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jueves, 15 de agosto de 2013

ESTUPIDECES PRÁCTICAS | §. 5. Comprensión de la temporalidad de su contextura: Las ideologías científicas en la revolución temática de las filosofías.


§. 5. Comprensión de la temporalidad de su contextura[i]: Las ideologías científicas en la revolución temática de las filosofías.

 

Es que el horizonte de los lingüistas se ha ampliado.

Todos los tipos de lenguas adquieren títulos iguales como representaciones del lenguaje.

Emile Benveniste

La significación no funda la verdad sin hacer también posible el error.

Gilles Deleuze

 

El lenguaje, su estudio científico, se ha remitido a la cuantificación de la materialidad. La materialidad se verifica por signo, la verificación se instrumenta del lenguaje en constatación material, signo;[ii] luego por sólida presencia se nombra en existencia la realidad efectiva. Signo. El mundo es simple, claro y azul.[iii]

 

Y es que su remisión, por demás, no es un suceso contemporáneo,  es un signo,[iv] y como un signo habita en proceso. La remisión es la temporalidad de emplazamiento del método por estructura propia: de la Filosofía misma el evento científico.[v] Por espacio de la filosofía, el filosofar asiste al arrastre histórico del método, historiograficidad entonces.  Benveniste, Ojeada al desenvolvimiento de la lingüística:

 

Todos saben que la lingüística occidental nace en la filosofía griega. Todo proclama tal filiación. Nuestra terminología lingüística está constituida en gran parte por términos griegos adoptados directamente o en su traducción latina.[vi] Pero el interés que los pensadores griegos concedieron bien pronto al lenguaje era exclusivamente filosófico. Razonaban sobre su condición original -el lenguaje, ¿es natural o convencional?-, mucho más que estudiaban su funcionamiento. Las categorías que instauraron (nombre, verbo, género gramatical, etc.) descansan siempre sobre fundamentos lógicos o filosóficos. Durante siglos, de los presocráticos a los estoicos y alejandrinos, y luego en el renacimiento aristotélico que prolonga el pensamiento griego hasta el fin de la Edad Media latina, la lengua sigue siendo objeto de especulación, no de observación. Nadie se ha cuidado entonces de estudiar y de describir una lengua por sí misma, ni de verificar si las categorías fundadas en gramática griega o latina tenían validez general. Semejante actitud no cambió nada hasta el siglo XVIII.

 

El lenguaje como símbolo habita el proceso. El parricidio. ¿Lo exclusivamente filosófico? Una legalidad ¿Y quién emplaza por escenario la disputa Especulación V.s. Observación? La diferencia signo símbolo, un cobro de interés causado pronto a la concesión. ¿Quiénes asisten? Naturaleza y Convención. Luego el estudiar del estudio; entonces la constitución metódica.[vii] Ahí la materia se infiere.[viii]

 

Y si todas las cosas fuesen cualidades o cantidades, haya sustancia o no la haya, entonces sería absurdo, si hay que llamar absurdo a lo imposible.[ix]

 

El Mundo así vuelve. Del estudio filosófico el estudio científico. Desde la materia atenida en predicado a la sustancia, la naturaleza, la organización misma por cosa. ¿El método científico? Su nombrarse, el camino a la pureza.[x]

 

Materialidad, el signo que comporta el tránsito de la meditación atenida al origen de la lengua a la meditación atenida en sus funciones, cosa y cosa, es el funcionamiento en proceso,[xi] la institucionalidad gestada, inspirada y auspiciada al derecho estatuto de las categorías. Benveniste, Problemas, Estructuralismo y lingüística:

 

[Chomsky] considera la lengua como producción, lo cual es del todo diferente. El estructuralista tiene que empezar por constituir un Corpus. Así se trate de la lengua que usted y yo hablamos, primero hay que registrarla, que ponerla por escrito. Decidamos que está representada por tal o cual libro, por 200 páginas de texto que acto seguido serán convertidas en material, clasificadas, analizadas, etc. Hay que partir de los datos.

 

Luego el Estado. El argumento es la estructura narrativa de la historiograficidad. Cosa. “La lengua que usted y yo hablamos […] ponerla por escrito”. Una, una lengua tan sólo, total ella, la misma. Cosa. Su sistema fonológico es lo que se nombra Lenguaje. La historiograficidad es el emplazamiento de estructura del corpus. Del corpus la armazón monologal de toda prosecución metodológica en la presentación del dato analítico, del lenguaje por análisis su función, concurrrida, ocurrente y explicada, adscrita por generalidad al espacio universal de lo eterno; la verdad científica, el quantum.[xii]

 

Lo verdadero es una mónada.[xiii]

 

Y es que  todo diálogo es  intersubjetividad, más no toda intersubjetividad es dialógica. La intersubjetividad se coloca. La armazón de la estructura científica en su implemento al respecto de lo [humano][xiv] demanda extraer de lo dado, por presencia efectiva, la estructura social inherente en curso a bien procesar por técnica, para la presentación cuantificadora del análisis, la totalidad. El diálogo entonces, un emplazamiento de poder democrático –técnica -, se suprime por monólogo en la institución científica del imperio -técnica. Entonces la naturaleza.

 

La mayéutica no lo elide.[xv]

 

Y es que la escritura a nadie interroga; de ello ninguna lingüística puede dar cuenta del nombre. Sin embargo todas las lingüísticas nombran cosas. Claro, disponen un sistema fonológico, la propiedad que se trascendentaliza.[xvi] Saussure, §. Crítica del testimonio de la escritura:

 

Cuando estudiamos una lengua perteneciente al pasado, sólo contamos con datos indirectos. ¿Cuáles son entonces los recursos que utilizaremos para establecer el sistema fonológico?

[…]

1° Por de pronto, los indicios externos, y sobre todo el testimonio de los coetáneos que han descrito los sonidos y la pronunciación de la época. Así, los gramáticos franceses de los siglos xvi y xvii, especialmente los que se proponían instruir a los extranjeros, nos han dejado muchas observaciones interesantes. Pero esta fuente de información es muy poco segura, porque sus autores no tienen ningún método fonológico. Las descripciones se hacen con términos azarosos, sin rigor científico. Su testimonio, pues, tiene que ser interpretado a su vez. Así los nombres dados a los sonidos nos proporcionan indicios muy a menudo ambiguos: los gramáticos griegos designaban las sonoras (como b, d, g) con el término de consonantes «medias» (mésai), y las sordas (como p, t, k), con el de psīlaí, que los latinos tradujeron por tenues

 

De la información la seguridad y de la seguridad la formación de figura, entonces la certeza. Al decurso histórico elidir la historiograficidad y asumir su vacío, la realidad efectiva, por constitución trascendental del artefacto así, a nosotros, develado: Gramática y gramáticos griegos, gramáticos y gramática francesa. Condiciones de posibilidad  a la emergente concepción para el paso de la gramática y los gramáticos griegos, condiciones de posibilidad a la emergencia de conceptos para el paso de la gramática y los gramáticos en Francia.[xvii]

La letra.

Así entonces se propone elidir la escritura como un idealismo: de la experiencia, lo elidido en historiograficidad es la arquitectónica de sus estructuraciones de experiencia por totalidad aprehendida: cantidad y las determinación subvertidas de sus cuantificaciones.

Totalidad.

Así la ciencia, en prosecución, al haber distinguido desde la cantidad el signo y su escritura. El signo se presume por presencia efectiva de la estructura de experiencia. Toda corrección es del método por transcurso de experiencia, Verdad nombra  a sus razones: Saussurre,  SIGNO, SIGNIFICADO, SIGNIFICANTE:

 

Para ciertas personas, la lengua, reducida a su principio esencial, es una nomenclatura, esto es, una lista de términos que corresponden a otras tantas cosas. Por ejemplo:









Esta concepción es criticable por muchos conceptos. Supone ideas completamente hechas preexistentes a las palabras (ver sobre esto pág. 166; no nos dice si el nombre es de naturaleza vocal o psíquica, pues ARBOR puede considerarse en uno u otro aspecto; por último, hace suponer que el vínculo que une un nombre a una cosa es una operación muy simple, lo cual está bien lejos de ser verdad. Sin embargo, esta perspectiva simplista puede acercarnos a la verdad al mostrarnos que la unidad lingüística es una cosa doble, hecha con la unión de dos términos.

Hemos visto en la pág. 40, a propósito del circuito del habla, que los términos implicados en el signo lingüístico son ambos psíquicos y están unidos en nuestro cerebro por un vínculo de asociación. Insistimos en este punto.

Lo que el signo lingüístico une no es una cosa y un nombre, sino un concepto y una imagen acústica. La imagen acústica no es el sonido material, cosa puramente física, sino su huella psíquica, la representación que de él nos da el testimonio de nuestros sentidos; esa imagen es sensorial, y si llegamos a llamarla «material» es solamente en este sentido y por oposición al otro término de la asociación, el concepto, generalmente más abstracto.

 

 

Lo que une, de la unión misma concebida por vínculo, no es, la unidad no es, sus términos y elementos no existen (SIGNO, SIGNIFICADO, SIGNIFICANTE), somos nosotros mismos ahí  -“nuestro cerebro” y un “vínculo de asociación” que se confieren sustancia en un espaciamiento-, los representamos, se representan, son representatividad.[xviii] Así el platonismo denunciado por la realidad, desde Aristóteles hasta Saussure, comprensión del sentido del ser del ente por entidad que sólo se desplaza a un más allá ulterior a la experiencia, ulterioridad recién dispuesta a su colonización e industrialización técnico-metodológica, siempre tecnológica; ello mismo que Saussure nombra [VERDAD] y que del método, por descubrimiento, yace ahora por apropiación en propiedad, historiograficidad así recién devastada de toda historicidad. Razón pura tan solo, ciertamente. Ideas completamente hechas preexistentes a las palabras-; cada ciencia tiene sus respectos. Cfr. Whitehead). La historia es otra; más bueno, dice Saussure del signo lingüístico que no es una cosa y un nombre, es un concepto y una imagen acústica, material. Del signo lingüístico entonces, por exacción a la escritura, el signo fonológico.

El “ello” es que ello que “…nos dice” –allí donde también reposa eso de “quiere decir…”- no es, se interpreta. A la elisión el interpretar interfiere.

La naturaleza es una tecnología. Así entonces lo sensible intangible “[…] esa imagen es sensorial, y si llegamos a llamarla “material” es solamente en este sentido y por oposición al otro término de la asociación, el concepto, generalmente más abstracto”.

¿Usted comprende? Bueno, tenemos entonces el [signo gráfico], el [signo lingüístico] y el [signo fonológico].

Se desplaza el problema de ser a otros “barrios”, nuevos suburbios de la metrópoli conceptual, esperando que un día emerja la metodológica apropiada a bien reefectuar por sentido la verificación de la verdad en sus aparatos de apropiación… mientras tanto hoy tenemos el sistema de lo que nos espeta. La interferencia, somos. Fuimos quienes emplazamos por signo esos barrios.

 Benveniste; “Estructura” en Lingüística:

Planteada la lengua como sistema, se trata, pues, de analizar su estructura.

