué es la filsosofía? p. 136-137
La lógica es reduccionista, y no por
accidente sino por esencia y necesariamente: pretende convertir el concepto en
una función de acuerdo con la senda que trazaron Frege y Russell.[1] Pero, para
ello, es preciso primero que la función no se defina sólo en una proposición
matemática o científica, sino que caracterice un orden de proposición más
general como lo expresado por las frases de una lengua natural. Por lo tanto
hay que inventar un tipo nuevo de función, propiamente lógica. La función
proposicional «x es humano» señala perfectamente la posición de una variable
independiente que no pertenece a la función como tal, pero sin la cual la
función queda incompleta. La función completa se compone de una o varias
«parejas de ordenadas». Lo que define la función es una relación de dependencia
o de correspondencia (razón necesaria), de modo que «ser humano» ni siquiera es
la función, sino el valor de f(a) para una variable x.[2]
Que la mayoría de proposiciones tengan
varias variables independientes carece de importancia; y también incluso que la
noción de variable, en tanto que vinculada a un número indeterminado, sea
sustituida por la de argumento, que implica una asunción disyuntiva dentro de
unos límites o de un intervalo.[3] La relación con la variable o con el
argumento independiente de la función proposicional define la referencia de la
proposición, o el valor-de-verdad («verdadero» o «falso») de la función para el
argumento: Juan es un hombre, pero Bill es un gato...[4] El conjunto de valores
de verdad de una función que determinan unas proposiciones afirmativas
verdaderas constituye la extensión de un concepto:[5] los objetos del concepto
ocupan el lugar de las variables o de los argumentos de la función
proposicional para los que la proposición resulta verdadera, o su referencia
cumplida.[6] De este modo el propio concepto es función para el conjunto de
objetos que constituyen su extensión.[7]
Todo concepto completo es un conjunto
en este sentido, y posee un número determinado; los objetos del concepto son
los elementos del conjunto.[8]
Todavía quedan por fijar las
condiciones de la referencia que marcan los límites o intervalos en el interior
de los cuales una variable entra en una proposición verdadera: X es un hombre,
Juan es un hombre, porque ha hecho esto, porque se presenta de este modo...
Unas condiciones de referencia de esta índole constituyen no la comprensión,
sino la intensión del concepto. Se trata de presentaciones o de descripciones
lógicas, de intervalos, de potenciales o de «mundos posibles», como dicen los
lógicos, de ejes de coordenadas, de estados de cosas o de situaciones, de
subconjuntos del concepto: la estrella de la noche y la estrella del alba. Por
ejemplo, un concepto de un único elemento, el concepto de Napoleón I, posee
como intensión «el vencedor de Jena»[10], «el vencido de Waterloo»[11]... Queda
perfectamente claro que no hay en este caso ninguna diferencia de naturaleza que
separe la intensión y la extensión, puesto que ambas tienen que ver con la
referencia, siendo la intensión únicamente condición de referencia y
constituyendo una endorreferencia de la proposición, constituyendo la extensión
su exorreferencia.[12] No se desborda de la referencia elevándola hasta su
condición; se permanece dentro de la extensionalidad. El problema consiste más
bien en saber cómo se llega, a través de estas presentaciones intencionales, a
una determinación unívoca de los objetos o elementos del concepto, de las
variables proposicionales, de los argumentos de la función desde el punto de
vista de la exorreferencia (o de la representación): es el problema del nombre
propio, y la cuestión de una identificación o individuación lógica que nos haga
pasar de los estados de cosas a la cosa o al cuerpo (objeto), mediante
operaciones de cuantificación que tanto permiten asignar los predicados
esenciales de la cosa como lo que constituye por fin la comprensión del
concepto.[13]
[1] Lo operativizado en sí, aún sin
comprensión técnica suficiente, es el propio pensamiento.
[2] Ahora recuerdo cómo, en la
enseñanza técnica de las matemáticas, en la idealización iusnaturalista de un
universal antropológico que sancione en varacidad la adquisición técnica de un
conocimiento –eso que se llama EXAMEN-, la función de la función es evidenciar
el acaecer natural, claro y sencillo de la maquinaria misma del instrumentar, el
símbolo, por realidad efectiva de un todo. Nada en todo, nunca entendí sus
referentes.
[3] La “asunción disyuntiva dentro de
unos límites o de un intervalo”, ello que por cantidad de la variable se
remueve a la categoría “argumento”, es la Tragedia.
[4] Ello mismo que sabe hacer el coro
a la intención de sentido del trágico que condiciona por evento la totalidad de
la representación y todas sus representaciones. Cfr. Nietzsche, Aurora, 177, Aprender a estar sólo:
¡Pobres
parias, los que vivís en las grandes ciudades de la política mundana, jóvenes
de talento, martirizados por la vanidad! Consideráis que tenéis la obligación
de dar vuestra opinión respecto a todo lo que sucede (pues siempre sucede
algo). Cuando habéis levantado una polvareda y armado mucho escándalo, creéis
que sois el carro de la historia. Estáis constantemente escuchando, a la espera
de poder dirigir la palabra al público, y por eso perdéis toda verdadera
fecundidad. Por muy ardiente que sea vuestro deseo de realizar grandes obras,
no llega a vosotros el profundo silencio de la incubación. El suceso del día os
arrastra como una brizna de paja, aunque sois tan pobres diablos que os hacéis
la ilusión de que impulsáis al acontecimiento. Cuando se quiere representar en
escena el papel de héroe, no hay que ser uno del coro, ni siquiera hay que
saber corear.
[5] Me dejé mi volumen de Sófocles
olvidado en el departamento de un amigo como para citar ahora los versos
propicios a bien trazar, en la totalidad debida de líneas racionales, la
institución histórica de la totalidad de transcurso afectivo para con el método
y sus pragmatismos.
[6] La mónada es clara, destinar el
destino.
[7] Hybris sanciona la tradición por
pecado. Es sólo la atemperancia de quien cursa la totalidad del sentido por
acontecimiento en el evento de la escena, el suscitarse del diálogo en
argumento. [cfr. Yocasta y su impiedad al tranquilizar por lo Claro la
totalidad del sentido de ser a sí Edipo] [Madre, y la tragedia lo es todo,
luego allí el Pólemos al decurso de su anunciación. Que Brecht luego pregunte
dónde así quien construyó los muros de Tebas, la de las siete puertas, no es
sátira, es Kitsch.] [Así también la Stasi y toda policía secreta]
[8] La filosofía ha muerto, larga vida
al sin-sentido. El Caos impera.
[9] Más todavía restan… y esto es una
paráfrasis a Hölderlin. Más cuando ante esto se paran patanes como estos que
hablan por comienzo de algo tal como “imposturas intelectuales”, bueno, ¿para
qué poetas en tiempos miserables?
[10] Historiograficidad para con
Hegel, sabido condiscípulo de Gymnasium de Hölderlin.
[11] Historiograficidad para con
Wellington, de quien no sabríamos nada si no fuera por el emperador, el ser de
la derrota.
[12] Solipsismo consumado, ello mismo
que como momento álgido de la historia de la filosofía –cualquier cosa eso
signifique- va de Descartes a Hume en elisión de historiograficidad para con el
momento histórico del quantum apropiado por Russell al gestar el modelo
pragmático en la consideración de los argumentos y la función enunciativa del
conocimiento histórico para con el trabajo de Hempel y su modelo nomológico
deductivo. Cfr. Proceso y realidad, el emplazamiento intensional-extensivo de
la historiograficidad de comienzo a la plástica de principios. [estructura
argumental y estructura narrativa de su hermenéutica historiográfica],
Whitehead:
Estas
conferencias se apoyan en un retorno a aquella fase del pensamiento filosófico
que empezó con Descartes y terminó en Hume. El esquema filosófico que tratan de
explicar se denomina “Filosofía del organismo”. No hemos expuesto ninguna
doctrina que no pueda citar en su defensa alguna aserción explícita de un
filósofo de ese grupo de pensadores, o de uno de los dos fundadores de todo el
pensamiento occidental, Platón y Aristóteles. Pero la filosofía del organismo
está en condiciones de poner de relieve precisamente aquellos elementos de las
obras de esos maestros que fueron dejados a un lado por los sistematizadores
subsiguientes. El autor que más cabalmente anticipó las principales posiciones
de la filosofía del organismo es John Locke en su “Essay”, especialmente en sus
últimos libros.
[13] Totalitarismo liberal anglosajón.
No hay sistema, es sólo política.
[i]
La PRACTICA elide del ser el acontecimiento. A la elisión, lo suyo de sí
dispuesto, encuentra al ente; el evento yace por recuerdo en el olvido. Toda
verdad que la antropología descubre es de suyo el recuerdo del olvido. Lo
olvidado, apropiarse… bueno, la tragedia se suscita por sentido en medio del
todo para las generaciones posteriores.
Formas, formas puras como siempre avanzan, la
generación entonces, bueno, tan sólo un recuerdo.
La elisión del ser, el acontecimiento, dispone
de la elisión lo mismo por figura de la apercepción. En la apercepción del
acontecimiento, la elisión del ser ya es el resto por diferencia en identidad
del respecto lógico interno que determina del acontecimiento su sentido.
[ii]
El poder sería.
Y
entonces sí, el poeta compone,
la
música subsiste,
y
él sólo el interprete maldito de una invocación alada,
silencio
que por los dioses el abismo le conmina.
Azul,
azul
seguramente todo recuerdo del Aedo en la antigua Grecia,
sumergida
por el negro templo de la inspiración del recuerdo,
Cruel
memoria,
Perras
locas de ira el círculo fatal de arrogancias
y
la noche,
quien
pregunta las causas por secreto
en
piel herida de todo su desvelo.
[iii]
Ello que de sí al ser puede reconocerse. Nada es falso, todo es mentira.
[iv]
Su experiencia, Triste espacio,
silbido secreto e invocación.
Cada palabra,
su existencia específica es el campo de
significación por imagen al plexo de lo creado,
Eso que se nombra sistema y que se distiende
por sobre el todo,
Presencia efectiva de invocación y asistencia.
Esto esto, éste aquél,
Sí señor, los mismos.
[v]
Traslademos la determinante metódica para la conceptografía de Frege en la
inconsistencia de la denuncia de
Nietzsche para con la lógica y la filosofía por método como ciencia de
la verdad – la moral del error.
El argumento de Frege, de sí, para sí, el ser:
La aprehensión de un contenido
como función de un argumento surte el efecto de una aprehensión formadora de
conceptos.
El interpretarse del argumento a la razón de
su propiedad, ya siempre preescribe la validez del argumento a la razón del
aprehenderse. Así la interpretación no
es fundamento y queda descrita su operación como la sanción del reconocer en
sujeción de voluntad para con la verdad del ser.
Por función, la aprehensión de un contenido,
es aprensión formadora de conceptos. Así el concepto es reconocido simplemente
como institución estética.
Lo aprendido, el simple aprehenderse es
aprehenderse de referencias en totalidad de identidad por signo. Así la lógica
remonta toda enunciación al principio efectivo-práctico de la función en su
operarse; de la representación el ser a sí conferido.
Contenido es confección de ser en
representarse. Argumento es la institución de enunciación de la función de
confección en referirse y así totalizarse.
Todo contenido habita la condición del error.
“Aprehensión formadora de conceptos” y sólo así la forma, la formación, el
ser-ahí de la forma por función, el formarse de la formadora representación- la
confección, no es, es no-ser y en su no-ser por verdad se impone.
Nietzsche, Aurora, 149:
¡El
burdo error! Porque no hay nada más esencial que cuando lo que ya es poderoso,
tradicional y reconocido razonable: ¡recibe así en ojos de todos los que oyen
del hecho la sanción de la razón misma!
¡Respeto vuestras opiniones! ¡Pero las pequeñas acciones divergentes tienen más
valor!
Concepto: recepción del ser ante la vista de
todos los que oyen del hecho la sanción de la razón misma.
Lo puesto por escena al canto, al paso trágico
del ser.
[vi]
Cfr. Tractatus lógico philosophicus:
5.5571 Si yo no puedo indicar las proposiciones elementales
a priori, querer indicarlas debe llevar a un obvio sinsentido.
El surrealismo sólo puede llegar a ser ahí
donde se consumen todas las disposiciones lógicas del trascurso del ser para
con lo moderno en la prescripción del espectador por observación de lo no
observado en el transcurso de su mirar. El símbolo por ocaso de un juego de
perspectivas. Entonces Marcel Proust ha muerto. Que sea el filósofo Habermas [Teoría de la acción comunicativa] quien
hable por nosotros en sus balances y ajustes de juego epistémico:
En nuestro contexto nos importa sobre
todo uno de los resultados de este debate, a saber: el descrédito de la
tentativa de encontrar leyes evolutivas para la cultura, tras haber
interpretado ésta en términos naturalistas. El historicismo destacó la
peculiaridad de la cultura como un ámbito objetual constituido mediante nexos
de sentido, que ciertamente obedece a una legalidad de tipo estructural, pero
no a una legalidad nomológica ni mucho menos a la legalidad que el
evolucionismo naturalista suponía. No deja de ser irónico que fuera
precisamente este desgajamiento que el historicismo llevó a cabo de las
ciencias de la cultura respecto del modelo de la biología y de las ciencias de
la naturaleza en general lo que movió a Max Weber a plantear el problema del
nacimiento y evolución de las sociedades modernas desde el punto de vista
enteramente ahistoricista de la racionalización. Si había que tomar en serio la
crítica historicista, las mutaciones orientadas capaces de inducir procesos
acumulativos tenían que hacerse derivar de la lógica interna de los nexos de
sentido, de las ideas, y no mecanismos evolutivos de los sistemas sociales;
tenían que explicarse en términos estructuralistas y no en virtud de leyes de
la evolución social. Por otro lado, esta herencia historicista impidió a Weber
hacer justicia al funcionalismo sistémico en sus aspectos metodológicamente no
tan discutibles.
Lo más
importante, la comunicación, es lo que menos nos debe importar, que justo es lo
que contamos por ser en confianza. ¿Teoría de la acción comunicativa? Claro, de
la estrategia la instrumentación de la razón a ser. De ello por comienzo toda
sentencia, el saber un deber ser:
En nuestro contexto nos importa
sobre todo uno de los resultados de este debate, a saber…
No olvidemos entonces, muy simple, que todo es
historiograficidad en curso.
[vii]
Extinciones masivas, en referencia al pasado, claro que disponen categorías
absolutas: 150 millones de años.
De ello siempre el ser, por experiencia, se
constituye al ocaso.
[viii]
Y hablar de representación historiográfica seguramente es una estupidez que la
representación, todo representar, representarse, es historiograficidad. Así
luego hablan de hechos.
Hecho es interior de la significación del
evento,
Unidad de ser en entidad atenido por espacio
tiempo al ethos del representarse.
Ser de sí contenido es la realidad de la
función de toda proposición.
[¿Y cual es la identidad del contenido de sí
comprendido por la totalidad del ser a su transcurso?]
[ix] Tractatus
lógico-philosophicus:
3.318 Yo concibo la proposición
como –Frege y Russell- como una función de las expresiones que contiene.
3.32 El signo es la parte del
símbolo perceptible por los sentidos.