¿Lo analizado? Bueno, confrontemos con Jakobson:

El fonema es la suma de propiedades fónicas simultáneas por las cuales un sonido se diferencia de los demás‖

Dispositivo de reconocimiento a la estructura del sistema, “por las cuales un sonido se diferencia de los demás.” El sonido, experiencia pura, ahora ha migrado del signo gráfico, su escritura; su migración, el signo lingüístico, su interpretación volviendo siempre del signo fonológico al sistema. Interferir interpretando, la elisión del signo fonológico al fonema, el sonido para el analizar, quien dispone sólida en constancia la totalidad de su organización. Habla de la escritura en la apropiación del sentido por estructura que la ciencia, el sentido para el analizar, es la unidad, y la experiencia. Representancia. Quien dispone es el decurso de la metodología. Benveniste continúa:

He aquí las leyes de la estructura de los sistemas fonológicos: "Un sistema fonológico no es suma mecánica de fonemas aislados sino un todo orgánico cuyos miembros son los fonemas y cuya estructura está sometida a leyes." Por este lado, el desarrollo de la fonología concuerda con el de las ciencias de la naturaleza: "La fonología actual se caracteriza sobre todo por su estructuralismo y su universalismo sistemático. " la época que vivimos se caracteriza por la tendencia de todas las disciplinas científicas a remplazar el atomismo por el estructuralismo y el individualismo por el universalismo (en el sentido filosófico de estos términos, entiéndase bien). Esta tendencia se puede observar en física, en química, en biología, en psicología, en ciencia económica, etc. La fonología actual no es pues algo aislado. Forma parte de un movimiento científico más amplio.

Representancia, el todo orgánico cuyos miembros son los fonemas y cuya estructura está sometida a leyes, es el Mercado. Lo COORIGINARIO SUBYACE POR ESTRUCTURA  A TODA CRONOLOGÍA, TRASCENDENTALIDAD Y TRASTERRAMIENTO. Marca  es, de la función de la lengua, su argumento. Marcar:

1} El argumento de función es metodología.

2] Toda lengua que asiste, es la lengua entera.

 

3] Esto es filosofía.[xix]

 


 

 

II

Pero parece imposible que lo que está compuesto de no ser tenga parte en el ser.

Aristóteles

y todavía no te ha atrapado la filosofía, tal

como lo hará más adelante, según creo yo, cuando ya no

desprecies ninguna de estas cosas.

Platón, Perménides.

 

Suele suceder en realidad que el estudio material, el ejercicio que ejecuta por práctica la acción estrictamente objetiva, segmenta; a la razón metodológica segmentar es su función.[xx] Razonar segmenta,[xxi] allí la subjetividad sus argumentos, nadie se detiene y el auto avanza. Naturaleza es natural, un puente, que el concebir[BP1]  de la estructura emplaza una integración de segmentos; allí entonces el argumento de toda analítica. Al estructuralismo, más allá de todo respecto temporal, la materia yace en calidad de único presupuesto; la calidad de su supuesto es el espacio.[xxii] Nace del puente la orilla. Estudio ahí es desplazarse.

Para el conocimiento,[xxiii] a la comprensión de la temporalidad de su contextura, confrontemos los baremos de definición del concepto que la doctrina de la materia de Aristóteles emplaza para con la definición técnica de un historiador del derecho a su disciplina –buscamos el espacio del concepto-, por ejemplo:

El nombre[xxiv] de nuestra asignatura[BP2]  está compuesto de tres vocablos: historia, Derecho y mexicano; en consecuencia, analizaremos por separado cada uno de ellos a fin de obtener luego[BP3] , al unirlos, un concepto razonado de historia del Derecho mexicano,[xxv] lo cual es conveniente por las características peculiares de la materia[BP4] .

Antes de proceder de la manera indicada, recordemos que de acuerdo con Aristóteles, padre de la Lógica,[xxvi] para proporcionar una definición es necesario señalar dos aspectos básicos: el género próximo y la diferencia específica. Se denomina género próximo a la

parte del universo a la que pertenece el objeto por definir; por ejemplo, la Tierra no es una persona, ni una religión, ni un país, sino un planeta. En cuanto a la diferencia específica, es el conjunto de notas características que distinguen al objeto por definir respecto a otros que comparten su lugar dentro del género próximo; por ejemplo, la Tierra es el tercer planeta del sistema solar, en él se desarrolla la vida humana, tiene un satélite lunar, etcétera.[xxvii]

 

La asignatura a la comprensión de sí ya coloca por totalidad de jerarquías la profundidad de los respectos analizados en la totalidad del resto; lo puesto por escena es una mónada de apercepción. A tanto que su apercepción se presenta por [asignatura], la mónada de apercepción se presenta por totalidad en apercepción de mónada. Su voluntad de poder dice [autoridad], [poder], luego dice [método].

 

Allí de sí la identidad de ser: autoconciencia. Después de ello la pregunta que interroga por el sentido del ser en general: tiempo.  Temporación de contexturas; por error comprender por ser lo que no es [entonces]. Más sabemos ya que en el método de poder de la autoridad por ley tenemos no volver atrás en la idealidad de los respectos.  Rimbaud, Noche del infierno:

 

¡Pronto! ¿Hay otras vidas? El sueño en medio de la riqueza es imposible. La riqueza siempre ha sido bien público. Sólo el amor divino otorga las llaves de la ciencia. Veo que la naturaleza no es más que un espectáculo de bondad. Adiós quimeras, ideales, errores.

¿Qué hacen del ser los juristas mexicanos?

 

A toda ley asiste por idealidad de los respectos una situación clara y objetiva, situación que en función del argumento emplaza por estructura la ley en gobierno. Institución. De la ley, su vaciamiento, yace la escritura por institucionalidad.

 

Todo es un vicio,[xxviii] no hay estructura.

 

La causalidad es un sistema nominal de la apercepción. Sistema nominal v.s. sistema trascendental.

 

Ficción, escritura, luego es falso. Del error hace ciencia y de la ciencia historicidad por ley a la sanción técnica de denominación de entidad. La lingüística ahí por institución de formación profesional; instrucción. Gadamer, Verdad y Método II, p. 92, 93:

 

Pero la soberanía del uso lingüístico se manifiesta precisamente en que la crítica negativa de los errores gramaticales en composición escolar suele ser poco eficaz, y en que la educación lingüística, más que cualquier otra educación, no se rige por la enmienda pedante, sino por el ejemplo.

Reiteremos:

 

La historia del concepto debe seguir un movimiento que siempre rebasa el uso lingüístico ordinario y desliga la dirección semántica de las palabras de su ámbito de empleo originario, ampliando o delimitando, comparando y distinguiendo, como hace Aristóteles sistemáticamente en el catálogo conceptual de Metafísica gamma. La formación de conceptos puede reobrar a su vez sobre la vida lingüística, como ocurre en el uso lato del término substancia para designar lo espiritual, uso justificado por Hegel.(a) Generalmente ocurrirá a la inversa y la amplitud del uso lingüístico vivo se resistirá a la fijación terminológica de los filósofos. En todo caso hay una relación en extremo cambiante entre acuñación de conceptos y uso lingüístico. Ni siquiera el que ha hecho las propuestas terminológicas se mantiene en el uso de las mismas. Así Aristóteles, como tuve ocasión de señalar una vez,  no sigue en su propio uso lingüístico la distinción entre phronesis y sophia que establece en la Etica a Nicómaco, e incluso la famosa distinción kantiana entre transcendente y transcendental no ha tomado carta de naturaleza en la vida lingüística. Cuando alguien, en mi juventud, durante la época del neokantismo, empleó una expresión como «la música transcendental de Beethoven», Beckmesser apostilló burlonamente: «Ese escritor no conoce ni siquiera la distinción entre transcendente y transcendental». Sin duda el que pretenda comprender la filosofía kantiana debe familiarizarse con esta distinción; pero el uso lingüístico es soberano y no se pueden dar tales normas artificiales. Esta soberanía del lenguaje no excluye que se pueda distinguir entre el buen uso y el mal uso de un idioma e incluso que se pueda hablar de un empleo abusivo de la lengua. Pero la soberanía del uso lingüístico se manifiesta precisamente en que la crítica negativa de los errores gramaticales en composición escolar suele ser poco eficaz, y en que la educación lingüística, más que cualquier otra educación, no se rige por la enmienda pedante, sino por el ejemplo

 

El contenido vivo, la palabra,[xxix] la sangre, las cinco de la tarde; el contenido vivo es el error luego. Sociedad, así la comunidad por suspensión en comunicar. Educación y tú terminas de frente a la poesía ante la pizarra de una clase de Comunicación, contando sílabas en los versos. Hegel, el error al nacer del filosofar | Ciencia de la lógica, Concepto general de lógica:

 

[…] en su relación con el objeto, el pensamiento no sale fuera de sí mismo hacia el objeto: (1) éste sigue siendo, como una cosa en sí, absolutamente un más allá del pensamiento.

Estas opiniones sobre la relación entre sujeto y objeto expresan las determinaciones que constituyen la naturaleza de nuestra conciencia ordinaria, [esto es] de la conciencia fenomenológica. Pero, al ser trasladados a la razón, como si la misma relación existiese en ella, y si esta relación contuviese en sí y por sí la verdad, estos prejuicios se convierten en los errores cuya refutación, practicada por todas las partes del universo espiritual y natural, es la filosofía; o mejor dicho, los errores que, por obstruir el acceso a la filosofía, tienen que ser abandonados en el umbral de la misma.

 

Es en éxtasis de la temporalidad donde el pensamiento se precipita, su acontecimiento es el escrito.

 

Materia entonces, bueno; así entonces Aristóteles, en la Física, 192a, asienta:

 

Nosotros afirmamos que la materia es distinta de la privación,[xxx] y que una de ellas, la materia, es un no-ser por accidente, mientras que la privación es de suyo no ser,[xxxi] y también que la materia es de alguna manera casi una sustancia[xxxii], mientras que la privación no lo es en absoluto.[xxxiii]

 

¡Casi una sustancia[xxxiv]! Y es que la materia no es, se enseña, señala; la materia es condición y posibilidad de toda asignatura, lo cuasi-espiritual de ella misma es su comprensión, nada más. Toda comprensión de materia, el movimiento por realidad de la materia, se realiza a exterioridad de lo que sólo así se comprende por Tiempo.[xxxv] De la explicación del no-ser, de la explicación del no ser que se enseña, la explicación del no ser que se enseña y señala por sí mismo la orientación del estudio por su método al sistema. Para la Física toda su necesidad de doctrina para con el emplazamiento.[xxxvi] En la Metafísica mientras tanto (995b 13 y ss.), relativo a los principios y elementos que se identifican con los géneros,[xxxvii] la adscripción igualdad de la sustancia en su concatenación lógica de presencia,[xxxviii] podemos leer:

 

[…] ha de investigarse y tratarse si, aparte de la materia, hay -o no- algo que sea causa por si, y si es separable o no, y si es numéricamente uno o mas de uno, y si se trata de algo fuera del compuesto[xxxix] (hablo “compuesto” cuando algo se predica de la materia) o no es nada fuera de el, o en unas cosas si y en otras no, y entre las cosas que son, cuales son de este tipo.[xl]

 

Y es que materia para Aristóteles, en aproximación al problema fundamental de la temporalidad y sus respectos trascendentales para con la doctrina del conocimiento, es constituyente del anclaje contingente –mas no corruptible-  de la dirección  y del sentido que la doctrina platónica de la ciencia establece para con el ente en su participación al ser de la totalidad.[xli] Un poco más adelante sentencia[xlii]:

 

[…] ningún movimiento es infinito, sino que todos tienen fin, y no es posible que se genere lo que no puede llegar a estar generado; y por su parte, lo generado existe tan pronto como se generó. Además, si la materia es eterna por ser ingenerada, mucho más razonable aún es que lo sea la entidad a que aquella llega en la generación. Y si no lo son ni esta ni aquella, nada existirá en absoluto; pero si esto es imposible, necesariamente habrá algo fuera del compuesto concreto: la forma, la forma específica.[xliii]

 

Ya así con esto, a la posesión lógica de la Forma y en la plenitud de la analogía del ser para con la ejecución de la prosa explicativa, la síntesis aristotélica realiza la causalidad, su lógica. Aún en el último caso es la materia forma específica. Todo es entonces idea e idealidad efectiva. Aristóteles agrega:

 

[…] todas las causas establecidas caen dentro de los cuatro tipos de causas más obvios. En efecto, las letras son causas de las silabas, y la materia lo es de los artefactos, y el fuego y la tierra y las cosas de este tipo lo son de los cuerpos, y las partes lo son del todo, y las premisas lo son de la conclusión, en tanto que aquello de-lo-cual se hacen. Y todas estas causas, unas lo son como sustrato, por ejemplo, las partes, y otras como esencia: así el todo, la composición y la forma.[xliv]

 

Causa, palabra de la historiograficidad es para con la lógica de la narrativa[xlv] su propio parecer, es su propia posibilidad. Lo imposible mismo es la retención y la protensión de la sustancia[xlvi] que sólo a la razón, la discusividad, el logos, asiste; al capítulo tercero del libro alfa que simbólicamente titulan “El lenguaje ha de acomodarse a lo habitual y a las exigencias de cada ciencia”, el estagirita estatuye los dos siguientes puntos:

 

La exactitud, en efecto, comporta una cierta minuciosidad y de ahí que algunos la consideren mezquina, tanto en el caso de los contratos como en el de los razonamientos. Por ello hay que instruirse acerca de que tipo de demostración corresponde en cada caso, como que es imposible pretender hallar a la vez la ciencia y el método de la ciencia. No es fácil, sin embargo, aprender ni lo uno ni lo otro y, por lo demás, no ha de exigirse el rigor matemático al tratar todas las cosas, sino al tratar de aquellas que no tienen materia. Por eso el método matemático no es propio de la física. Pues seguramente toda naturaleza tiene materia. Por tanto, ha de examinarse primero qué es la naturaleza.[xlvii]

 

Entonces así a la raíz del concepto, en la estipulación de la especificidad del género para la materia así dispuesto:[xlviii]

 

[…] ha de investigarse y tratarse si, aparte de la materia, hay —o no— algo que sea causa por si. Y si es separable o no, y si es numéricamente uno o mas de uno, y si se trata de algo fuera del compuesto (hablo de “compuesto” cuando algo se predica de la materia) o no es nada fuera de é[xlix]l, o en unas cosas si y en otras no, y entre las cosas que son, cuales son de este tipo.[l]

 

 

De la predicación la cuestión hace del concepto -a razón del método de la analogía del ser-, la elisión del predicador en pendiente para con el compuesto. A la implementación historiográfica de este dispositivo epistémico, la materia confecciona por esencia el relato y la explicación que Aristóteles compone en tanto historia de la filosofía en el libro alfa de la Metafísica, sustrato narrativo en civilización de la historiografía y de toda teoría de la historia, aún hoy en día.[li] Lo elidido, que de la elisión se propone por referencia la efectividad del conocimiento, no atañe entonces al ser-ahí del pensador para su pensamiento. Citemos al punto sólo unos fragmentos de esta narrativa para comprender cómo la transposición temporal del concepto de materia, en tanto comienzo fáctico del filosofar, confiere por lógica a la historiografía la sustancia de la narratividad.[lii]

 

Es obvio, pues, que necesitamos conseguir la ciencia de las causas primeras. Desde luego, decimos saber cada cosa cuando creemos conocer la causa primera). Pero de “causas” se habla en cuatro sentidos: de ellas, una causa decimos que es la entidad, es decir, la esencia (pues el porque se reduce, en ultimo término, a la definición, y el porque primero es causa y principio)[liii] la segunda, la materia, es decir, el sujeto; la tercera, de donde proviene el inicio del movimiento y la cuarta, la causa opuesta a esta ultima, aquello para lo cual, es decir, el bien, desde luego, el fin a que tienden la generación y el movimiento.[liv]

 

*

,

De los que primero filosofaron, la mayoría pensaron que los únicos principios de todas las cosas son de naturaleza material: y es que aquello de lo cual están constituidas todas las cosas que son, y a partir de lo cual primeramente se generan y en lo cual últimamente se descomponen[lv]

 

Y lo primero, su principio, es siempre noticia. Eso  de llamarse [filosofaron] es palabra del siempre. La filosofía es otra cosa.

 

*

 

Anaxágoras el clazomenio —que es anterior a este ultimo en cuanto a la edad pero posterior a el en cuanto a las obras— afirma, en fin, que los principios son infinitos: en suma, viene a decir que todos los cuerpos homeoméricos, como el agua o el fuego, se generan y destruyen únicamente por reunión y separación, pero que en ningún otro sentido se generan o destruyen, sino que, antes bien, permanecen eternos. A partir de estas indicaciones cabria, ciertamente, suponer que la única causa es la que se dice tal en el sentido específico de “materia”.[lvi]

 

El orden a la historia del ser es irrelevante, la relevancia misma es historiograficidad, de la conferencia la confección, después el hombre.

 

*

 

Así pues, a diferencia de quienes le precedieron, Empédocles fue el primero en introducir una división en esta causa, no poniendo un único principio del movimiento, sino dos distintos y contrarios y, además, fue el primero en afirmar que son cuatro los elementos que se dicen tales en el sentido de  “material”. (Ciertamente, no se sirve de ellos como efectivamente cuatro, sino como si fueran solamente dos: el fuego por sí mismo de una parte, y de otra parte, la tierra, el aire y el agua, opuestos a aquel y como una única naturaleza. Esto puede captarse considerando su Poema. Este, por tanto, expuso los principios de este modo y en este número, como decimos.[lvii]

 

La materia es la palabra fundamental de la dialéctica.

 

*

 

[..] también ellos [los pitagóricos] parece que piensan que el número es principio que constituye no solo la materia de las cosas que son, sino también sus propiedades y disposiciones, y que los elementos del numero son lo par e impar, limitado aquel e ilimitado este, y que el Uno se compone de ambos (en efecto, es par e impar), y que el Numero deriva del Uno, y que los números, como queda dicho, constituyen el firmamento entero.[lviii]

 

*

 

Estos, por su parte [los eleatas], no articularon con claridad cómo es posible relacionarlos con las causas mencionadas, si bien parece que situaron los elementos en el ámbito específico de la materia: en efecto, afirman que la entidad se compone y está formada a partir de ellos como elementos constitutivos. A partir de estas cosas es posible conocer suficientemente el pensamiento de aquellos antiguos que decían que los elementos de la naturaleza son más de uno. Hay quienes, por su parte, proclamaron que todo es una única naturaleza, si bien entre estos existen diferencias, tanto en relación con el valor de mis doctrinas como en relación con el modo en que conciben la naturaleza en cuestión.[lix]

 

A la historia de la historiografía de la institución metafísica, el dar comienzo de la investigación por la materia aristotélica ya prescribe de la totalidad de la investigación los cursos, mera didáctica.

 

De ahí entonces la privación y la publicidad de la insignia de educación. El iusnaturalismo es la trascendentación de apercepciones en atingencia de fe para con los hechos, una corrupción es quien emplaza las reformas.

Todo lo que puedas decir queda comprendido al espectro de lo que puedo hablarte.

Yo no sé, son los heraldos negros.[lx]








[i] La analítica en su escritura cuántica. La crítica en su lectura cuántica. La baza es la estructura de emplazamiento, historicidad e historia. Peso, legislación, tablas y medida. Luego memoria.
[ii] También se llama [SOMBRA]. Ninguna sombra pertenece a la silueta de la brisa. La palabra embiste.
[iii]El pasado no existe.
[iv] Como signo habita en proceso.
[v] Transubstanciación. El signo.
[vi] Así la historia es sólo un transcurso de signos, no hay debacle ni decurso. No emplazamientos supremos o superiores. Sólo signos y apropiación de sentido en Capital; claro que el supuesto que no se relata es haberle cortado la cabeza a los propios reyes. Ello aúna por totalidad, en todo signo, el emplazamiento histórico de la nación. Somos héroes. No sabemos qué es el hombre, no sabemos qué es el signo.
[vii] Yo aquí difiero. Cambio. Y entonces la revolución se suscita.
[viii] Alegoría y símbolo son alegoría y símbolo de la analogía; allí de sí la interpretación a sentido del sentido del signo del ser del ente.  Al signo del ser del ente, lo llamaremos signo lingüístico, entidad; a la interpretación a sentido la denominaremos, signo fonológico, totalidad del ente; al sentido del signo del ser del ente, la totalidad que nos confronta, lo allí de sí sujeto supuesto, otro, ente. Ahí de sí el emplazamiento económico de la antropología.
 
El sujeto supuesto construye el [siempre].
[ix] Aristóteles, Física, 185a, 30.
[x] La gramática, la filología, la lingüística. Interpretemos el evento al ente en totalidad interpretado por una Confrontación. Cfr. Parménides, en la confrontación de origen con la totalidad de empresa.
 
 
 
El Estado es la industria del filosofar. Y es que nadie interroga entonces lo concesionado a la razón por encargo. De la naturalidad comprendida, y no a razón, theoros, sino aprendizaje, episteme, la naturaleza misma es la razón del método. No hay apropiación a lo concedido, la concesión es la propia libertad.
 
El gobierno es por presente la presencia del problema; ¿qué problema? El subsistir, el imperar. Ella es la naturaleza de la polémica.
[xi] Alfred North Whitehead, Realidad y Proceso, La conciencia, el pensamiento y la percepción sensorial son elementos inesenciales en un caso de experiencia, p. 429, 430:
 
La profundidad de experiencia se obtiene concentrando la acentuación en los sistemas estructurales sistemáticos del ambiente y descartando las variaciones individuales. Todo elementos de estructrua sistemática es acentual, toda desviación individual es relegada al fondo. La variedad buscada es la variedad de estructrua, nunca la variedad de individuos. Por ejemplo, hacemos caso omiso del espacio vacío en comparación con el nexo estructural sistemático que es la ruta histórica de un objeto duradero. Los organismos más avanzados simplifican de cualquier modo posible su experiencia acentuando aquellos nexos que tienen algún elemento de impenetrabilidad propio de la estructura sistemática.
Prosiguiendo este principio, las regiones geometrizadas por las varias tensiones de semejante organismo, no se hallan solamente en el mundo contemporáneo; pero se unen para acentuar un solo locus unificado del mundo contemporáneo. Este locus elegido es penetrado por las líneas rectas, los planos y los loci llanos tridimensionales asociados a las tensiones. Este es el “locus de tensión” perteneciente a una ocasión de la historia del objeto persistente. Esta ocasión es el sujeto-percipiente inmediato que se considera. Cada una de esas ocasiones tiene un locus de tensión que sirve para todas sus tensiones.
Las regiones focales de las varias tensiones se hallan todas dentro de este locus de tensión, y en general se distinguen unas de otras. Pero el locus de tensión en conjunto es común a todas las tensiones. Cada ocasión se halla en su propio locus de tensión.
El significado del término “reposo” es la relación de una ocasión con su locus de tensión, si lo hay. Una ocasión que no tenga un locus de tensión unificado, no tiene un locus dominante con el cual pueda tener la relación de “reposo”. Una ocasión “reposa” en su locus de tensión. Por esto es por lo que resulta absurdo preguntar de una ocasión en el espacio vacío si está “en reposo” con referencia a algún locus. Puesto que, como esas ocasiones no tienen loci de tensión, la relación de “reposo” no vale para ellas. El locus de tensión es el locus enteramente geometrizado por los sentires de tensión de la ocasión percipiente. Debe tener la propiedad de ser contingente de líneas rectas de loci llanos de todas dimensiones. Por consiguiente, unos límites serán loci llanos tridimensionales, que no se intersequen. Un locus de tensión se aproxima a un locus llano tridimensional; pero en realidad es cuatridimensional, con un espesor de tiempo.
 