5.55 Debemos
ahora responder a priori a la cuestión de todas las posibles formas de las
proposiciones elementales. La
proposición elemental consta de nombres, pero así como no podemos dar el número
de los nombres con diferente significado, tampoco podemos dar la composición de
las proposiciones elementales.
5.551
Nuestro principio fundamental es que toda cuestión que pueda revolverse por, la
lógica, puede resolverse sin más. (Y si llegásemos
a una situación en que tuviésemos necesidad de contemplar el mundo para poder
responder a un tal problema, esto sería señal de que seguíamos un camino
fundamentalmente equivocado.)
5.552
La «experiencia», de la que, tenemos necesidad para entender la lógica, no es
que algo ocurra de tal y tal modo, sino que algo es; pero esto no es
experiencia. La lógica precede a
toda experiencia –que algo es así. Es antes que el cómo, no que el qué.
5.554
La indicación de cualquier forma especial sería enteramente arbitraria.
5.5541 Se debe
poder determinar a priori, por ejemplo, si yo podría encontrarme en la
necesidad de designar algo con el signo de una relación de 27 términos.
5.5542 Pero
¿podríamos hacernos semejante pregunta? ¿Podríamos establecer una forma de
signo sin saber si podría corresponderle algo?
¿Tiene sentido la
pregunta: Qué debe ser, para que algo acaezca?
5.555
Es claro que nosotros tenemos un concepto de la proposición elemental,
prescindiendo de su especial forma lógica.
Pero donde se puedan construir símbolos según un sistema, es este
sistema lo lógicamente importante, y no los símbolos particulares. Y como puede ser posible que yo haya de
ocuparme en lógica de formas que puedo inventar, yo debo, pues, ocuparme de
aquello que me permite inventarlas.
5.556
No puede haber uña jerarquía de las formas de las proposiciones elementales.
Sólo aquello que nosotros mismos construimos puede preverse.
5.5561
La realidad empírica está limitada por la totalidad de los objetos. El límite
aparece de nuevo en la totalidad de las proposiciones elementales. Las jerarquías son y deben ser independientes
de la realidad.
5.5562
Si por razones puramente lógicas nosotros sabemos que debe haber proposiciones
elementales, entonces esto debe saberlo cualquiera que entienda las
proposiciones en su forma no analizada.
5.5563
Todas las proposiciones de nuestro lenguaje corriente están efectivamente, tal
y como son, ordenadas de un modo completamente lógico. La cosa más simple que
nosotros debemos indicar aquí no es una imagen de la verdad, sino la propia
vendad completa. (Nuestros problemas no son abstractos, sino quizá los más
concretos que hay.)
5.557
La aplicación de la lógica decide qué proposiciones elementales hay. La lógica no puede anticiparse a aquello que
se encuentra en su aplicación. Esto es claro: la lógica no puede entrar en
conflicto con su aplicación.
5.6 Los límites de mi lenguaje significan
los límites de mi mundo.
[x]
[el funcionalismo es una instrumentación lógica de gobierno –dialéctica del
amo- en la sujeción por objeto de la crítica kantiana de la razón pura por
constitución metafísica del decurso]
Funcionalismo, dilusión analítica del servicio
en la capitalización del sometimiento por objeto kantiano del subjectum
cartesiano. [¿cuáles son sus transcursos para con la esencia de la libertad al
acontecer del ente por esencia de la verdad?] TÉCNICA [allí se fundan las
metodologías contables del capitalismo, también así sus instrumentaciones
informáticas]
Frege, la conceptografía:
Creo poder hacer muy clara
la relación de mi conceptografía con el lenguaje común(1) si la comparo con la
que hay entre el microscopio y el ojo.(2) Este último, por el campo de su
aplicabilidad y la movilidad con que se sabe adaptar a las más diversas
situaciones, posee gran superioridad frente al microscopio. Considerado como
aparato óptico, muestra sin duda muchas imperfecciones,(3) las cuales pasan
desapercibidas, por lo común, sólo como consecuencia de su estrecha conexión
con la vida mental. Pero tan pronto como los propósitos científicos establecen
mayores exigencias en la precisión de las distinciones, el ojo resulta
insuficiente. Por el contrario, el microscopio es de lo más apropiado para
tales fines, aunque, por ello, no es utilizable para otros.
Así, esta conceptografía
ha sido ideada como un auxiliar para determinados propósitos científicos y no
se la puede sentenciar porque no sirva para otros. Si de algún modo corresponde
a estos fines, no importa que se puedan echar de menos verdades nuevas en mi
trabajo. Me consolaría, sobre esto, la conciencia de que también un desarrollo
del método hace prosperar a la ciencia. Pues Bacon consideró preferible
inventar un medio por el cual se pudiera descubrir fácilmente cualquier cosa, a
descubrir algo particular, y, por cierto, todos los grandes progresos
científicos recientes han tenido su origen en un perfeccionamiento del
método.(5)
También Leibniz conoció la
ventaja de un modo de simbolización adecuado. Su idea de una característica
general, de un calculus philosophicus o raciocinator,2 era tan
gigantesca que el intento de desarrollarla hubo de quedarse en los meros
preparativos. El entusiasmo que prendió en su creador cuando ponderó el inmenso
incremento de la capacidad mental humana que podría surgir de un método de simbolización
apropiado a las cosas mismas,(6) lo hizo estimar demasiado estrechamente las
dificultades que se oponen a una empresa así. Pero si tampoco se puede alcanzar
tan alta meta en un intento, no hay que desesperar de obtener una aproximación
más lenta, paso a paso. Si una tarea parece irresoluble en su plena
generalidad, provisionalmente se la ha de limitar; pues, tal vez, se la logre
vencer por medio de ampliaciones graduales. En los símbolos aritméticos,
geométricos, químicos, se pueden ver realizaciones de la idea leibniziana
respecto a campos particulares.(7) La conceptografía aquí propuesta, además,
añade una nueva a éstas, y ciertamente una situada en el medio paredaño a las
otras. A partir de aquí, por tanto, se abren las más amplias perspectivas para
llenar las lagunas de los lenguajes de fórmulas existentes, para conectar en un
solo dominio campos separados hasta ahora y para ampliarse a campos en los que
tal lenguaje faltaba.
Sobre todo, confío en una
feliz aplicación de mi conceptografía cuando deba ser puesto un valor especial
en la precisión de una prueba, como cuando se trata de los fundamentos del
cálculo diferencial e integral.(8)
Me parece todavía más
fácil extender el campo de este lenguaje de fórmulas a la geometría. Sólo se
han de añadir algunos símbolos para las relaciones intuitivas que ahí
aparecen.(9) De esta manera se obtendría una especie de analysis situs.(10)
El paso a la teoría del
movimiento puro, y aun a la mecánica y a la física, podrían seguirse de aquí.