 
[xii] Y alguien pronto se sorprende así haya entonces un Jacques Lacan, que.
[xiii] Historiograficidad mexicana. Unidad social, unidad social y unidad cultural son términos de la asociación de las comunidades indígenas por derecho al precepto de la unidad nacional, sólo entonces la comunidad, entonces así la comunicación. Todo es el Estado. Así la Ley fundamental se inscribe. Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, artículo 2°, cuarto y quinto párrafo:
 
Son comunidades integrantes de un pueblo indígena, aquellas que formen una unidad social, económica y cultural, asentadas en un territorio y que reconocen autoridades propias de acuerdo con sus usos y costumbres.  El derecho de los pueblos indígenas a la libre determinación se ejercerá en un marco constitucional de autonomía que asegure la unidad nacional.
 
El reconocimiento de los pueblos y comunidades indígenas se hará en las constituciones y leyes de las entidades federativas, las que deberán tomar en cuenta, además de los principios generales establecidos en los párrafos anteriores de este artículo, criterios etnolingüísticos y de asentamiento físico.
 
El Código Civil Federal, artículo 1772 por su parte, estructura los emplazamientos estatales de la signficatividad [unidad] a la contextura de los respectos económico materiales del interés adjetivo. Unidad agrícola, unidad industrial, unidad comercial:
 
Si el autor de la sucesión no dispuso cómo debieran repartirse sus bienes y se trata de una negociación que forme una unidad agrícola, industrial o comercial, habiendo entre los herederos agricultores, industriales, o comerciantes, a ellos se aplicará la negociación, siempre que puedan entregar en dinero a los otros coherederos la parte que les corresponda. El precio de la negociación se fijará por peritos.
 
Por su parte el Código penal federal estipula en el TITULO PRIMERO, Responsabilidad Penal, CAPITULO I Reglas generales sobre delitos y responsabilidad, artículo 7°, que
 
Delito es el acto u omisión que sancionan las leyes penales. En los delitos de resultado material también será atribuible el resultado típico producido al que omita impedirlo, si éste tenía el deber jurídico de evitarlo. En estos casos se considerará que el resultado es consecuencia de una conducta omisiva, cuando se determine que el que omite impedirlo tenía el deber de actuar para ello, derivado de una ley, de un contrato o de su propio actuar precedente.
 
El delito es:
 
I.- Instantáneo, cuando la consumación se agota en el mismo momento en que se han realizado todos sus elementos constitutivos;
II.- Permanente o continuo, cuando la consumación se prolonga en el tiempo, y
III.- Continuado, cuando con unidad de propósito delictivo, pluralidad de conductas y unidad de sujeto pasivo, se viola el mismo precepto legal.
 
La unidad es una noción eminentemente jurídica; su estructura de vinculación en efecto, a la realidad, reposa a la voluntad de sanción de su poder por representamen de facto. Unidad de acto, unidad de sanción que sancionan las leyes penales.
 
 
La institución penal moderna, Marques de Beccaria:
 
Con todo, se ha visto últimamente en Inglaterra el ejemplo de no querer un negociante aprovecharse de sus bienes mal adquiridos. Estaba interesado .en un buque que los otros propietarios creyeron propio para la piratería, y que hizo parte de las presas sobre los franceses. Así que la repartición del botín fue hecha, el negociante de quien hablo mandó poner en la gacela un aviso para todos los que habían experimentado alguna pérdida, con el fin de devolverles la parte que le tocaba. Este hombre honrado era un cuáquero. Los sectarios escoceses tuvieron otras veces la misma delicadeza; pues existe aún una ordenanza del consejo de la ciudad de Edimburgo, hecha poco tiempo después de la reforma, que prohíbe "el comprar géneros de presa, so pena de perder los derechos de vecindad, y bajo tal otra que el magistrado tuviese a bien de ordenar, pues que el uso de las presas era contrario a las leyes de la conciencia, que nos manda tratar a nuestros hermanos cristianos como desearíamos ser tratados nosotros mismos; por consiguiente esta clase de géneros no puede ser vendida en esta ciudad por ningún hombre piadoso."
La raza de estos hombres se ha extinguido probablemente en Escocia, o sin duda después han abandonado sus principios; bien que se presume, y es muy dable, que la esperanza en las presas y confiscaciones ha sido el móvil principal para que esta nación tomase parte en la guerra contra las colonias.
 
Léase entonces que, en el mercantilismo, al género se le adiciona trascendentalmente la contextura de la clase.
[xiv] Al punto, antropología, sociología, psicología o astronomía –Ciencias-, nombran lo uno y lo igual, eternidad trascendente que posa por nombre trascendental lo mismo, Universo; entonces se comanda en precepto su figura. Impera, estamos nosotros en el plano.
[xv] Así se integra absoluta a Roma.
[xvi] [Cfr. Kant, Prolegómenos, cómo la naturaleza es un orden necesario][sistema y de la instrucción el sitial de referencia]
[xvii] Desatar los mitos. Se trata de la condición inversa que imposibilita a la gramática misma. Foucault, Las palabras y las cosas:
 
Por ello, las utopías permiten las fábulas y los discursos: se encuentran en el filo recto del lenguaje, en la dimensión fundamental de la fábula; las heterotopias (como las que con tanta frecuencia se encuentran en Borges) secan el propósito, detienen las palabras en sí mismas, desafían, desde su raíz, toda posibilidad de gramática; desatan los mitos y envuelven en esterilidad el lirismo de las frases.
 
Después:
 
El lenguaje no es lo que es porque tiene un sentido; su contenido representativo, que tendrá tanta importancia para los gramáticos de los siglos xvii y xviii que servirá como hilo conductor de sus análisis, no desempeña aquí papel alguno. Las palabras agrupan sílabas y las sílabas letras porque hay depositadas en éstas virtudes que las acercan o separan, justo como en el mundo las marcas se oponen o se atraen unas a otras. El estudio de la gramática descansa, en el siglo xvi, sobre la misma disposición epistemológica que la ciencia natural o las disciplinas esotéricas. Las únicas diferencias son éstas: hay una naturaleza y muchos lenguajes; y en el esoterismo las propiedades de las palabras, de las sílabas y de las letras se descubren por medio de otro discurso que, a su vez, permanece secreto, en tanto que en la gramática son las palabras y las frases cotidianas las que enuncian de suyo sus propiedades. El lenguaje está a medio camino entre las figuras visibles de la naturaleza y las conveniencias secretas de los discursos esotéricos. Es una naturaleza fragmentada, dividida contra sí misma y alterada, que ha perdido su primera transparencia; es un secreto que lleva en sí, pero en la superficie, las marcas descifrables de lo que quiere decir. Es, a la vez, una revelación escondida y una revelación que poco a poco se restituye una claridad ascendente.
 
[xviii] Cfr. Witgenstein al respecto de la sustancia:
 
                2.0141 La posibilidad de entrar en hechos atómicos es la forma del objeto.
2.02 El objeto es simple.
2.0201 Todo aserto sobre complejos puede descomponerse en un aserto sobre sus partes constitutivas y en aquellas proposiciones que describen completamente el complejo.
 
2.021 Los objetos forman la sustancia del mundo. Por eso no pueden ser compuestos.
[xix] La filosofía, el nihilismo. Aristóteles, Moral a Eudemo:
 
En efecto, como ya hemos indicado, cuando queremos expresar a uno de nuestros amigos que es nuestro amigo íntimo, decimos: "mi alma y la tuya no forman más que una" y puesto que el alma tiene muchas partes, sólo será una cuando la razón y las pasiones que la llenan estén en completo acuerdo. Gracias a esta armonía, el alma será una realmente; y cuando el alma haya llegado a esta profunda unidad, será cuando pueda existir la amistad para uno mismo.
 
Ahí Calígula.
[xx] Reiteración de la escena. La razón metodológica es la que raciona el segmento del logos a la totalidad de su atingencia; ello mismo que en la exploración del plexo se nombra profundidad, espaciamientos al plazo del secreto, el descubrimiento, su verdad. De las “interpretaciones” ahí suscitadas, toda la escena de la violencia.
 
[xxi] [Razonar] se coloca como estudio material, estrictamente objetivo. [cfr. § 4. Método e historiografía
Naturalización de las instituciones de sentido. b) “Lo que es”, la “entidad”, Metafísica, 1016b, 18:]
El seg-mento es el imple-mento en instru-mento del argu-mento, preposición al paso, no más.
[xxii] Totalidad. La unidad comanda. Levinas:
 
La faz del ser que aparece en la guerra se decanta en el concepto de totalidad que domina la filosofía occidental.(1) En ella los individuos son meros portadores de fuerzas que los dirigen a sus espaldas. Toman prestado un sentido a esta totalidad (sentido invisible fuera de ella). La unicidad de cada presente es sacrificada incesantemente a un porvenir convocado a despejar su sentido objetivo. Porque sólo el último sentido cuenta, sólo el último acto transforma los seres en sí mismos. Son en realidad los que aparecerán en las formas, ya plásticas, de la epopeya.
 
(1)     La unidad es la faz del ser; sobre el carácter explícito de la fundación unidad, totalitarismo, fascismo. Hobsbawn, explicatividad, narrativa, analítica y sitial de la institución del comprender; tres cosas, tres distintas cosas, la misma unidad:
 
Ahora bien, una vez que el capitalismo liberal había conseguido sobrevivir —a duras penas— al triple reto de la Depresión, el fascismo y la guerra, parecía tener que hacer frente todavía al avance global de la revolución, cuyas  fuerzas podían agruparse en torno a la URSS, que había emergido de la segunda guerra mundial como una superpotencia.
 
La totalidad por mónada es parousía; faz en Levinas señala por ser lo monádico del señalar; faz es de ser palabra de totalidad.
 
Nada luego entonces. Camus; Fascismo:
 
El fascismo es, efectivamente, el desprecio. A la inversa, toda forma de desprecio, si interviene en política, prepara o instaura el fascismo. Hay que añadir que el fascismo no puede ser otra cosa sino renegarse a sí mismo, Junger deducía de sus propios principios que valía más ser criminal que burgués, Hitler, que tenía menos talento literario, pero, en esta ocasión, más coherencia, sabía que es indiferente ser lo uno o lo otro, desde el momento en que no se cree en el éxito. Se autorizó, por lo tanto, a ser lo uno y lo otro a la vez. "El hecho es todo", decía Mussolini. Y Hitler: "Cuando la raza corre peligro de que la opriman... la cuestión de la legalidad no desempeña sino un lugar secundario".
 
La narrativa por la narrativa misma es nihilismo [cfr. Nietzsche sobre la prosa] [todos los autores de la metahistoria al decurso de la prosa, la transcripción de la prosa en esencia a la definición de su comando]
 
El pragmatismo americano y la estabilidad lógico-analítica –la imagen- de la identidad de entidad por sentido del ser del ente. [Por] Ente del ser del sentido por entidad, identidad analítica y la lógica de la estabilidad; América y el pragmatismo.
 
[A]Ente del ser del sentido a entidad; identidad analítica y lógica –analógica de la estabilidad; pragmatismo y americanismo.
 