En los últimos campos, donde junto a la necesidad racional se hace valer la
necesidad natural, es donde primero es de prever un mayor desarrollo del modo
de simbolización de acuerdo con el progreso del conocimiento.(11) Pero, por
eso, no es necesario esperar hasta que parezca excluida la posibilidad de tales
transformaciones.(12)
Si es una tarea de la
filosofía romper el dominio de la palabra sobre la mente humana al descubrirlos
engaños que sobre las relaciones de los conceptos surgen casi inevitablemente
en el uso del lenguaje,(12) al liberar al pensamiento de aquellos con que lo
plaga la naturaleza de los medios lingüísticos de expresión, entonces mi
conceptografía, más desarrollada para estos propósitos, podría ser un
instrumento útil a los filósofos. Ciertamente, tampoco volverá puros a los
pensamientos, como que no es posible otra cosa con un medio de presentación
externo; pero, por una parte, se pueden limitar estas discrepancias a aquellas
inevitables e inocuas y, por otra parte, en virtud de que son de un tipo totalmente
distinto al de las que son propias del lenguaje, se ofrece ya una protección
contra, una influencia unilateral de este medio de expresión. La mera invención
de esta conceptografía, me parece, ha hecho prosperar a la lógica. Espero que
los lógicos, si no se dejan intimidar por una primera impresión frente a lo
extraño, no negarán su asentimiento a las innovaciones a que me vi impelido por
una necesidad inherente al asunto mismo.(14) Estas discrepancias con lo
tradicional encuentran su justificación en que la lógica, hasta ahora, siempre
se ha ajustado muy estrechamente al lenguaje y a la gramática.(15) En especial,
creo que la sustitución de los conceptos de sujeto y predicado por
los de argumento y función, se acreditará con el tiempo.(16) Es
fácil ver cómo la aprehensión de un contenido como función de un argumento
surte el efecto de una aprehensión formadora de conceptos. Más aún, la
demostración de la conexión entre los significados de las palabras sí, y,
no, o, existe, algunos, todos, etc., merece atención.
(1) La institución común del lenguaje. La historicidad total por
trascurso absoluto del decurso de significación: símbolo. [TRAZA A LA
EMERGENCIA DE LA DOCTRINA ESTRUCTURAL]
(2) Productos de la civilización, del producto el poder; así lo
presupuesto en confrontación por analogía, lo natural supuesto [ojo] ante la
técnica compuesta de la máquina en instrumento [microscopio]. Así la analogía
permite la estabilidad de lo considerado. [lo considerado, lo compartido en
participación es, de la doctrina ancestral del método, la remisión pitagórica
al número, el eterno retorno de lo mismo]:
(3) La imperfección sólo es imperfección en la atingencia de la
consideración. Lo considerado, thelos del discurso persuasivo que expone de sí
la creación, se establece por realidad efectiva del transcurso: el idearse de
la idea. [LA CREACIÓN ES UNA IDEOLOGÍA]
(4) Ideología es quien violenta del método por realidad efectiva de la
confección de referencial la extrapolación simbólica para con la norma y regla
–gobierno- de lo existente. [ASÍ SE DETIENEN DISCÍPULOS EN FORMACIÓN POR
SERVIDORES DE UNA REGLA, EUNUCOS POR SEÑORES DE LOS GRANDES PALACIOS DE LA
DIOSA VERDAD]
(5) Sólo de la pretensión del “perfeccionamiento del método” tiene
sentido el habla del [modo].
Del
sentido del [modo], por ideología, el [modelo].
(6) [“método de simbolización apropiado a las cosas mismas”] La cosa
misma, el fenómeno, es el ámbito de asignación de sentido en el signo como
evento propicio de la significatividad y la significación temporal de la
totalidad en transcurso, escrituración de lo escriturable por verdad en
ciencia. [cfr. Heidegger sobre Leibniz] [la apropiado, del sujeto el
apropiarse, es el subjectum cartesiano en CONCIENCIA DE PROPIEDAD POR
ASIGNACIÓN DE DESIGNIO, Yo, el objeto de la crítica trascendental kantiana]
(7) Así al acontecer por totalidad de la civilización, al lenguaje
común la confrontación técnico-ideológica de los [símbolos aritméticos,
geométricos, químicos]. La ILUSTRACIÓN, la realidad efectiva de la idea por
realización. De todo ello lo obviado que en poder dona el ámbito del despliegue
por institución: arte, poesía y decurso institucional del advenir: ESPÍRITU.
[símbolo y simbología, ciertamente un estatuto lógico del poder de las
academias en la sujeción por objeto de la poesía y sus poetas]
(8) [Fundamento] es remisión por totalidad del absoluto [civilización]
en transcurso de historiograficidad; de la razón, su pureza misma en decurso.
(9) Del fundamento lo fundamental en apercepción: INTUICIÓN. Allí así
el ahí del símbolo, su colocación. En ello Frege ante cualquier poeta
decimonónico entre el romanticismo y Rimbaud hacen uno y lo mismo. [allí
Wittgenstein, sobre la lógica simbólica, hablando de lo lógico y lo absurdo]
[cfr. Absurdo para Deleuze, absurdo para Carroll, absurdo para Camus]
(10) La filosofía analítica es sólo la inversión por totalidad al giro.
(11) El método traspuesto por historicidad, la historicidad por
ideología al comienzo del recuerdo, la verdad, lo verdadero. Así la inscripción
por lógica fija el sitial de apropiación al sentido; propicio es del signo el
símbolo por aliento. [nace también el aliento podrido]
(12) Historiograficidad y la necesidad del esperar.
(13) El [dominio de la palabra] sobre [la mente humana] refiere
entonces una reflexión crítica contra el lenguaje común emplazada por
estructura desde lo común propio del lenguaje. Así la conceptografía, al
decurso ideológico de la Ilustración, es historiografía en disolución de la
historicidad del recuerdo en la transposición por espera del transcurso del
recurso por absolución de lo total. Un movilizarse que ciertamente recuerda al
mesianismo cristiano.
(14) “método de simbolización apropiado a las cosas mismas”. [las
innovaciones a que me vi impelido por una necesidad inherente al asunto mismo]
La revolución de los conservadores. [Cfr. Nietzsche sobre Aristóteles, la lógica
y el discurso de innovación de los conservadores] Gaya ciencia, 29. MENTIRAS
RETROSPECTIVAS
Cuando en Francia se empezaron a
combatir las tres unidades de Aristóteles, y por consiguiente también a
defenderlas, se pudo volver a ver algo a menudo verificable, aunque con
malestar; se inventaron razones a partir de las cuales se debían mantener
dichas leyes, para no reconocer sencillamente que se estaba habituado a su
imposición y que ya no se quería cambiarlas. Lo mismo sucede desde siempre en
el seno de toda moral y de toda religión imperantes; las razones y las
intenciones que estarían detrás de un hábito no son atribuidas sino por una
mentira retrospectiva, desde el momento en que algunos empiezan a criticar un
hábito y a interrogarse sobre sus intenciones y sus razones. En esto consiste
la enorme falta de probidad de los conservadores de todos los tiempos; son
mentirosos retrospectivos.
Así la historiografía vuelve un recurso
de verificación en validación de aserciones lógicas.
(15) [Estas discrepancias con lo tradicional encuentran su
justificación en que la lógica, hasta ahora, siempre se ha ajustado muy
estrechamente al lenguaje y a la gramática.] [LÓGICA, MAQUINISMO E
IMPERIALISMO] Esta es la demolición de Aristóteles para con Aristóteles mismo.
Así los decorados caen sólo para decorar una vez más. Austria teje grandes
palacios, Klimt en el simbolismo pinta nuevos retablos, así luego Nietzsche se
entera de lo que cabe enterarse y piensa el ser en el motivo de su acontecer.
El lenguaje, las categorías del Órganon, la gramática, los tópicos del Órganon,
en la arqueología conservada por pureza de la institución. LA METAFÍSICA.
(16) [argumento] y [función] por [sujeto] y [objeto], así los lectores.
De la naturaleza metafísica predicada por Aristóteles, la historiograficidad
por lógica inmanente de la CLARIDAD en la acreditación técnica del transcurso
operado. En el [argumento] de Frege, en la [función] de Frege, la doctrina del
Deux ex maquina por lógica argumental. De allí a Whitehead y Russel, de ahí a
Wittgenstein. Así el mentalismo al que se arroja toda la civilización
anglosajona en la imposición de su cultura de Mundo. [Wittgenstein diría que no
es doctrina, ciertamente un dios oscuro los alumbra] [Y esto es CLARO, no somos
nosotros los bizantinos. A la ausencia del diálogo, la paranoia habita todo
debate en las escuelas anglosajonas. Cfr. A Kripke, Wittgenstein a propósito de
reglas y lenguaje privado. Una exposición elemental, p. 23, n. 8:
Quizá deba hacer una observación con
relación a expresiones tales como «Mediante 'más' quise decir cuas (o más)»,
«Mediante 'verde' quise decir verde», etc. No conozco ninguna convención
satisfactoria aceptada para indicar el objeto del verbo «querer decir» («mean»).