El pragmatismo requisa por totalidad de atribución,                                                        
Distribucionalidad,
 
[Rusia y Gran Bretaña se americanizaron al curso del s.XIX al s.XIX]
 
[xxiii] El paradigma por relatividad que inaugura el transcurso de devenir; la estructura de las revoluciones científicas. Del estudio entonces el conocimiento, institución de la estupidez práctica de significación material. Del conocer el poder por identidad de lo conocido.
[xxiv] Del nombre, la reducción analítica en técnica, todo. Estructuralismo, Emile Benveniste, Problemas de lingüística general I, “Estructura” en Lingüística, p. 91-92:
 
En el curso de los últimos veinte años, el término "estructura" ha recibido en lingüística una extensión considerable, luego de adquirir valor doctrinal y en cierto modo programático.(1) Por lo demás, no es tanto estructura el término que en adelante aparece como esencial, cuanto el adjetivo estructural, para calificar la lingüística. (2) Estructural trajo en seguida estructuralismo y estructuralista.(3) Fue creado así un conjunto de designaciones  que ahora otras disciplinas toman de la lingüística para adaptarlas a sus propios valores.(4) Hoy por hoy es imposible recorrer el sumario de una revista de lingüística sin topar con alguno de estos términos, a menudo incluso en el título mismo del trabajo. Admitiremos sin reparos que no siempre es ajeno a esta difusión el afán de ser "moderno", que ciertas declaraciones "estructuralistas" cobijan trabajos de novedad o interés discutibles. El objeto de la presente nota no es denunciar el abuso sino explicar el uso.(5) No es cosa de asignar a la lingüística "estructural" su campo y sus lindes, sino de hacer comprender a qué respondía la preocupación por la estructura y qué sentido tenía el término entre los lingüistas que fueron los primeros en tomarlo con una acepción precisa.(6) El principio de la "estructura" como objeto de estudio fue enunciado, poco antes de 1930, por un grupo restringido de lingüistas que se proponían reaccionar así contra la concepción exclusivamente histórica de la lengua, contra una lingüística que disociaba la lengua en elementos aislados y se ocupaba de seguir las transformaciones de éstos.(7) Existe consenso en considerar que el manantial de este movimiento estuvo en la enseñanza de Ferdinand de Saussure en Ginebra,(8) tal como fue recogida por sus discípulos y publicada con el titulo de COUTS de línguistíque générale. Saussure ha sido llamado, con razón, el precursor del estructuralismo moderno.  Aparte la palabra, lo es sin duda.(9) Importa señalar, para una descripción exacta de este movimiento de ideas que no hay que simplificar, que Saussure jamás empleó, en ningún sentido, la palabra "estructura". A sus ojos, la noción esencial es la de sistema.(10) La novedad de su doctrina reside ahí, en esa idea, rica en implicaciones que hizo falta mucho tiempo para discernir y desarrollar: que la lengua forma un sistema.(11) Como tal la presenta el Cours, en formulación que conviene recordar: "La lengua es un sistema que no conoce más que su orden propio" (p. 43 [p. 70 de la 5a. edición española, trad. de Amado Alonso, Buenos Aires, 1965]); "la lengua, sistema de signos arbitrarios"(12) (p. 106 [138]); "La lengua es un sistema en el que todas las partes pueden y deben considerarse en su solidaridad sincrónica"(13) (p. 124 [157]). y sobre todo, Saussure enuncia la primacía del sistema sobre los elementos que lo componen: "cuán ilusorio es considerar un término sencillamente como la unión de cierto sonido con cierto concepto. Definirlo así sería aislarlo del sistema de que forma parte; sería creer que se puede comenzar por los términos y construir el sistema haciendo la suma, mientras que, por el contrario, hay que partir de la totalidad solidaria para obtener por análisis los elementos que encierra" (14) (p. 157 [193-4]). Esta última frase contiene en germen todo lo que es esencial en la concepción "estructural". Pero Saussure seguía refiriéndose al sistema.
 
(1)     El término, la adquisición de valor “doctrinal”. El ser valorado del valor, lo valorado, el efecto de valorar; lo programático.
(2)     El calificar. Del término, el adjetivo, lo esencial. Los “istmos”. [la lógica de la “vanguardia” al alcance metodológico de las instituciones críticas de la cientificidad]
(3)     Designación, adaptación a la propiedad de los valores metodológicos peculiares. De una generalización, una peculiaridad que universaliza el género: lo generado.
[Género] [Creación]
(4)     Allí de sí el tratamiento metodológico de la comprensión por calidad de lo calificado por un implemento, el término en su adjetivación. [adyección categorial] La procesalidad técnica que sigue por decurso a la totalidad del término; su entidad.
Allí de sí la creación.
(5)     Del uso, lo usado, usar. ¿Cuáles son las estipulaciones que la ciencia a su institución de método se impone y comporta para con el explicarse del ente así denominado en uso?
[Nombre y entidad] [género y creación] [al método usar] [Todo lo usado por método en contemplación, es la verdad]
(6)     De lo estructural, de la conciencia lo metahistórico, lo transhistórico, lo ahistórico, su historicidad, ¿el afán?
El explicar tiene por función [el hacer comprender]. De la comprensión el argumento de función. La utilidad: Problemas de lingüística general.
(7)     El historicismo y la historicidad comprendida en instrumentación técnica de norma:
 
un grupo restringido de lingüistas que se proponían reaccionar así contra la concepción exclusivamente histórica de la lengua, contra una lingüística que disociaba la lengua en elementos aislados y se ocupaba de seguir las transformaciones de éstos.
 
                ¿Qué historicidad es esta?
 
[concepción exclusivamente histórica de la lengua] [concepción que ”disociaba elementos aislados y se ocupaba de seguir las transformaciones de éstos] [La historicidad de la concepción exclusivamente histórica: apunte de la historiograficidad]
 
[¿Disociar por segmentar?] [La espacialidad del “recuento”] [Al narrar y disponer de la historicidad por recuento, Benveniste, la historiograficidad y el análisis historiográfico de la presencia] Amado Alonso, Prólogo, edición española, Curso de lingüística general:
 
Pienso sobre todo en el riguroso y sistemático deslindamiento de dos parejas de conceptos lingüísticos, una que atañe directamente al objeto de estudio, y secundariamente a los métodos respectivos; la otra, al revés: la lengua como sistema de expresiones convencionales usado por una comunidad, y el habla como el uso individual del sistema; la lingüística sincrónica, que studia la constitución y funcionamiento de un sistema, y la lingüística diacrónica, que estudia su evolución (ver los índices). Pienso en su rigurosa concepción estructuralista de las lenguas como sistemas en que todos los términos son solidarios, y en el concepto complementario —más bien implicado— de «valor» (el valor de una unidad lingüística está determinado, limitado y precisado por el de las otras entidades del sistema: tibio, lo que no es frío ni caliente; domini, genitivo por su oposición con dominus, domino, dominum, etc.). El valor, que consiste en la solidaridad e interdependencia de una significación con las otras significaciones, emana del sistema e implica la presencia concreta del sistema en cada uno de sus elementos; la significación, dice Saussure, no se sale del elemento aislado y de su idea representada.
 
¿concepción estructuralista? Estructura del concepto: la significación no se sale del elemento aislado y de su idea representada.
 
[Alumbramiento para con la poesía “surrealista”] [cfr. Benveniste sobre la poesía] Más bueno, Saussure, al respecto de la estructura, Curso general de lingüística, § 2. FUNCIONAMIENTO SIMULTÁNEO DE LAS DOS FORMAS DE AGRUPAMIENTOS:
 
Así, pues, no basta con decir, colocándose en un punto de vista positivo, que se toma ¡cállense! porque significa lo que se quiere expresar. En realidad la idea conjura, no una forma, sino todo un sistema latente, gracias al cual se obtienen las oposiciones necesarias para la constitución del signo. El signo no tendría por sí mismo ninguna significación propia. El día en que no hubiera ya ¡cállate!, ¡callaos! frente a ¡cállense!, caerían ciertas oposiciones, y el valor de ¡cállense! cambiará ipso facto. Este principio se aplica a los sintagmas y a las oraciones de todo tipo, aun a las más complejas. En el momento en que pronunciamos la oración «¿qué te ha dicho?», hacemos variar un elemento en un tipo sintagmático latente, por ejemplo, «¿qué le ha dicho (a usted)?», «¿qué nos ha dicho?», etc., y así es como se fija nuestra elección sobre el pronombre te. Así en esta operación, que consiste en eliminar mentalmente todo lo que no conduzca a la diferenciación requerida sobre el punto requerido, están en juego tanto los agrupamientos asociativos como los tipos sintagmáticos.
Inversamente, este procedimiento de fijación y de elección rige las unidades más mínimas y hasta los elementos fonológicos, cuando están revestidos de un valor. No pensamos sólo en casos como fr. petit (escrito «petite») frente a pti (escrito «petit»), o el latín dominī frente a dominō, esp. casa frente a casas, etc., donde la diferencia descansa por azar en un simple fonema, sino en el hecho más característico y delicado de que un fonema desempeña por sí mismo un papel en el sistema de un estado de lengua. Si, por ejemplo, en griego m, p, t, etc., no pueden nunca figurar en final de palabra, eso quiere decir que su presencia o ausencia en tal puesto cuenta en la estructura de la palabra y en la de la oración.
Ahora bien, en todos los casos de este género, el sonido aislado, corno todas las demás unidades, será elegido tras una oposición mental doble: así en el grupo imaginario anma, el sonido m está en oposición sintagmática con los que lo rodean y en oposición asociativa con todos los que el espíritu pueda sugerir. Por ejemplo:
 
a n m a
v
d
 
Del signo, su significatividad, es estructura:
 
En realidad la idea conjura, no una forma, sino todo un sistema latente, gracias al cual se obtienen las oposiciones necesarias para la constitución del signo. El signo no tendría por sí mismo ninguna significación propia.
 
La significatividad entonces no es ninguna significación propia, sino de la estructura el evento por acontecimiento de la significación. La estructura, al comprenderse, elisión del anacronismo en la absumición por totalidad del transcurso historiográfico del signo; su analítica capitaliza.
 
(8)     Metafórica del manatial. Cfr. García Lorca, 1921.
(9)     El pragmatismo de la constitución de tradición por legitimitad. Historiograficidad, segmentos y sumandos. La espacialidad al curso que se prosigue.
(10)  Estructura, por significación, es interioridad de SISTEMA.
Del sistema la naturalización del comprenderse por conocimiento, entendimiento y  devoción.
(11)   La lengua forma un sistema. METAFÍSICA Y SISTEMA: cfr. Crítica a la razón pura:
 
Los alemanes son los únicos que emplean ahora la palabra estética, para designar, por medio de ella, la que otros llaman crítica del gusto. Fúndase esta denominación en una esperanza fallida, que el excelente analítico Baumgarten concibió: la de traer el juicio crítico sobre la belleza a principios racionales y elevar a ciencia las reglas del mismo. Mas el empeño es vano, pues las citadas reglas o criterios son, en sus [principales]* fuentes meramente empíricos y no pueden servir nunca, por lo tanto, de leyes a priori [determinadas]*, según las cuales tuviera que regirse nuestro juicio de gusto; más bien constituye éste la piedra de toque propia para la exactitud de aquellas. Por eso es de aconsejar [o bien]* dejar de nuevo caer esa denominación y reservarla para aquella doctrina, que es una verdadera ciencia (con lo cual nos acercaríamos más al lenguaje y al sentido de los antiguos, entre los cuales era muy famosa la división del conocimiento en ), [o bien compartir la denominación con la filosofía especulativa y tomar la estética parte en sentido transcendental, parte en sentido psicológico]*.
 