Hay dos problemas. Primero, si se dice «Mediante 'la mujer que descubrió el
radio' quise decir la mujer que descubrió el radio», el objeto puede
interpretarse de dos maneras. Puede estar por una mujer (Mane Curie), en cuyo
caso la aserción es verdadera sólo si «quise decir» se utiliza queriendo decir
me referí a (que es un uso legítimo); o puede utilizarse para denotar el significado
de la expresión entrecomillada, que no es una mujer, en cuyo caso la
aserción es verdadera cuando «quise decir» se usa en su sentido normal y
corriente. Segundo, según queda ilustrado por «me referí a», «verde», «cuas»,
etc., que nos han aparecido más arriba como objetos de «quise decir», es
necesario utilizar de un modo forzado diversas expresiones en posición de
objeto, en contra de la gramática normal. (Las dificultades de Frege concernientes
a la insaturación están relacionadas con esto). Ante ambos problemas, uno se ve
tentado a poner el objeto entre comillas, igual que el sujeto. Pero tal
proceder entra en conflicto con la convención de la lógica filosófica según la
cual un entrecomillado denota la expresión entrecomillada. Hay algunas «marcas
de significado», como las propuestas por ejemplo por David Kaplan, que podrían
resultar de utilidad aquí. Si no se tiene reparo en ignorar la primera
dificultad y se usa siempre «quiere decir» queriendo decir denota (para la
mayoría de los propósitos del presente escrito, semejante lectura serviría al
menos tan bien como lo liaría una lectura intensional; a menudo, hablo como si
lo que se quiere decir mediante «más» fuese una función numérica), entonces
el segundo problema podría llevarnos a nominalizar los objetos («más» denota la
función más, «verde» denota el verdor, etc). Barajé la posibilidad de utilizar
cursivas («'más' quiere decir más»; «'quiere decir' puede que quiera
decir denota»), pero decidí que normalmente (excepto cuando las cursivas
sean apropiadas por otra razón, en especial cuando se introduce por vez primera
un neologismo como «cuas») escribiré el objeto de «querer decir» al modo de un
objeto normal y corriente. La convención que he adoptado resulta forzada en el
lenguaje escrito, pero suena de modo bastante razonable en el lenguaje hablado.
Dado que las distinciones de uso y
mención son importantes para el argumento según yo lo formulo,(A) procuro
acordarme de utilizar comillas cuando se está mencionando una expresión. Sin
embargo, también las utilizo para otros cometidos, cuando el español escrito
normal, no filosófico, permite recurrir a ellas (por ejemplo, en el caso de
«'marcas de significado'», del párrafo precedente; o de
«'cuasi-entrecomillado'», en la oración que sigue a ésta). Los lectores a
quienes resulte familiar el «cuasi-entrecomillado»(B) de Quine se darán cuenta
de que en algunos casos utilizo el entrecomillado ordinario cuando la puridad
lógica requeriría usar el cuasi-entrecomillado o algún dispositivo similar. No
me he preocupado de ser cuidadoso acerca de esta cuestión, porque confío en
que, en la práctica, los lectores no se confundirán.
(a)
El argumento, una ecuación a fórmula.
Cuando el juicio llegue a un juego así
No
es lógica, es canción.
(b)
Cuasi entrecomillado a la Quine, vaya, la dictadura de los
lectores.
Y cómo toda buena
dictadura, su efecto es invisible: de voz se va y de voz se sirve: historia de
los afectos y las confesiones de los ex primeros ministros británicos;
El
poder vuelve quien viene.
Confrontar
ante las sentencias de ecuanimidad de sus reinas y reyes.
Confrontar
ahí con los argumentos trágicos de los reyes shakespereanos.
Encargar
entonces una morfología del caso.
[Y
tienes a diez doctores de letras modernas haciéndote maquila académica
pos-industrial]
[bueno,
no ello sí tienen trabajo en Quick leaning]
[xi]
Cada verso, una letra, es el mundo entero.
Stephan Mallarmé, El azul:
EL AZUL
LA serena ironía
del eterno azul abruma,
Bella indolentemente
cual las flores,
Al poeta
impotente que su genio maldice
A través de un
estéril desierto de dolores.
Al huir, cerrados
los ojos, siento que mira,
Con la intensidad
de un atroz remordimiento,
Mi alma vacía.
¿Adónde huir? ¿Con qué hosca noche
Ocultar, harapos,
su angustiante desdén?
¡Subid, nieblas!
Esparcid en el cielo vuestras
Monótonas cenizas
que con jirones de bruma
Cubrirá del otoño
el lívido pantano.
¡Y levantad un
techo vasto y silencioso!
Y tú, Hastío, sal
de los estanques leteos
Y recoge al venir
limo y pálidos juncos,
Para tapar del
todo con mano infatigable
Los huecos azules
que hacen con maldad las aves.
¡Más aún: que
humeen sin pausa las tristes chimeneas
Y que una errante
cárcel de hollín extinga
En medio del
horror de sus negras estelas,
El sol
amarillento que se pone a lo lejos.
Muerto está el
cielo—. A ti acudo, Materia:
Haz que olvide el
cruel Ideal y el Pecado
Este mártir que
viene a compartir el lecho
Donde el feliz
rebaño humano está acostado,
Pues allí quiero,
ya que mi cerebro vacío,
Cual pote de
afeites dejado al pie de un muro,
Perdió el arte de
pulir la Idea sollozante,
Lúgubre, bostezar
hacia una muerte oscura...
¡En vano! ¡El
Azul triunfa y le oigo cantar
En las campanas!
Alma mía, voz se vuelve
Para darnos más miedo
con su aviesa victoria,
Y del vivo metal
brota en ángelus celestes!
Y, antiguo, rueda
por la bruma y atraviesa
Tu natal agonía
como una espada firme.
¿Adónde huir en
la revuelta inútil y perversa?
Estoy
obsesionado. ¡El Azul, el Azul, el Azul!
L'AZUR
DE
l'éternel azur le sereine ironie /Accable, belle indolemment comme les fleurs,
/Le poëte impuissant qui maudit son génie /A travers un désert stérile de
Douleurs. //Fuyant, les yeux fermés, je le sens qui regarde /Avec l'intensité
d'un remords atterrant, /Mon âme vide. Où fuir? Et quelle nuit hagarde /Jeter,
lambeaux, jeter sur ce mépris navrant?//Brouillards, montez! Versez vos cendres
monotones
/Aves de
longs haillons de brume dans les cieux / Qui noiera le marais livide des
automnes/
Et bâtissez
un grand plafond silencieux!// Et toi, sors des étangs léthéens et ramasse/ En
t'en venant la vase et les pâles roseaux,/ Cher Ennui, pour boucher d'une main
jamais lasse/ Les grands trous bleus que font méchamment les oiseaux.// Encor!
que sans répit les tristes cheminées/ Fument, et que de suie une errante
prison/ Éteigne dans l'horreur de ses noires tramées/ Le soleil se mourant
jaunâtre à l'horizon!//
—Le Ciel
est mort—. Vers toi, j'acours! donne, ô matière,/ L'oubli de l'Idéal cruel et
du Péché/ A ce martyr qui vient partager la litière/ Où le bétail heureux des
hommes est couché, // Car j'y veux, puisque enfin ma cervelle, vidée/ Comme le
pot de fard gisant au pied du mur,/ N'a plus l'art d'attifer la sanglotante
idée,/ Lugubrement bâiller vers un trépas obscur...// En vain! l'Azur triomphe,
et je l'entends qui chante/ Dans les cloches. Mon âme, il se fait voix pour plus/ Nous faire peur
avec sa victoire méchante,/ Et du métal vivant sort en bleus angélus!// Il
roule par la brume, ancien et traverse/ Ta native agonie ainsi qu'un glaive
sûr;/ Où fuir dans la révolte inutile et perverse?/ Je suis hanté. L'Azur!
l'Azur! l'Azur! l'Azur!
Arthur Rimbaud, Vocales:
VOCALES*
A negro, E
blanco, I rojo, U verde, O azul: vocales
algún día
diré vuestro nacer latente:
negro corsé
velludo de moscas deslumbrantes,
A, al
zumbar en tomo a atroces pestilencias,
calas de
umbría; E, candor de pabellones
y naves,
hielo altivo, reyes blancos, ombelas
que
tiemblan. I, escupida sangre, risa de ira
en labio
bello, en labio ebrio de penitencia;
U, ciclos,
vibraciones divinas, verdes mares,
paz de
pastos sembrados de animales, de surcos
que la
alquimia ha grabado en las frentes que estudian.
O, Clarín
sobrehumano preñado de estridencias
extrañas y
silencios que cruzan Mundos y Ángeles:
O, Omega,
fulgor violeta de Sus Ojos.
*[“[…] la
mejor muestra de cómo la imbecilidad o la astucia del crítico construyen
universos gratuitos cuando la poesía toca el borde chistoso de lo inefable” ]
[xii]
El espíritu es el tiempo-espacio que sólo Dios habita.
[xiii]
Constructividad de la doctrina de la estructura:
Kant, Crítica a la razón pura, Prólogo 2°
edición, N. 10:
Así las leyes centrales de los
movimientos de los cuerpos celestes proporcionaron a lo que Copérnico (1) al
principio admitió solo como hipótesis, una certeza decisiva, y probaron al
mismo tiempo la invisible fuerza que mantiene la estructura del mundo (la
atracción de Newton). Ésta hubiera permanecido para siempre sin
descubrir, si el primero no se hubiera atrevido a buscar, de una manera
contraria a los sentidos pero sin embargo verdadera, los movimientos
observados, no en los objetos del cielo, sino en el espectador.
Crítica a
la razón pura, Prólogo, 2° edición, referente a la corrección y pruebas de
corrección del Texto de la Crítica a la razón pura:
En las proposiciones mismas y sus
pruebas, así como en la forma e integridad del plan, nada he encontrado que
cambiar; cosa que atribuyo en parte al largo examen a que los he sometido antes
de presentar este libro al público, y en parte también a la constitución de la
cosa misma, es decir a la naturaleza de una razón pura especulativa, que tiene
una verdadera estructura, donde todo es órgano, es decir donde todos están para
uno y cada uno para todos y donde, por tanto, toda debilidad por pequeña que
sea, falta (error) o defecto, tiene que advertirse imprescindiblemente en el
uso.
Crítica la razón pura, Ibidem, [Del sistema su
estructura, la consideración por unidad]
Todo discurso filosófico puede ser
herido en algún sitio aislado (pues no puede presentarse tan acorazado como el
discurso matemático); pero la estructura del sistema, considerada en unidad, no
corre con ello el menor peligro, y abarcarla con la mirada, cuando el sistema
es nuevo, es cosa para la cual hay pocos que tengan la aptitud del espíritu y,
menos aún, que posean el gusto de usarla, porque toda innovación les incomoda.
Immanuel Kant, Prolegómenos a toda metafísica
futura que pretenda presentarse en Ciencia, Prólogo:
Pero la razón pura es una esfera tan
aislada, tan completamente interconectada en sí misma, que no se puede tocar
ninguna de sus partes sin conmover también todas las restantes, y no se puede
efectuar nada, sin haber determinado previamente el lugar de cada parte y su
influjo sobre las demás: porque, ya que fuera de esta esfera no hay nada que
pudiese corregir nuestro juicio dentro de ella, el uso y la validez de cada
parte dependen de la relación en que está con las partes restantes en la razón
misma y, como ocurre con la estructura de un cuerpo orgánico, la finalidad de
cada miembro sólo puede ser deducida del concepto completo del todo.(1) Por eso
se puede decir de tal crítica, que nunca será digna de confianza, si no está acabada
enteramente y hasta en el menor elemento de la razón pura, y que en la
esfera de esta facultad se debe, o bien determinar o establecerlo todo, o
no determinar ni establecer nada.(2)
Kant, Prolegómenos, ibídem:
He aquí un tal plan que sigue a la
obra acabada, un plan que puede ser trazado ahora según un método
analítico, ya que la obra misma debió ser compuesta enteramente según el modo
sintético de exposición, para que la ciencia pusiese a la vista todas sus
articulaciones en sus conexiones naturales, como la estructura orgánica de una
facultad completa y particular de conocimiento. Quien encuentre que también
este plan, que antepongo, como prolegómenos, a toda metafísica futura, es a su
vez oscuro, considere que no es necesario que todos estudien metafísica; que
hay muchos talentos que progresan muy bien en ciencias sólidas y aun profundas,
más cercanas a la intuición, talentos, empero, que no alcanzan ese progreso en
investigaciones con puros conceptos abstractos; y que, en tal caso, uno debe
aplicar sus dotes espirituales a otro objeto; pero que quien se proponga
formarse un juicio sobre la metafísica, o aun concebir una tal, debe satisfacer
completamente las exigencias aquí expuestas,(3) ya sea que lo haga aceptando mi
solución, o refutándola radicalmente y proponiendo otra en su lugar -pues no
puede ignorar tales exigencias-; y que, por fin, la oscuridad tan criticada
(disfraz habitual de la propia indolencia o estupidez) tiene también su
utilidad: pues todos los que guardan un silencio prudente respecto de otras ciencias,
hablan magistralmente y deciden con osadía en cuestiones de metafísica, ya que
ciertamente su ignorancia no contrasta aquí claramente con la ciencia de otros;
pero sí contrasta con principios críticos legítimos, de los cuales se puede
decir por tanto con alabanza: Ignavum, fucos, pecus a praesepibus arcent.
Virg.
Kant, prolegómenos, § 5, ¿Cómo es posible un conocimiento por razón
pura?
Una de las novedades de los Prolegómenos
respecto de la Crítica de la razón pura es el empleo del método
analítico de exposición.(4) Es muy difícil hallar una proposición dada, que
esté muy alejada de los principios de un sistema, si se pretende llegar a ella
a partir de esos principios. Habría que recorrer, para ello, largas cadenas
deductivas, quedando uno siempre expuesto a errar el camino y a ir a parar a
proposiciones alejadas de la que se quería obtener (ya que no siempre se
conocen todos los pasos-que ligan la proposición buscada con los primeros
principios). Por ello, es preferible proceder al revés: no partir de los
principios, sino de la proposición buscada, y retroceder, de ella, a las
condiciones de las que depende, y de éstas, a otras anteriores, hasta alcanzar
alguna cuya conexión con los principios mismos sea conocida. Así se puede
establecer, con menor trabajo, la legitimidad de una proposición. Esto puede
resultar más claro si se imagina que el sistema deductivo tiene una estructura
arborescente. Supongamos que del primer principio, 1, se dedujesen los
principios subsidiarios (teoremas) 2, 3, 4; que del teorema 2, luego, se
obtuvieran las proposiciones 5, 6 y 7; que del teorema 3 se obtuvieran las
proposiciones 8 y 9; y que del teorema 4 se obtuvieran las proposiciones 10,
11, 12 y 13.