                Cfr. Doctrina del hecho, Kant sobre Platón.
(12)  Totalitarismo metodológico.
(13)  Totalitarismo metodológico y borramiento de historiograficidad: sincronía por ontología de la significación de absoluto [al absoluto la remisión por evento del signo al cartesianismo y de ahí al álgebra; luego Lacan]
 
La entidad a voluntad de poder comprendida. La lengua no es, se presenta, para la lingüística entonces, si todos los sistemas de lengua adquieren el mismo valor a tanto representaciones de lenguaje, hemos llegado a la época de la disolución nacional de metodologías. Allí de sí, el fracaso de la Nación por restricción de la economía de mercado.
 
(14)  Aquí está toda la ingenuidad de la academia mexicana, la delegación de objetividad en institución metodológica a la suscripción del aristotelemismo. Cual si el método de la definición pudiese ser observado impunemente al trascurso de 2400 años de significación material en instrumentos: Civilización. [luego así la comprensión esencialista, iusnatural, no estructuralizada de Burgoa Origuela al respecto del Derecho mexicano y el juicio de amparo por institución de Desarrollo de legalidad en la legitimación del Estado]
 
[xxv] El racionalismo del método mexicano: Lo conveniente, la elisión de la historiograficidad a naturalidad de los reportes. Así la absumición que el imperativo categórico coloca por tiempo en la determinación del existir lo concebido.
 
-[ser]-
[Ser a]-[“lógica”]-[“analítica”]-[Ser de]
[ser es, a verbo, parousía de la predicación] [por totalidad el amor]
Servicio.
Ser-allí, filosofar.
 
El concepto razonado, a la contextura de su racionalizar es de la totalidad la ración. La totalidad que acontece por totalidad de los respectos confluye de la autoconciencia a la idealidad analítica que por claridad en espacio de términos permite y segmenta de la totalidad la apercepción por instrumental de los segmentos permitidos: Relación y cuenta de unidad.
 
La razón raciona, a su asistencia se nombra narrar; acción asiste por entretenimiento a la lógica.
 
Juegos de lenguaje.
 
Escribe el comentador del Prólogo de GUILLERMO R. DE ECHANDÍA, en Física de Aristóteles:
 
El pensamiento ha evolucionado de la Unidad- Totalidad del mundo griego a la parcialización de las ciencias en la actualidad. ¡Es inevitable! El tiempo transcurre,(1) las técnicas y teorías se perfeccionan, la unidad se disgrega, pero porque no hay ningún científico que pueda abarcar la totalidad. ¿Y todos los científicos juntos? Todos los científicos podrían crear encuentros que ofertaran una visión de la totalidad desde las parcialidades. Eso intentó el Círculo de Viena. ¡Pero el problema es social y político! Cada investigador se debe, todo el tiempo, a sus empresas que investigan aspectos concretos y parciales que proporcionan locales e importantísimas rentabilidades económicas.
¿Historiograficidad? El tiempo transcurre. El no narrar se conduce a la narratividad; el dispositivo de su inversión es el Deus Ex Maquina; el mundo por totalidad del ente en idealidad de los respectos. Transcurso y decurso, nada más que lo que simplemente se nombra paz y no genera respectos. Allí de sí la “evolución” de la semántica de Paz para la construcción del Mundo Moderno. El ausente.
 
[xxvi] ¿Qué es la lógica? Comprensión por acontecimiento del hablando..., del acontecimiento, lógica es modo del hablando. De allí la normalización del habla por modo en discurso. Toda norma piensa la propiedad al transcurso; allí las proposiciones y sus problemas.
Aristóteles, Tópicos, 105b, 20 y ss.:
Hay, para decirlo sumariamente, tres clases de proposiciones y problemas. En efecto, unas son proposiciones éticas, otras físicas y otras lógicas. Éticas, pues, las del tipo de si hay que obedecer más a los padres o a las leyes, caso de estar en desacuerdo; lógicas, del tipo de si el conocimiento de los contrarios es el mismo o no; y físicas: si el mundo es eterno o no. De manera semejante también los problemas. Ahora bien, cómo son cada una de las mencionadas no es fácil explicarlo con una definición sobre ellas; y se ha de intentar conocer cada una de ellas merced a la costumbre adquirida por medio de la comprobación, examinándolas de acuerdo con los ejemplos antedichos.
Así, pues, con relación a la filosofía, hay que tratar acerca de estas cosas conforme a la verdad, mientras que, en relación con la opinión, se han de tratar dialécticamente. Hay que tomar todas las proposiciones lo más universalmente posible, y de una hacer muchas, v.g.: la de que el conocimiento de los opuestos es el mismo, y, a continuación, la de que también lo es de los contrarios, así como de lo respecto a algo. Del mismo modo hay  que dividir nuevamente éstas mientras sea posible hacer divisiones, v.g.: que (es el mismo el conocimiento) de lo bueno y lo malo, el de lo blanco y lo negro y el de lo frío y lo caliente. De manera semejante también en los otros casos.
 
[xxvii] Oscar Cruz Barney, Historia del Derecho en México, Oxford University Press, México, 2004, p. 2.
[xxviii] Más ya se dijo, adiós a los errores.
[xxix] Gadamer continúa:
 
Por eso no se puede considerar una carencia conceptual el que la palabra filosófica guarde relación con la vida del lenguaje y connote el uso lingüístico vivo incluso en el empleo de los términos consagrados. En esta vida lingüística permanente que preside la formación de conceptos nace la tarea de la historia del concepto. No se trata sólo de ilustrar históricamente algunos conceptos, sino de renovar el vigor del pensamiento que se manifiesta en los puntos de fractura del lenguaje filosófico que delatan el esfuerzo del concepto. Esas «fracturas» en las que se quiebra en cierto modo la relación entre palabra y concepto, y los vocablos cotidianos se reconvierten artificialmente en nuevos términos conceptuales, constituyen la auténtica legitimación de la historia del concepto como filosofía. Pues lo que ahí aflora es la filosofía tácita que existe en las palabras y conceptos del lenguaje cotidiano y del lenguaje de la ciencia. Su utilización al margen de toda acuñación expresa de conceptos es la vía de una acreditación de conceptos filosóficos en la cual la palabra «adecuación» adquiere un sentido nuevo, filosófico -no la adecuación a un dato de experiencia, como en las ciencias empíricas, sino a la experiencia global que representa nuestra orientación lingüística en el mundo-. La aportación de la historia del concepto consiste en liberar la expresión filosófica de la rigidez escolástica y recuperarla para la virtualidad del discurso. Todo esto significa desandar el camino desde la palabra conceptual a la palabra del lenguaje y rehacer el camino desde la palabra del lenguaje a la palabra conceptual. La filosofía es en esto como la música. Lo que se puede oír en un laboratorio Siemens, donde se eliminan los tonos concomitantes mediante aparatos técnicos, no es música. Música es esa formación en la que entran los tonos concomitantes con todo lo que pueden producir de nuevos efectos sonoros y nueva capacidad expresiva de los sonidos. Otro tanto sucede en el pensamiento filosófico.Las connotaciones de las palabras que utilizamos nos pueden hacer presente lo interminable de la tarea de pensar que la filosofía es para nosotros, y sólo eso permite cumplirla ... con todas las limitaciones. Por eso el pensamiento filosófico tendrá que deshacer la rigidez de los conceptos químicamente puros, por decirlo así.
[xxx] Del no ser, [materia] nombra la objetividad objetiva de la objeción, negatividad en esencia. A la totalidad de sus predicados se le nombra realismo. Privación, la subjetivación subjetivada de la subjetividad, a la unidad de sustancia por cantidad confluye por totalidad de la sustancia la idea. Creación. Así Foucault, Designar al ser:
 
Sin una manera de designar al ser, no habría lenguaje; pero sin lenguaje, no habría el verbo ser, que sólo es una parte de aquél. Esta simple palabra es el ser representado en el lenguaje; pero es también el ser representativo del lenguaje —aquello que, al permitirle afirmar lo que dice, lo hace susceptible de verdad o de error. Y por ello es diferente de todos los signos que pueden ser conformes, fíeles, ajustados o no a lo que designan, pero que no son jamás verdaderos o falsos. El lenguaje es, de un cabo a otro, discurso, gracias a este poder singular de una palabra que hace pasar el sistema de signos hacia el ser de lo que se significa.
Poder singular de una palabra. Antonin Artaud, Fragmentos de un diario del infierno:
En el espacio de este minuto que dura la iluminación de una mentira, me construyo un pensamiento de evasión, me precipito sobre una pista falsa que mi sangre indica. Cierro los ojos de mi inteligencia y, dejando que hable en mí lo informulado, me brindo la ilusión de un sistema cuyos términos me sería imposible asir. Pero de este minuto de error me queda el sentimiento de haber hurtado algo real a lo desconocido. Creo en las conjuraciones espontáneas. En las rutas hacia las que mi sangre me arrastra no es posible que algún día no acabe por descubrir una verdad.
[xxxi] En el principio de la polémica, la privación en confrontación a la materia, es la diferencia relativa de la propiedad a lo propio en sí,  lo apropiado por la propiedad: lo mismo. Uno y otro se consideran atemporalmente en la vía de la trascendentalidad. Posibilidad, imposibilidad, el darse del ser por acontecimiento, una imposición de la doctrina para el evento, sucede, le nombra realidad.
Sólo recién de la imposición emerge lo necesario, su necesidad es un infinito.
 
De ello ¿cómo el conocimiento se coloca por ser ante el mundo?
[xxxii] Su manera de ser casi una sustancia, es el lenguaje; luego su analítica por órgano en sistema. La historicidad del discurso es su única naturaleza. De lo elidido en paso por detrás, la letra, es la escritura entera. ¡Al leer comprobaciones aún se demandan pruebas empíricas! De la institución penal el transcurso, luego la cicuta, y entonces la apología; así la ciudadanía en decurso, lógica acomete detrás. Los ojos no existen, los pulmones no existen, el cerebro no existe que la imaginación no existe. Hay imaginar, luego la investigaciones y el entonces.
[xxxiii] Aristóteles, Física, trad. Guillermo R. de Echandía, Gredos, 1995, p. 40. Casi una sustancia. Si atribuyéramos la sustancia que refiere Aristóteles por lo pensado, la cosa pensada –el cogito cartesiano  léase-  ya estaríamos transgrediendo  al transcurso de la temporalidad la historicidad propia que las instituciones metafísicas comportan. En el Banquete de Platón, la privación constituye del Amor la tensión del deseo, principio del movimiento del no ser hacia el ser.  Respecto al ente, la privación es la falta de lo que es, forma que a necesidad de reconocimiento un ente no posee, es decir, la Idea. A tal sentido la privación es fundamento de la apercepción de la idea. Ahí entonces, como abstracción metodológica, la privación constituye el ethos de la doctrina platónica que culmina de la anamnesis (el reconocimiento como des-olvido) en la ciencia (episteme) por su facultad de poseer el Bien en conocimiento en cuanto tal, la idea superior. Cfr. Categoría, 12a, 26 y ss.:
 
La privación y la posesión se dicen acerca de la misma cosa, v.g.: la vista y la ceguera, acerca del ojo; para decirlo en general, cada una de ellas se dice acerca de aquello en lo que surge por naturaleza la posesión.
[xxxiv] Sustancia o entidad.
 
A la entidad de la entidad por ente, la entidad elide a sí, su presentarse el existenciario ser-ahí-con-nosotros que hace de la significación la totalidad del “viaje”.
 