Kant,
Crítica a la razón práctica, Prólogo, la disposición de la estructura por
argumentación racional del todo [RETÓRICA]:
¿Por qué esta crítica no lleva el
título de Crítica de la razón práctica pura, sino simplemente de la
razón práctica, a pesar de que el primero parece exigido por el paralelismo de
esta razón con la especulativa? Lo explica suficientemente este estudio. Su,
propósito es exponer que existe una razón práctica pura, y con este designio
critica toda su facultad práctica.(5) Si lo logra, no necesita criticar la
facultad pura con el objeto de ver si la razón no va con esa facultad más allá
de una mera presunción (como seguramente sucede con la especulativa), pues si
como razón pura es realmente práctica, demuestra su realidad y la de sus
conceptos mediante hechos, y en vano será todo sutilizar contra la posibilidad
de que sea real. (7)
Kant, Crítica
a la facultad de juicio, § LX, De la finalidad objetiva de la
naturaleza:
[…] la finalidad objetiva, como
principio de la posibilidad de las cosas de la naturaleza, está tan lejos de
conformarse necesariamente con el concepto de la misma, que ella es la que se
invoca para probar la contingencia de la naturaleza y de sus formas. En efecto;
cuando se habla de la estructura de un ave, de las células formadas en sus
huesos, de la disposición de sus alas para el movimiento, de la de su cola que
le sirve como de timón, después se dice que todo esto es contingente, si se le
considera relativamente al simple nexus afectivus de la naturaleza, y no se
invoca todavía una especie particular de causalidad, la de los fines (nexus
finalis), es decir, se muestra que la considerada como simple mecanismo, habría
podido tomar otras mil formas, sin quebrantar la unidad de este principio, y
que por consiguiente, no se puede esperar hallar a priori la razón de esta
forma en el concepto mismo de la naturaleza, sino que es necesario buscarlo
fuera de este concepto.
Kant,
Crítica a la facultad de juicio, § LXV Del principio del juicio de la
finalidad interior en los seres
organizados
Este principio puede definirse o
anunciarse de este modo: una producción organizada de la naturaleza es aquella
en la cual todo es recíprocamente fin y medio. Nada hay en ella inútil, sin
objeto, esto es, que no deba referirse a un mecanismo ciego de la naturaleza.
Este principio, considerado en su
origen, debe, ciertamente derivarse de la experiencia, de esta experiencia que
se establece metódicamente y que se llama observación; mas la universalidad y
la necesidad que se afirma de esta especie de finalidad prueban que no descansa
únicamente sobre principios empíricos, sino que tiene por fundamento algún
principio a priori, aun cuando este no sea más que un principio regulador, y
estos fines no residan más que en la idea de los que juzgan y no en una causa
eficiente. Se puede, pues, llamar este principio una máxima del juicio de la
finalidad interna de los seres organizados.
Se sabe que los que disecan las
plantas y los animales, para estudiar en ellos la estructura, y poder reconocer
por qué y con qué fin les han sido concedidas ciertas partes(9), por qué tal
disposición y tal colocación de las mismas, y precisamente esta forma interior,
admiten como indispensablemente necesaria la máxima de que nada existe en vano
en estas creaciones, y le conceden un valor igual al de este principio de la
física general, de que nada sucede por casualidad. Y, en efecto, ellos no
pueden rechazar este principio teleológico con más motivo que el principio
universal de la física; porque del mismo modo que en la ausencia de este último
no habría experiencia posible en general, así también sin el primero, no habría
guía para la observación de una especie de cosas de la naturaleza que hemos
concebido una vez teleológicamente bajo el concepto de fines de la misma.
En efecto, este concepto introduce la
razón en un orden distinto de cosas que el del puro mecanismo de la naturaleza,
que no puede aquí satisfacernos. Es necesario que una idea sirva de principio a
la posibilidad de la producción de la naturaleza. Mas como una idea es una
unidad absoluta de representación, mientras que la materia es una pluralidad de
cosas que por sí misma no puede suministrar ninguna unidad determinada de
composición, si esta unidad de la idea debe servir como principio a priori para
determinar una ley natural para la producción de la forma de este género, es
necesario que el fin de la naturaleza se extienda a todo lo que se halle
contenido en su producción. En efecto, desde que para explicar un cierto efecto
buscamos por cima del ciego mecanismo de la naturaleza, un principio
supra-sensible y lo referimos a aquel en general, debemos juzgarle en absoluto
conforme a este principio y no hay razón para mirar la forma de esta cosa como
dependiente todavía en parte del otro principio, porque entonces, en la mezcla
de principios heterogéneos, no habría regla segura para el juicio.
Se puede, sin duda, concebir, por
ejemplo, en el cuerpo del animal, ciertas partes como concreciones formadas
según leyes puramente mecánicas (como la piel, los huesos, los cabellos). Mas
es necesario siempre juzgar teleológicamente la causa que suministra la materia
necesaria, que la modifica así y la deja en los sitios convenientes, es decir,
que todo en este cuerpo debe considerarse como organizado, y que todo también,
en cierta relación con la misma cosa, es órgano a su vez.(10)
(1) Aquí
se inscribe la readecuación de la metafísica aristotélica a la interpretación
de la temporalidad del Mundo por su diferencial; de la hipótesis copernicana al
movimiento a la doctrina de la “visión de mundo” por “filosofía” la única
diferencia es el nivel de ingeniería del transcurso ideológico. No hay ninguna
mantensión a la estructura del Mundo, el mundo es, la gravedad comprende, la
estructura se imagina. ¿Descubrimiento? Imaginarse, razón del método. Del
imaginar el ser-ahí se comprende; al comprenderse gobierna el decurso en el
transcurso lógico de la idea.
El mundo pertenece a quien lo domina; el
dominio hace en el nombrarse, al nombrarse explica. El mundo pertenece a quien
más y mejor lo explica.
A la doctrina de “visión de mundo” por
filosofía, todos los usos de “filosofía” y de lo filosófico por Marx.
(2) Ya
esta simple consideración presupone por historiograficidad del método que uno,
nosotros, el yo quien concibe, posea no solo del concepto su verdad en medida,
sino por método lo verdadero de lo concepción en una doctrina, la doctrina
misma que sanciona en validez de comprobación la totalidad de los respectos y andanzas
del método en su verificación y demostración teórico-material.
(3) Así
la razón pura es sólo la sintaxis que los lógicos posteriores detentan como el
principio del mundo, su todo. La lógica simbólica es un materialismo que toma
de sí, la enunciación, la certeza del enunciado por naturaleza absoluta de la
totalidad productora de la naturalidad del conocimiento. [cfr. El “ingreso” del
Yo a la filosofía] [atiende de la lírica post-hesiódica al siglo XVII]. Un
reconocerse tan simple al fondo del todo. Del sí mismo, el movimiento en
totalidad de los saberes, la figuración requiere por necesidad –una única
necesidad refiere con ello Wittgenstein- una certeza absoluta. Ahí el
organicismo, el órgano y la antropología del cuerpo, su carne, por totalidad
verificadora de todo oprobio, ello en que la filosofía misma se detenta:
autoridad.
(4) El
satisfacer, la contraparte del goce, es de la dialéctica la totalidad por
absumición de la verdad en obediencia, al órgano, el cuerpo de la investigación
–el método tan sólo- atiéndase esa antigua indagación que vincula el evento
apropiador, la simultaneidad en acontecimiento para con la verdad, desde la
disposición sometimiento de lo femenino.
De la sintaxis formal de nuestra lógica, la
asignación del signo por símbolo de nuestra arbitrariedad e imposición por
sistema al decurso de las cosas, el
trascurso para con la prosa a la legalidad de sus inscripciones para con la
adscripción metódica de la esencia de la verdad. Cabe por ser el Estado.