La cuasi-sustancialidad y la temporación por decurso del método: presente efectivo por totalidad.
Par-ousía:
 
 
[xxxv] Espacio. Física, Tiempo, 218 a:
 
Después de lo dicho tenemos que pasar al estudio del tiempo. Conviene, primero, plantear correctamente las dificultades sobre el mismo, a fin de determinar, mediante una argumentación exotérica(2), si hay que incluirlo entre lo que es o entre lo que no es, y estudiar después cuál es su naturaleza. Que no es totalmente, o que es pero de manera oscura y difícil de captar, lo podemos sospechar de cuanto sigue. Pues una parte de él ha acontecido y ya no es, otra está por venir y no es todavía, y de ambas partes se compone tanto el tiempo infinito como el tiempo periódico. (1) Pero parece imposible que lo que está compuesto de no ser tenga parte en el ser.(3)
(1)     Si el tiempo tiene partes –tiempo infinito, tiempo periódico-, la pertinencia de su investigarse ha de seguirse  concatenada a la ordenación categórica de la sustancia o el predicado –a la ente en totalidad, forma y figura. Y es que las partes de toda proposición se disponen por lógica en el dictamen de estos resultados. Cronología elidida en quantum de la historiograficidad. Allí se distingue lo atemporal de lo temporal por ser o no ser de la predicación y apariencia, el juicio que de ello se emplaza, tener o no tener arte. Hablamos de la estructura de la diferencia.
El tiempo así comprendido es la naturalidad analógica.
Más así concebido el todo, el tiempo, de tener partes, coloca la parte por único carácter interrogable del ser por acontecimiento de la totalidad. El tiempo, horizonte de comprensión del sentido ser en general dispone del ser por sentido en apercepción analógica; de allí el giro a la estética que Kant evoca. Del todo el así, su evocación discursiva por analogía de la naturaleza. De Kant Hölderlin, nada más, luego el resto.
En lo alto de la colina
Algunas tardes a reposar me siento,
Mientras el viento alrededor de las cumbres silba
Y suenan las campanas en la torre,
La contemplación trae la paz a mi corazón
Que unido queda a esa imagen,
Aliviando sus dolores
Más allá de la razón.
 
Lo exotérico convoca por razón Estado. Razón es estructura de predicación. Allí de sí, el parecer de lo imposible sólo viene determinado por la comprensión a término medio de la poética, la metáfora y la determinación por la voluntad de poder de lo preferible al momento del poder; delegar.
Del delegar socrático que estatuye el no ser por ser del saber, la institución pedagógica a desarrollo; ¿Cabe qué entonces Jaëger no? Tiempo, temporación de temporalidad.
Ha sido nombrado, más la esencia del lenguaje permenece ininterrogado en Aristóteles, La esencia del lenguaje es la esencia acontecida por investigación en la totalidad nuclear de elementos. Aquello de lo que hablan todos los emplazamientos aristotélicos, la ciencia, confluye por papel en la Epistemología, átomo u estructura es sólo exterioridad del ethos por quantum de razón apercatada.
Energía. Y luego el grado en certeza confluye. Allí de sí el idealismo alemán, al transcurso del limpiamiento académico que en corazón de pureza eyecta de la totalidad la concepción platónica de la idea y su signo, depositando a resultas de la elisión de elisiones la marca, la naturaleza del ideal, Filosofía; allí de sí los dividendos del método a su dialéctica.
[xxxvi] La totalidad, ser, movimiento la estructura del emplazamiento. Física, 185a
 
[…] examinar si el Ser es uno e inmóvil no es tarea propia de la Física, pues así como el geómetra no tiene argumentos contra quien niegue los principios de la geometría —tendría que remitirse a otra ciencia o una ciencia común a todas—, lo mismo le sucede también a quien estudia los principios. Porque si sólo hay un ente, y es uno de la manera mencionada, entonces ya no hay un principio, puesto que todo principio es tal si es principio de uno o de muchos entes. Examinar si el Ser es uno en ese sentido es, pues, como discutir cualquiera de las otras tesis que se presentan sólo por discutir, tales como la de Heráclito o la de que el Ser es un único hombre, o es como refutar una argumentación erística, tal como la de Meliso o la de Parménides (pues ambos parten de premisas falsas y sus conclusiones no se siguen; la de Meliso es más bien tosca y no presenta problemas, pero si se deja pasar un absurdo se llega a otros, y en eso no hay ninguna dificultad).
Por nuestra parte damos por supuesto que las cosas que son por naturaleza, o todas o algunas, están en movimiento; esto es claro por inducción. No estamos obligados a refutar toda doctrina adversa, sino sólo cuantas concluyen falsamente de los principios de una demostración; en caso contrario, no. Así, por ejemplo, es propio del geómetra refutar la cuadratura del círculo por medio de los segmentos, pero refutarla por el método de Antifonte no es tarea propia de un geómetra.
 
A la física, de ser a no ser, estando, a un costado la meta-física de la ontología y de otra el órganon en cuatro instrumentos. Todo aquello que se ha destruido es instrumentación pura directa y atenida el poder a su totalidad.
 
El principio supone una diferencia ontológica, de la metafísica ello mismo que la diluye y la encausa por Estado en totalidad. Allí de sí el movimiento, interioridad absoluta de la totalidad. ¿Cuál es el ámbito de la disputa?
Entonces Shakesperare.
[xxxvii] El orden de la norma, la normalidad, interioridad narrativa de la composibilidad lógica; allí de sí lo necesario.
Lo idéntico del identificar, la estabilidad analítica de su sustancia al predicado, el acontecimiento lógico de la norma, ¿qué historiograficidad ha elidido en la realización del principio y el elemento para con el género?
Forma por presente en realidad. Allí de sí la atemporación.
Al transcurso de la investigación, qué rendimiento se obtiene. Nueva exposición al método dialéctico, 159a, 25 y ss.:
Nueva teoría del ejercicio dialéctico. El papel del que responde
 
Dado que están sin determinar (las normas) para los que construyen argumentos con vistas a ejercitarse y ensayar (en efecto, no son idénticos los fines de los que enseñan o de los que aprenden y de los que contienden, ni los de éstos y los que conversan entre ellos de cara a una investigación: pues el que aprende debe exponer siempre lo que él opina: y, en efecto, nadie se va a dedicar a enseñarle algo falso. Entre los que contienden, en cambio, el que pregunta debe aparentar por todos los medios que ejerce alguna influencia, y el que responde, parecer que no le afecta para nada. En los encuentros dialécticos, en que no se construyen los argumentos por mor de competición,(C) sino de ensayo e investigación, no está detallado de ninguna manera  a qué debe tender el que responde, y cuáles cosas debe conceder y cuáles no, para defender correcta o incorrectamente la tesis); por tanto, ya que no tenemos ningún dato suministrado por otros, intentaremos decir algo nosotros mismos.
Es necesario que el que responde sostenga el discurso exponiendo una tesis plausible, o no plausible, o ni lo uno ni lo otro, bien absolutamente, bien según para quién, v.g.: para este individuo de aquí, ya sea él mismo, ya sea otro. Y no hay ninguna diferencia entre que sea plausible o no plausible de una manera o de otra: pues el modo de responder bien y conceder o no conceder lo preguntado será el mismo. Así, pues, si la tesis es no plausible, es necesario que la conclusión llegue a ser plausible, y viceversa; en efecto, el que pregunta, siempre concluye lo opuesto a la tesis. Pero, si lo establecido no es ni plausible ni no plausible, también la conclusión será así. Puesto que el que razona correctamente demuestra lo puesto a discusión a partir de cosas más plausibles y conocidas, es manifiesto que, si lo establecido es absolutamente no plausible, el que responde no ha de conceder, ni lo que no es plausible en absoluto, ni lo que lo es, pero menos que la conclusión. En efecto, si la tesis es no plausible, la conclusión (del que interroga) será plausible, de modo que es preciso que las cosas tomadas (como proposiciones) sean todas plausibles y más plausibles que lo previamente establecido, si es que se pretende probar lo menos conocido mediante lo más conocido. De modo que, si alguna de las cosas preguntadas no es así, el que responde no ha de aceptarla. Si la tesis es absolutamente plausible, es evidente que la conclusión (del que interroga) será absolutamente no plausible. Así, pues, hay que aceptar todo lo que sea plausible, y, de lo que no lo sea, todo aquello que sea menos no plausible que la conclusión: pues así se podrá decir que se ha discutido adecuadamente. De manera semejante si la tesis no es ni no plausible ni plausible: pues también en ese caso habrá que conceder todas las cosas que parezcan (plausibles), y, de las que no lo sean, las que lo sean menos que la conclusión: pues así ocurrirá que los argumentos resultarán más plausibles. Si, pues, lo establecido es absolutamente plausible o no plausible, hay que hacer la comparación respecto a las cosas que son absolutamente plausibles. Pero, si lo establecido no es absolutamente plausible o no plausible, sino que (sólo lo es) para el que responde, hay que aceptar o no aceptar lo que es plausible y lo que no lo es en relación a su criterio. Y, si el que responde defiende la opinión de otro, es evidente que hay que aceptar y rechazar cada cosa atendiendo al pensamiento de aquél. Por eso también los que introducen opiniones ajenas, V.g.: que el bien y el mal son lo mismo, tal como dice Heráclito, no conceden (-en este caso-) que los contrarios no estén presentes a la vez en la misma cosa, no porque no les resulte esto plausible, sino porque, según Heráclito, se ha de decir así. Hacen esto también los que se admiten recíprocamente las tesis: pues tienden a hablar como hablaría el que expone (la tesis).
 
                (c) Formación categorial de la lógica. La neutralidad.       
 
[xxxviii] Su lectura se llama categoría. La casi sustancia, el cuasi-espíritu comprendido por materia, es parousía. Interpretar, el interprete, es evento apropiado, evento apropiador.
[xxxix] Compuesto, lo que se predica de la materia. Elemento entonces lo que puede nombrarse en sustancia sin atender por identidad al requisito de un predicado. Allí el ser del elemento, su destinarse, se elide por presencia efectiva el ser de la sustancia; la certeza que la entidad por entidad comporta; física de sustancia se le llama.
[xl] Aristóteles, Metafísica, trad. Tomás Calvo Martínez, Gredos, 1994, p. 126. Esta distinción es la que aporta entonces la distinción temporal para hablar en la sustancia por tránsito de totalidad de presencia, por la diferencia del verbo, componible, y la sustancia, elementalidad.
[xli] Del espacio-tiempo decimos que la materia es constituyente y no el constituyente, lo que media es la naturalización de las trascendentaciones apercibidas. Del ente mientras tanto, nadie sabe nada realmente. Cfr. Platón, Diálogos V, Sofista, trad. N.L. Cordero, Gredos, Madrid, 1988, p. 407:
Extr.- “Puesto que nosotros estamos en un aprieto, mostradnos en forma adecuada qué queréis manifestar cuando mencionáis lo que es. Es evidente que se trata de algo que vosotros conocéis desde hace mucho, y que nosotros mismos comprendíamos hasta este momento, pero que ahora nos pone en dificultades.
Mientras tanto, la estipulación de la Ciencia el engarce de la polémica para Aristóteles,  se encuentra en la República de Platón, el libro VII, al momento del diálogo cuando Sócrates expone a Glauco las secciones de la inteligencia del hombre y distingue, del conocimiento formal-matemático que parte por principios –axiomas cuyo  modelo es la geometría- y la investigación conforme a supuestos, esos mismos supuestos que sostenemos no abandonan lo sensible aún cuando Platón así lo planté, y que, respecto a la doctrina trascendental de la privación, confieren del método de especulación la razón –logos- que propiamente constituye la dialéctica.  Platón, Diálogos VI, República, trad. Conrado Eggers Lan, Madrid, Gredos, 1988, p. 337:
-Comprende entonces la otra sección de lo inteligible, cuando afirmo que en ella la razón misma aprehende, por medio de la facultad dialéctica, y hace de los supuestos no principios sino realmente supuestos , que son como peldaños y trampolines hasta el principio del todo, que es no supuesto, y, tras aferrarse a él, ateniéndose a las cosas que de él de penden, desciende hasta una conclusión, sin servirse para nada de lo sensible, sino de Ideas, a través de Ideas y en dirección a Ideas, hasta concluir en Ideas.
- Comprendo, aunque no suficientemente, ya que creo que tienes en mente una tarea enorme: quieres distinguir lo que de lo real e inteligible es estudiado por la ciencia dialéctica, estableciendo que es más claro que lo estudiado por las llamadas “artes”, para las cuales los supuestos son principios. Y los que los estudian se ven forzados a estudiarlos por medio del pensamiento discursivo, aunque no por los sentidos. Pero a raíz de no hacer el examen avanzando hacia un principio sino a partir de supuestos, te parece que no poseen inteligencia acerca de ellos, aunque sean inteligibles juicio a un principio. Y creo que llamas 'pensamiento discursivo al estado mental de los geómetras y similares, pero no inteligencia; como si el  pensamiento discursivo fuera algo intermedio entre la opinión y la inteligencia.
- Entendiste perfectamente. Y ahora aplica a las cuatro secciones estas cuatro afecciones que se generan en el alma; inteligencia, a la suprema; pensamiento discursivo, a la segunda; a la tercera asigna la creencia y a la cuarta la conjetura; y ordénalas proporcionadamente, considerando que cuanto más participen de la verdad tanto más participan de la claridad.
 