(5) El
método era un método de inducción del pensamiento de uno ante el otro en la
explicitación dialogal de los principios activos en la constitución de los
planteamientos. ¿Cómo así llegó a regir la totalidad de los esquemas
plásticos-doctrinales en la que el supuesto sistema emerge? [cfr. (SISTEMA)] De
ello, que si en la Crítica a la razón
pura la cuestión se enuncia “el problema propio de la razón pura está encerrado
en la pregunta: ¿Cómo son posibles juicios sintéticos a priori? ” es decir,
cómo es posible conocer una razón pura, el planteamiento del problema para los
Prolegómenos es y estriba simplemente escandaloso: “¿ Cuestión general de los Prolegómenos:
¿Cómo es posible un conocimiento por razón pura?”. La duda de un
planteamiento de investigación es simplemente, para los Prolegómenos, su certeza.
De allí luego la transformación de la pregunta en la reificación de los
predicados lógicos inducidos por sistema a la exposición misma:
¿Cómo
son posibles juicios sintéticos a priori?
¿Cómo
es posible un conocimiento por razón pura?
¿Cómo es posible
la matemática pura?
¿cómo es posible
a la razón humana producir tal conocimiento enteramente a priori? [AQUÍ
EL SUPUESTO DEL SER CONOCIDO NO APOYADO NI APOYADO EN EXPERIENCIA] [LA
REFERENCIA AL MUNDO POR HISTORIOGRAFICIDAD]
¿Cómo
es posible la ciencia pura de la naturaleza?
¿cómo es posible
intuir a priori algo?
¿cómo es posible conocer a priori la
conformidad necesaria de las cosas, como objetos de la experiencia, a
leyes? ¿cómo es posible conocer a priori la conformidad necesaria de la
experiencia misma por lo que respecta a todos sus objetos en general, a leyes?
[METAFÍSICA=EXPERIENCIA MISMA, POR LO QUE RESPETA A TODOS SUS OBJETOS EN
GENERAL, LEYES] [el sujeto así se espeta, nace del ser-así el imperativo,
supresión del ahí por el sistema] [luego la razón, por principio, no es cosa,
tampoco entonces los principios] [¿qué se hace de ello a la circunvolución del
tiempo?]
¿Cómo es
posible la naturaleza misma?
¿Cómo es posible
la metafísica en general?
¿Cómo
es posible la metafísica como ciencia?
Piensa entonces cuál es el orden compositivo que la
historiografía moderna y contemporánea asume para con
Aristóteles
en la inscripción de sus pensamientos a
la precomprensión de lo suyo, la filosofía por ciencia de la verdad, en
sistema. La filosofía primera será la última; después en ser, todos los
principios.
(6)
La
existencia misma de lo supuesto es, a su suposición, existente; a su
suposición, su estructura la experiencia, de la experiencia la razón y de la
razón su verdad, lo real de suyo es real y todo lo dispuesto. La [EXPERIENCIA],
coacción interpretativa de la lógica pura, a la metafísica aristotélica, a la
disposición de la lógica por órganon para con la constitución de la lógica
trascendental como lógica pura, la experiencia es asumida por totalidad de la
conciencia como el Ser. Así de Aristóteles, la lógica y la experiencia para con
Kant, a la conciencia y la duda como duda del Yo en la experiencia racional del
espacio hasta el espacio racional de la duda como experiencia del Yo. ¿Qué va
de ello? La historiograficidad en lo absoluto de su transcurso. NO HAY SENTIDO,
EL JEFE ES EL SENTIDO A RAZÓN DE SU ARBITRARIEDAD. [la estabilidad lógico referencial del Mundo
para el Poder] [TODO LO TORCIDO, ES DERECHO, TODO LO ARBITRARIO ESTÁ CUADRADO]
[LA NECESIDAD QUE INSCRIBE EL MUNDO A RAZÓN DE DEUDA][ESA NECESIDAD ES LA
FORMA, Y ES DEL MUNDO EN TOTALIDAD, SU ÚNICA NECESIDAD] [A LA OBLIGACIÓN POR
PODER DE LA FORMA LA TOTALIDAD DE LAS CERTEZAS]
(7)
Si la
mentira se devela falsa, todo a su interior es verdadero. Luego por el ser se
instrumenta y así, el mundo, coloca por figura las cosas en realidad. Todo lo
falso retorna poder, de nuevo es tu poder sobre las cosas. [México FUNCIONA
como rancho metafísico de la hondonada] [al poder, el poder mexicano es un
poder en México. Nuestro país no existe sino a razón de representarse en el
esquema económico de las cosas. Así, por inducción de razones nuestro gobierno.
Neoliberales sus políticas los últimos cuatro sexenios] [Ciertamente a la
cosas, un rancho de idiotas] [mundo de recetas, mundo por recetas, una cocina
de señores sirviendo señores a marineros]
(8)
Y por
realidad no se inscribe otra cosa que PRESENCIA EFECTIVA. Lo real, el
presentarse en consistencia del ser para con el anuncio de la realidad, es del
ser por acontecimiento su medida. Así la experiencia, la estructura lógico
interna de la totalidad es absoluta en la disposición de sí a su medida. Medir
y ser medido, así luego la prescripción de las doctrinas trascendentales. [los
requisitos al emplazamiento de Dios]. La libertad kantiana es la miseria de los
miserables:
El
concepto de libertad, en la medida en que su realidad pueda demostrarse
mediante una ley apodíctica de la razón práctica, constituye la coronación de
todo el edificio de un sistema de la razón pura, aun de la especulativa, y todos
los demás conceptos (Dios y la inmortalidad) que en ésta carecen de apoyo como
meras ideas, se enlazan con este concepto, y con él y gracias a él adquieren
existencia y realidad objetiva, es decir, que su posibilidad se demuestra por
el hecho de que la libertad es real, pues esta idea se revela mediante la ley
moral.
(9) El
estructuralismo es un evolucionismo.
(10) No hay ninguna concesión del ser para con las
partes. No hay partes, el cerebro no existe. La observación, justicia de la
experiencia, es un representarse del representar representaciones afectivas. La
afección, de sí el representarse del ser para con el ahí del ser-ahí, dispone
del sí, el sí mismo; la medida del acontecimiento por el ser en totalidad, lo
dispuesto por interior, recién así llamado hombre, es el absoluto, ser del ser
el abismo en la arbitrariedad de todos los juicios. Al poder, su poder, en el
establecimiento del sitio del poder, todo es legal. Autoridad a sí se nombra,
del poder se reconoce. Las cuentas cuadran, las instituciones avanzan y el
sistema se mantiene. A la Crítica no le importa quién pague los platos rotos.
(11) Nace así la plástica contemporánea. El mayor sueño
de nuestras funcionarias públicas, en el Estado Mexicano, es hacerse la lipo,
operarse la nariz, ponerse busto y hacerse las nalgas redondas y torneadas.
¿Trabajo? Para ello mi cirujano estudió catorce años y cobra por todo un ojo de
la cara. ¿De dónde se cuadren las cuentas? ¡Qué importa! El país es quien lo
paga.
¿Qué hemos dicho así por ahí entonces
respecto a todos los principios? Del mecanicismo al organicismo, luego así la
constitución plástica de los Estados. Metahistoria la nombraron los americanos
a principios de los setenta.
[BP1]Hecho
es interior de la significación del evento,
Unidad de ser en entidad atenido por espacio tiempo al
ethos del representarse.
Ser de sí contenido es la realidad de la función de
toda proposición.
[¿Y cual es la identidad del contenido de sí
comprendido por la totalidad del ser a su transcurso?]
[BP2]La
jerarquía del acontecimiento