Así entonces, para la dicotomía que la dialéctica habilita, el Sócrates de Platón puede emplazar una conclusión radical, estructural al orden del maestro del estagirita. Ibídem, p 445:
[…] las cosas concernientes al servicio del cuerpo participan menos de la verdad y de la realidad que los géneros concernientes  al servicio del alma
Al punto, de la idea misma,  la pregunta de Aristóteles que asienta la narrativa de la materia es  y puede ser así enunciada: ¿qué pende y cómo pende de qué, eso mismo que se asienta por claridad? Ahí la materia en la causalidad en referencia al ente. Este giro de la epistemología lleva entonces el paradigma de validación de certeza –la idea- a la posesión del objeto conocido desde la interioridad anímica del deseo en dirección a la exterioridad anímica del deseo, lo deseado. Al respecto de la historia de la metafísica, no hablamos otra cosa que de la voluntad de poder. Cfr. Friedrich Nietzsche, Voluntad de poder, trad. Anibal Froufe, Edaf, Madrid, 2000, § 140, p. 124.
[xlii] Y cada llama coloca despacio un aparecer en cada juego, palabras de sal que en alegoría confiamos.
Sabor,
Árido,
Desollamiento.
 
Torpe espacio asolado.
[xliii] Despacio placer, despacio cuerpo, despacio el verso que se desplaza árido y limpio; allí tranquilos de piel en paz, oscuros al tiempo de la palabra los dos. Aristóteles, Metafísica, Op. Cit. p. 146-147.
[xliv] Nación del gozo. Ibídem, p. 209.
[xlv] Todo el poder, la romana república de Argentina. El presentarse en identidad de la estructura argumental.
[xlvi] El diferirse en atención del presentarse la estructura narrativa. Los términos alemanes del pacto social.
Los términos romanos de la tributación.
De América, donde la contraesencia de la libertad se pone a juego, lo salvaje; el permanecer en ignorancia por supremacía lo mismo los dos.
[xlvii] Ibídem, p. 128.  De la naturaleza luego entonces.  p. 215
De lo dicho resulta que la naturaleza, primariamente y en el sentido fundamental de la palabra, es la entidad de aquellas cosas que poseen el principio del movimiento en si mismas por si mismas. En efecto, la materia se denomina naturaleza porque es capaz de recibir aquella, y las generaciones y el crecimiento porque son movimientos que se originan de ella. Y ella es el principio del movimiento de las cosas que son por naturaleza y, en cierto sentido, es inmanente en estas, bien en potencia, bien estado de plena actualización.
Heidegger, a tal sentido es el pensador fuera de la historia; es el filósofo de la historiografía.
Primariamente y en el sentido fundamental de la palabra, Filósofo. Naturaleza…aquella entidad que de aquellas cosas que poseen el principio del movimiento en sí misma por sí mismas pueda ser nombrada.
Que si no puede ser nombrada, el no ente, es.
El no ente no es.
Lo que se [mueve], punto.
Punto, punto, punto. Estas palabras no se mueven. El resultar de lo que resulta por resultado. La disposición objetiva objetivada de la resultalidad –lábrese un camino que llegue a usted mismo- es, del investigar, el investigador mismo.
El suspenso abruma en la sala.
[después el papel y entonces sí,
El silencio]
Pasa el ángel.
Se apaga la cámara.
[xlviii] Las cuestiones de método. Fin del artefacto.
[xlix] Lo que es nada fuera de él es la materia misma de la demostración; la enseñanza.
[l] Ibídem, p. 132. La contemplación.
[li] Cfr. Ignacio Burgoa, El juicio de amparo, México, Porrúa, 1971. La destemplanza.
[lii] Cfr. Wegner Jaeger, Aristóteles Bases para la historia de su desarrollo intelectual, trad. José Gaos, FCE, 1946, p.  11.
Aristóteles fue el primer pensador que se forjó al mismo tiempo que su filosofía un concepto de su propia posición en la historia;(1) con ello fue el creador de un nuevo género de conciencia filosófica, más responsable e íntimamente complejo. Fue el inventor de la idea del desarrollo intelectual en el tiempo, y vio incluso en su propia obra el desarrollo de una evolución exclusivamente dependiente de su propia ley. En el curso de su exposición presenta dondequiera sus propias ideas como la consecuencia directa de la crítica que hace de sus predecesores, especialmente de Platón y su escuela. Era, por consiguiente, filosófico y aristotélico a la vez seguirle en esto, y tratar de entenderle por medio de los supuestos partiendo de los cuales había construido sus propias teorías.
(1)     Fue el primero en representarse la historia. La investigación. La investigación. Investigación en Aristóteles:
[lii]A tanto por el método de exégesis que Jaeger establece, lo que explica diciendo “presenta sus propias ideas como la consecuencia directa de la crítica”, la supuesta “evolución exclusivamente dependiente de su propia ley” demarca un biologicismo que asienta de gravedad todos los juicios de Jaeger respecto al pensamiento pensado y lo por pensar de Aristóteles. Es necesario entonces denunciar las ideologías decimonónicas que transponen por lógica de identidad de lo propio historizado un supuesto natural y que no constituye ninguna otra cosa sino las apercepciones del propio Jaeger a su lectura. El sujeto Aristóteles que entonces Jaeger estipula, conserva un estatuto ontológico homólogo al individuo de Darwin y su ciencia biológica a tanto que, la filosofía así comprendida, comporta el carácter de una especie. Discursos, múltiples, una naturaleza es el universo en totalidad. El propio Jaeger es relativamente consciente de la dificultad gnoseológica que su método compone. Inmediatamente agrega:
Tales intentos no nos han dado, sin embargo, una viva visión de la índole individual de su filosofía; lo que no puede sorprender al filólogo, que no está acostumbrado a servirse de los juicios de un escritor acerca de sí mismo como de un documento objetivo, ni a sacar de ellos sus patrones de medida. Especialmente inútil resultó el juzgar a Aristóteles como se ha hecho realmente,  por su manera de entender a sus predecesores, como si hubiera habido jamás un filósofo capaz de entender a sus predecesores en este sentido.
La oración.
La supuesta índole individual de la filosofía de Aristóteles no es, como tampoco lo es la filosofía de ningún otro pensador. La filosofía no es una disposición subjetiva, nosotros hablamos al punto tan sólo, en política,  de instituciones metafísicas. La ciencia es otra cosa. Para más información de las resultas de este paradigma biologicista, cfr. Georg Hendrik Von Wright, Explicación y comprensión, trad. Luis Vega Reñon, Madrid, 1987, p. 79.
 
[liii] Y el pues, ¿es?.
[liv] Metafísica, p. 79-80.
[lv] Ibídem. Un poco mas adelante se encuentra una variación de la apercepción para con la historicidad del principio que la materia estipula en este fragmento y que, para nosotros, comporta  importante relevancia en tanto delinea esquemáticamente el movimiento de Aristóteles por el ahí de la lectura. Se encuentra, en el  Capítulo octavo, todavía del libro Alfa, cuyo título se inscribe: Crítica de los filósofos preplatónicos, Metafísica, ob.cit., p. 101:
Cuantos proponen que el todo es uno y una cierta naturaleza única entendida como materia, corporal ella y dotada de magnitud, es evidente que cometen múltiples errores. En efecto,
(1) proponen exclusivamente los elementos de los cuerpos, pero no los de las cosas incorpóreas, a pesar de que las hay también incorpóreas;
(2) además, suprimen la causa del movimiento, por mas que pretendan exponer las causas de la generación y de la corrupción, y a pesar de que traten de explicar todas las cosas en términos físicos;
 (3) además, por no proponer la entidad ni el que-es como causa de nada;
(4) y además de estas razones, por proponer alegremente como principio cualquiera de los cuerpos simples, a excepción de la tierra, sin pararse a considerar como harán posible la generación reciproca de estos cuerpos, quiero decir, el fuego, el agua, la tierra y el aire.
Todo científico termina en Aristóteles –que en Aristóteles empieza. La ciencia es otra cosa, ideología.
De ello una u otra no te hace más feliz o infeliz, sólo te salva.
[lvi] Ibídem, p. 84; La composición de la cura.
[lvii] Ibídem, p. 87; la estructuración por cura del curar; el relato del tiempo del necio y del cuidado.
[lviii] Ibídem, p. 90.
[lix] Ibídem P. 91. [“mi doctrina”] [“modo en que conciben la naturaleza en cuestión”]
[lx] Una pobredumbre azul es el papel de la temporación.
 
Sujeción del papel por impertinencia; luego el poder.








 [BP1]Concebir, el concepto, es un estudio material.
 
El historicismo es un materialismo,
El idealismo alemán materializa el espíritu.
 
Allí de sí el crack de la representación para con los respectos analíticos de la epistemología.
 
Todo conocimiento, toda teoría del conocer, supone por necesidad de la observancia de respectos la realidad del estudio y la posibilidad del concebir.
 
Allí explicación y la posibilidad de comprensión que absumición de concepción toda exposición comporta.
 
[dialéctica de la objetividad]
 
De la objetividad, su palabra en nombrarse por referencia, la identidad, así el mismo mundo vuelve siempre distinto: Otro.
 
Absoluto, el disponerse de la disposición de totalidad .

 [BP2][asignatura] de la privación el signarse por referencia de un absoluto. Materia, lo privado, es allí lo concebido.

 [BP3]El segmento de la materia, la posesión por espacio de lo privado, es el elemento.
Su unión, no un integrar, sino el unir y reunir de elementos, constituye Gobierno; el poder pasa detrás.

 [BP4]Allí así del lenguaje, lo ordinario de su comprenderse, la comunidad de la comunicación a la constitución pedagógica del gobierno.
 
Nombre
 
[peculiaridad]
 
[singularidad]
 
[particularidad]
 
A la física de partículas, la retención de lo particular al movimiento. Norma es regularidad. Allí de sí el emplazamiento táctico para con el definirse por totalidad del elemento.
 
Historia,
Derecho
Mexicano.

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